Alimentación se sumó al paro de la CGT

Los trabajadores pertenecientes al sindicato de Alimentación se sumaron al paro de la CGT contra las medidas económicas del gobierno Macri

El paro convocado por la Confederación General de Trabajadores  (CGT) se hizo sentir con fuerza en todo el país. El alto acatamiento a la medida de fuerza parece confirmar la crisis económica  y el descontento de los trabajadores por el rumbo de la gestión económica. Por otra parte, el tercer paro general contra la gestión de Cambiemos logró encolumnar a las diferentes corrientes sindicales y movimientos sociales. Una deuda pendiente de la confederación que supo saldar.

Es que hasta ahora, la CGT no había impulsado medidas de fuerza por distintas razones. Por una parte porque pretendían privilegiar el diálogo con el Gobierno, y por otra, porque si los demás colectivos políticos no respondían al llamado de la Confederación hubiese significado un duro golpe para la organización que nuclea a los trabajadores.

El resquemor es justificado. Desde la cúpula sindical saben que el macrismo es bueno aprovechando las debilidades de sus adversarios y trabajando la propaganda. Claro que los medios hegemónicos de comunicación funcionales al Gobierno contribuyen con las operaciones políticas del oficialismo y hacen su parte.

La reacción del Gobierno

Si bien desde el Gobierno quisieron minimizar la medida de fuerza, el altísimo acatamiento y la poca actividad en las calles, dieron por tierra con la maniobra mediática.

De hecho, desde importantes sectores del gobierno ya reaccionaron frente al impacto del paro.

El primero en hacerlo fue el flamante ministro de Producción, Dante Sica, quién se reunió con dos de las agrupaciones empresarias más fuertes de su sector:  la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC). El encuentro fue aprovechado para enviarle una señal a la CGT.

Durante la reunión se planteó a los empresarios que deberán reabrirse las paritarias y que es necesario reactivar el consumo y recuperar el mercado interno.

Será cuestión de tiempo corroborar si se trata de una nueva expresión vacía del Gobierno o si es cierto que van a trabajar por el crecimiento económico y el bienestar de los trabajadores.

Para la CGT se agota el tiempo

Carlos Acuña, uno de los triunviros de la central obrera, sostuvo en conferencia de prensa: “Hay una nueva oportunidad, espero que este Gobierno haya leído el paro de hoy. Los dirigentes gremiales no son los que paran a la gente, porque podemos convocar al paro que queramos pero si la gente está bien, no va a parar. Esta CGT va a seguir teniendo al prudencia que debe tener pero los tiempos son cada vez más cortos porque el hambre no espera», advirtió.

Por otra parte, Héctor Daer, el representante con mayor exposición, sumó críticas contra industriales y comerciantes especuladores mientras se refería a la política económica del Gobierno:   “Queremos que administren de forma coherente el comercio exterior, no puede ser que nos entre todo, hasta los caramelos nos vienen de afuera y no tenemos capacidad de defender nuestra industria. Y queremos decirle a los industriales también que no especulen, y a los comerciantes, sobre todo a los grandes supermercados, que se convirtieron en importadores de productos que no vengan ahora a remarcar y a dolarizar toda la economía porque los salarios de los trabajadores no están dolarizados”, enfatizó.

Las alimenticias en el ojo de la tormenta

Las empresas alimenticias son unas de las principales responsables del descalabro económico. Esta apreciación es compartida tanto por el Gobierno, como por los representantes gremiales. Es que ante cada movimiento del dólar la modificación de los precios de los productos ha sido inmediata, en muchos casos de forma injustificada y desmedida.

Si bien el Gobierno quiso ponerle un freno al comportamiento abusivo de los formadores de precios, se encontró con una realidad que no pudo manejar: los empresarios no responden a las necesidades políticas, se mueven en función de las mayores ganancias posibles.

Desde el sindicato de Alimentación saben que las empresas del sector tienen margen para aumentar los salarios de los trabajadores. Fundamentalmente porque las grandes alimenticias son formadores de precios y porque en ningún momento resignaron ganancias pese a los ajustes y golpes al los bolsillos de lo trabajadores.

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