Inflación y Canasta Básica: el presente es nuestro

Inflación y Canasta Básica: el presente es nuestro

Los datos estadísticos de junio sacudieron las previsiones del gobierno en materia inflacionaria. El presente económico es malo y el futuro desalentador.

Los números de la inflación de junio marcaron un 16% acumulado de suba de precios en lo que va de 2018. La Canasta básica Alimentaria recibió el impacto de la devaluación con subas en productos de hasta un 80% en seis meses. Mientras el gobierno gestiona sobre el anhelo de un futuro incierto, los trabajadores pagan la realidad del presente.

“La inflación en 2019 será de 10 puntos menos”, dijo Mauricio Macri, en la conferencia de prensa del miércoles, previo a reunirse con la directora del Fondo Monetario (FMI), Christine Lagarde. Luego de conocerse los números del Indec y las estimaciones de las consultoras sobre la inflación de junio, cuesta creer que la promesa tenga pregnancia en la sociedad.

Inflacion canasta basica precios
La Inflación impacta en el bolsillo de los trabajadores y no se detiene

Promesas incumplidas

Es que, luego que el equipo económico del gobierno nacional comunicara, en diciembre de 2017 las metas inflacionarias del 15% para todo este año, y las sostuviera obstinadamente a lo largo de los primeros seis meses de 2018, la sociedad comenzó a desconfiar de la capacidad política y la lectura de la realidad de la actual administración de gobierno.

Más aún, cuando la inflación de junio marcó una suba de precios acumulada de 16% para los primeros seis meses, cifra que deja al gobierno nacional al borde del ridículo. Es que, si los gremios hubieran negociado paritarias a ese valor, sin incluir cláusulas de revisión, los trabajadores perderían un catastrófico 50% de capacidad adquisitiva en su salario.

Por supuesto que, en este marco, fueron varios los sindicatos que tomaron nota y salieron a negociar paritarias con un piso de diez puntos por encima del techo salarial ofrecido desde el oficialismo, e incluyeron cláusulas de revisión avizorando la posibilidad que la inflación definitiva de este año supere los 30 puntos porcentuales.

Errores que golpean a los trabajadores

Sin embargo, más allá de quien se acerque o aleje más al número definitivo del alza de precios generalizado de este año, la preocupación de gran parte de la sociedad reside en que cada estimación errada por el gobierno repercute en el salario, el consumo y la capacidad de compra de los trabajadores.

El problema es que mientras el gobierno nacional siga empecinado en comunicar sus anhelos a futuro, las cifras que las consultoras y el propio Indec arrojan cada mes, irán marcando un divorcio de la gestión Cambiemos con el presente. Y eso es lo que se observó en los sondeos sobre estimaciones inflacionarias de los últimos meses.

Mientras en abril de este año el FMI anunciaba que la inflación anual, en Argentina, llegaría al 19,2% en 2018, las estimaciones inflacionarias de la sociedad, testeada por la Universidad Di Tella (UTDT), eran del 20%. Claro que en ese momento aún no se había pasado por la brutal devaluación de fines de abril.

Ver también: Inflación de junio será de 4% por aumentos de alimentos y bebidas

Un dato significativo es que tres meses después la inflación y los despidos aparecieron como la preocupación central para el 60% de la población. Así lo graficó un sondeo de Synopsis, elaborado en las principales ciudades del país, a mediados de julio.

Canasta básica, en seis meses

Según un estudio de la consultora Focus Market, la devaluación del peso, iniciada el 25 de abril se trasladó a los productos de la canasta alimentaria y aceleró la inflación en mayo y junio.

El impacto del dólar fue desigual, pero con el denominador común de que ninguno de los productos alimenticios imprescindibles de la canasta básica subieron, en los primeros seis meses del año, por debajo del 29%.

La consultora comunicó que la harina fue la que encabezó el ranking de aumentos con un alza de 83%, seguida por pastas secas con un 33,3% y las polentas con un 29,3%.

En total, las 13 categorías que más aumentaron de enero a junio de 2018 son: Harina 83%; Pastas Secas 33,3%; Polentas 29,3%; Helados 24,8%, Insecticidas 23,4, Sopas 23,3%; Té 22,9%; Tapa de Empanadas 22,9%; Pastas Frescas 20, 8%; Mayonesa 18,7%; Gaseosas 13,5 % y Leche + 13,1%.

Ver también: La inflación de junio ya impacta en la canasta básica

Si no se tomara en cuenta el precio de la harina, que, de hecho, responde a factores de variabilidad económica internacional, lo más significativo es que el valor del resto de los productos se situó, en seis meses, al doble, y más, de la estimación anual inflacionaria del gobierno nacional.

El dato no es menor si se tiene en cuenta que la canasta básica alimentaria define el acceso de la población al consumo mínimo indispensable, es un termómetro del salario y marca la línea de ingreso a la pobreza de las familias trabajadoras argentinas.

Desconfianza

Con posterioridad a la publicación de los datos de junio del INDEC, que reflejaron una suba de 16% de la inflación en el primer semestre, Mauricio Macri volvió a hipotecar su credibilidad frente a la sociedad, al anunciar una caída de diez puntos en la inflación de 2019.

Lejos de revisar sus criterios para evaluar los números de la economía y calzarse el traje de administrador de la política y la economía nacional, el presidente decidió entrar en la distante disputa electoral, a juzgar por su discurso del miércoles.

Es que la promesa de bajar 10 puntos de la inflación en 2019, debería haber estado precedida por una demostración de capacidad para controlar las contingencias de la economía durante el primer semestre de 2018.

La irrealidad de las estimaciones a futuro de la gestión Cambiemos con respecto a la economía y la política son ya una peligrosa apuesta que puede diluir el respaldo social, el consenso y la gobernabilidad de la actual administración de gobierno.

El presente es nuestro

Hasta aquí los “errores” de la actual gestión impactan de lleno en el bolsillo de los trabajadores. En ese marco las paritarias y los convenios colectivos de trabajo deben ser defendidas y reivindicados como herramientas para el amparo económico y laboral del movimiento obrero.

Es que son los trabajadores los que a diario pagan la dura realidad de un presente que se muestra cada vez más inclemente con los asalariados.

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