Los precios de los alimentos vuelven a motorizar la inflación
La inflación se aceleró a 4,7% en febrero, su mayor nivel en casi un año. Los alimentos volvieron a encabezar los aumentos.
Con fuerte suba en alimentos, la inflación se aceleró a 4,7% en febrero.
Los aumentos de precios alcanzan su mayor nivel en casi un año, registrando la cifra más alta desde marzo de 2021.
Los precios en alimentos se dispararon 7,5%, impulsados por verduras, frutas y carnes.
7,5% el aumento de precios de los alimentos
La inflación se aceleró a 4,7% en febrero, su mayor nivel en un año.
Según informó el Indec, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue impulsado nuevamente por grandes aumentos en alimentos.
La inflación acumulada en los últimos 12 meses llegó al 52,3%.
Desde el Ministerio de Economía afirmaron que «el indicador se vio afectado por el impacto de la suba de precios internacionales de los principales commodities, debido a la sequía y al conflicto en Ucrania».
Uno de los datos más alarmantes de febrero fue que la inflación Núcleo, que no contempla cuestiones estacionales ni precios regulados por el Gobierno, subió al 4,5% y encadenó 17 meses consecutivos por encima del 3%.
Mientras tanto, la categoría precios Estacionales arrojó un fuerte incremento de 8,4%, aunque inferior al 9% de enero. Por su parte, los precios Regulados subieron 3,1% (vs 2,8% del mes anterior).
La cifra oficial del Indec superó a las estimaciones del sector privado, que según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central (BCRA) había previsto una inflación de 3,9% para el segundo mes del año, el mismo número que dio el INDEC para enero.
Las estimaciones no cierran
El acuerdo con el FMI prevé un aumento de precios de entre 38 y 48% para 2022.
El ministro de Economía Martín Guzmán dijo en reiteradas ocasiones que para su cartera la inflación es un fenómeno “multicausal” y que, en ese sentido, su solución requiere de un enfoque integral que contemple tanto la acumulación de reservas (para evitar presiones sobre el dólar), como un financiamiento más sano del déficit fiscal (reducción de la emisión monetaria) y políticas de precios e ingresos (para coordinar expectativas).
Sin embargo, el mercado no cree en la proyección oficial. Según el último REM, la inflación anual esperada es del 55%.
Como si fuera poco, a la inercia del proceso inflacionario argentino y la escalada en la inflación internacional tras la pandemia de Covid-19, se le suma ahora una nueva disparada en el precio internacional de granos y energía, a raíz del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que podría echar aún más leña al fuego.
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