Entre el hambre y el consumo
El gobierno de Alberto Fernández tiene diversos frentes ante la crisis económica con la que recibió el país tras cuatro años de políticas neoliberales aplicadas por el macrismo. Sin embargo, hay dos que son de suma importancia ya que acarrean a otras como si se tratara de una pieza de un rompecabezas.
Por un lado, la pelea contra el hambre y del otro lado, la necesidad imperiosa de promover el consumo para reactivar la economía. Para ello el Gobierno puso en marcha el Plan Argentina contra el Hambre ni bien inició su gestión hace apenas más de un mes. La iniciativa cuenta con una tarjeta alimentaria que será distribuida en todo el país.
Esa misma herramienta que para muchos les brinda la posibilidad de comprar productos para alimentarse, para otros resulta ser un posible motor de reactivación del consumo y la cadena de producción generando nuevas fuentes de trabajo.
Al frente de un gran desafío
El presidente Alberto Fernández designó a Daniel Arroyo para estar frente al ministerio de Desarrollo Social. «La decisión del presidente es que todas las familias argentinas puedan comer bien», destacó el funcionario.
En tanto, el titular de la cartera de Desarrollo mantiene reuniones con representantes de todos los sectores de la política. Allí responde las dudas sobre cómo poner en marcha los operativos de entrega de la tarjeta y los alcances que tiene la misma.
Arroyo dijo que «esta es una política de Estado que busca atender dos cuestiones básicas: que no puede haber más hambre y que tenemos que cuidar a los chicos». Además, de “reactivar el consumo”, afirmó.
Respecto al tiempo previsto de aplicación del programa el titular de la cartera de Desarrollo Social aseguró que “la Tarjeta Alimentar va a continuar por un plazo largo, porque es evidente que hay una emergencia muy profunda».
Promover el consumo
Para el Gobierno la iniciativa propuesta a través del plan Argentina Contra el Hambre también tiene como propósito fomentar el consumo que le permitirá generar nuevas fuentes de trabajo. Además, de garantizar la reactivación de los diversos sectores de la economía que han visto reducidas sus ventas llevando a empresarios y dueños de pymes a tener que despedir o reestructurar la compañía para evitar el cierre definitivo.
En ese marco, Arroyo afirmó que la iniciativa «promueve la economía popular y la agricultura familiar, impulsando el desarrollo local y regional».
Por su parte, las panaderías agrupadas en el Centro de Industriales Panaderos de Buenos Aires (Cipba) se comprometieron a cobrar 65 pesos por cada kilo de pan que sea adquirido a través de la tarjeta alimentaria, informó la entidad.
Panaderos realizan su aporte
«El Centro de Industriales Panaderos de Buenos Aires, junto al Centro de Panaderos de Avellaneda y el Cipan, entre otras instituciones, garantizamos que todas aquellas personas que sean beneficiarias de la Tarjeta Alimentaria puedan comprar el pan a 65 pesos el kilo», destacó el comunicado del Cipba.
«Desde Cipba reafirmamos nuestro firme compromiso con la titular del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, Victoria Toloza Paz, para colaborar en todo lo que esté a nuestro alcance con la situación de los sectores más vulnerables», señalaron.
«Aunque algunas exportadoras y molineras especulen con el precio de la harina, garantizamos que en las próximas semanas habrá panaderías en todo el país que tendrán el pan a 65 pesos para todos los beneficiarios de la Tarjeta Alimentaria», sostuvo sobre la decisión José Álvarez, presidente del Cipba.
Por su parte, el presidente de la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios, Víctor Palpacelli, se mostró optimista en que la utilización de la tarjeta alimentar van «a dar movimiento” al sector” y permitirán “romper la recesión y recuperar el cuadro de resultados” de ventas.
En ese marco, aseguró que “será importante que la Tarjeta Alimentaria esté en todo el país a la brevedad, porque le va a dar movimiento”, dijo Palpacelli y recordó que la Federación que preside representa a 20.000 locales comerciales.
Controles para evitar fraudes y abusos
El titular del Sindicato Único de Trabajadores de Ferias (SUTFRA), Walter Godoy, aseguró que el gremio colaborará con el gobierno para que «no se produzcan abusos y fraudes con la Tarjeta Alimentar».
El dirigente sindical se reunió con la titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Mercedes Marcó del Pont, y sus asesores, para diagramar «una nueva categoría de monotributo (el llamado puestero), al que se incorporarán 3,6 millones de trabajadores de ferias y mercados con el consiguiente impacto en la recaudación», dijo.
«El gremio procura dignificar a los trabajadores puesteros/feriantes para sacarlos de la informalidad. La sociedad debe dejar de verlos como ilegales», enfatizó el dirigente, quien añadió que esa masiva incorporación aumentará el padrón de monotributistas en un 150 por ciento y aportará una recaudación de casi 13 mil millones de dólares al año, aseveró.
Aunque la aplicación del sistema de monotributo puestero está «en etapa embrionaria», la tributación para incorporarse a la nueva categoría será «progresiva y paulatina», dijo.
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A todo el país
La iniciativa abarca el 80 por ciento del país de madres con chicos menores 6 años, embarazadas a partir del tercer mes y personas con discapacidad que reciben la AUH; mientras que el 20 % restante, en zonas rurales, «trabajaremos con postas sanitarias», indicó Arroyo.
El Ministro aclaró que la Asignación Universal por Hijo (AUH) «es un derecho», mientras que la Tarjeta Alimentaria lanzada por la cartera a su cargo «es un programa de emergencia».
«Se trata de un programa de emergencia y si mañana no hay hambre, no habrá más tarjeta», explicó Arroyo en declaraciones a radio Con Vos en referencia a la Tarjeta Alimentaria que alcanzará en su etapa final a 2 millones de beneficiarios en todo el país.
Para que quede clara la diferenciación, Arroyo explicó que «si la economía crece por ejemplo un 20 por ciento, la AUH seguirá igual».
Una tarjeta para los más necesitados
La Tarjeta Alimentaria se entregará en forma automática a todas las personas que reciben la AUH a partir del cruce de datos que realiza el Anses y las bases de datos de las AUH.
El ministro asumió que el 80% de los beneficiarios de la AUH «están endeudados», pero aclaró que la Tarjeta Alimentaria «no se transforma en dinero».
El plan Argentina Contra el Hambre será clave en la reactivación del sistema productivo del país del que forman parte diversos actores de la sociedad. Para garantizar el éxito en su implementación requiere del compromiso de funcionarios, empresarios, de los gremios, de las ONG y de los consumidores, entre otros. Cada uno tiene una responsabilidad distinta de acuerdo al lugar que ocupa, sin embargo, todos son relevantes para que cada pieza encastre de manera correcta permitiendo lograr armar el gran rompecabeza.