Ley de Etiquetado: El macrismo juega otra vez para la patronal alimenticia
Una vez más, mostrando su apego al lobby del monopolio de las alimenticias y de la Coordinadora de Empresas Alimenticias (Copal), Juntos por el Cambio no dio quórum para tratar ley de etiquetado frontal. ¿En qué afecta a las alimenticias?
Juntos por el Cambio volvió a mostrar su condescendencia con uno de los sectores con más poder de lobby de la Argentina: las empresas alimenticias. Esta vez, lo hizo anunciando que no daría quórum para tratar la ley de etiquetado frontal en el Congreso. Y así lo hizo.
Se trata de una ley trascendental para cuidar la salud de los argentinos y las argentinas y para ampliar la información de los componentes de los alimentos. A simple vista no debería ser problemático para las empresas del sector, pero igual apretaron el botón de “lobby”.
Y el “bati-llamado” de la patronal alimenticia recaló enseguida en un sector de la política muy permeable a los intereses de Arcor, Molinos, Mondelez, Mastellone y Granja Tres Arroyos: el macrismo. Ahora pondrán palos en la rueda a la ley de etiquetado frontal.
En otra demostración de desprecio por el derecho de la comunidad de saber que consume, al momento de alimentarse, desde el bloque de “Juntos por el Cambio” no dieron quórum el martes, en el Congreso.
El macrismo, ausente en discusiones clave
La ley de etiquetado de alimentos es una ley clave –que cuenta con media sanción del Senado-, que advierte sobre los excesos de grasas, sodio y azúcar en los alimentos. Tan simple como una respuesta para resguardar la salud de la población.
Allí, Juntos por el Cambio volvió a mostrar que la salud pública se subordina a los intereses de los sectores poderosos de la economía, a los que ellos responden. Es que, claro, ya lo había mostrado a lo largo de su gobierno cuando fueron dóciles a las presiones de las alimenticias.
El oficialismo de la Cámara de Diputados buscó reunir el quórum en la sesión especial que impulsa el martes para convertir en ley el proyecto de etiquetado frontal que advierte sobre los excesos de grasas, sodio y azúcar en los alimentos.
Pero Juntos por el Cambio anticipó que no colaborará para reunir el número reglamentario, aunque sí participaría del debate en el caso de que el Frente de Todos consiguiese juntar los 129 legisladores requeridos para abrir la discusión.
De este modo, si el oficialismo no consigue el respaldo de otros bloques, la primera sesión presencial convocada en la Cámara baja tras un año y medio de funcionamiento virtual por la pandemia de coronavirus fracasó.
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Querían deliberar en el Congreso, y ahora no dan quórum
La sesión fue solicitada por la bancada del Frente de Todos, que encabeza Máximo Kirchner, para debatir un conjunto de iniciativas consensuadas con la mayoría de los bloques. Pero el bloque opositor de la UCR, el PRO y la Coalición Cívica se ausentó.
Esto, después de tres meses sin deliberar, debido a la campaña electoral y a la falta de acuerdo entre los distintos espacios parlamentarios. No asistieron a pesar de haber pedido la asistencia presencial al Congreso, durante toda la pandemia.
El temario de la convocatoria impulsada por el oficialismo incluía, además, otras iniciativas, como la que propone políticas transversales para las personas en situación de calle y otro referido a medidas vinculadas con la actividad de la vitivinicultura.
Lobby patronal de las alimenticias
La coalición opositora, que en la Cámara baja encabeza el radical cordobés Mario Negri, decidió no dar quórum al considerar que la sesión fue convocada por el FdT y propuso realizar una sesión la próxima semana en la que se incluya un temario consensuado.
La idea de la oposición es armar un encuentro entre todos los bloques parlamentarios y que se incorpore el proyecto de etiquetado frontal, informaron fuentes parlamentarias. Sin embargo, desde el Gobierno saben que detrás se encuentra la mano de las alimenticias.
Es que a lo largo de la jornada, la UCR mantuvo varias reuniones para definir su postura ya que la mayoría de sus diputados respalda el proyecto de etiquetado frontal de alimentos, pero finalmente se prefirió consensuar con el PRO y la Coalición Cívica.
Son estas dos fuerzas las más permeables al lobby de la Coordinadora de Empresas Alimenticias (COPAL) y de Daniel Funes de Rioja, el presidente de la Unión Industrial.
Ahí, la postura común es no dar quórum.
Fuentes de la bancada opositora señalaron que no estaban al tanto de la sesión, ni tampoco fueron consultados por el oficialismo, y dijeron que «tampoco nos abrieron el temario para incorporar temas de interés, así que suponemos que deben tener el quórum».
La mano de la Copal
A esta altura ya resulta innegable que la entidad que representa a las grandes alimenticias está detrás de la actitud de los diputados y diputadas de la oposición. Ello, a pesar de haber sido elegidos por la ciudadanía para que defienda sus derechos, y no los de las alimenticias.
El proyecto que busca aprobar el FdT propicia advertir a la sociedad sobre los productos que tienen un alto contenido de grasas, sodios y azúcares, con el fin de ayudar a combatir la obesidad, la hipertensión y los riesgos cardíacos.
La iniciativa es rechazada por las empresas de la alimentación y genera resistencias entre legisladores de las provincias del norte, sin distinción de alineamientos políticos, ya que desde esa región del país sostienen que el etiquetado frontal perjudicará a la producción azucarera.
Por ahora, la ciudadanía deberá esperar y postergar sus derechos sanitarios, por una jugada más en contra de su salud. Esta vez por parte de la coalición opositora de Juntos por el Cambio, en el Congreso.
Así, cobra fuerza la posición de la COPAL y de las empresas como Arcor, Molinos, Mondelez y Mastellone, de acumular ganancias sin importar los derechos de la ciudadanía. El Gobierno tomará nota y evaluará la coyuntura política, en otro momento.