Macri en su tormenta y con un barco sin timón

El último informe del INDEC reveló que, para no ser pobre, una familia necesitó $ 22.558 pesos durante septiembre. El gobierno de Mauricio Macri y los empresarios aceptan desorientados la reapertura de paritarias a los gremios que quieren frenar la precarización salarial.

Luego de numerosas manifestaciones que incluyeron medidas de acción masivas por parte del movimiento obrero por el impacto de la economía al bolsillo, las cámaras empresarias comenzaron a aceptar tibiamente la reapertura de negociaciones salariales.

La decisión de las entidades que representan a los intereses de las patronales es una señal de la compleja situación que atraviesa la mayor parte del sector laboral, que viene sufriendo la pauperización de los salarios, los despidos y la caída del empleo.

Fue el propio Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) el que graficó esa situación de manera contundente. Según el organismo estatal una familia tipo conformada por cuatro personas (dos adultos y dos menores) necesitó 22.500 pesos para no ser pobre.

Es decir que la suba del valor de la canasta básica, que mide niveles de indigencia y pobreza del país, subió un 8,1% con respecto al número del mes anterior. Esto quiere decir que el impacto de la inflación y el alza de precios de los alimentos se trasladó fuertemente al consumo.

Alimenticias responsables

Ya la semana pasada el propio INDEC revelaba que fueron, justamente, las empresas alimenticias las que se ubicaron a la cabeza de la inflación del mes pasado, frente a otros rubros industriales.

Los datos del organismo marcaron que la inflación de septiembre alcanzó, en promedio el 7% mensual y fueron las empresas del sector alimenticio las que, al apresurarse a subir precios lideraron el alza del valor de los productos.

De acuerdo al relevamiento del INDEC, los alimentos aumentaron en promedio 7% el mes pasado, llevando a 35,8% la suba en los primeros nueve meses del año. La cifra puso en guardia a los sindicatos que se movilizaron para reclamar que se reabran las paritarias.

Es por ello que hay que rastrear esta información para entender por qué el gobierno nacional y los empresarios debieron reconocer que hay necesidades concretas en el reclamo del movimiento obrero para sentarse a la mesa de negociación salarial.

Sobrepasados por la coyuntura

El giro en el discurso y las actitudes del Poder Ejecutivo con el sector del trabajo marca un grado importante de desorientación por parte de los funcionarios nacionales que salieron a pedir señales a los empresarios para mermar el impacto de la economía al bolsillo obrero.

Hace menos de un año los referentes de Cambiemos aseguraban que la inflación no sobrepasaría el 15% y hoy tienen que salir a aceptar que los empresarios reabran paritarias en una coyuntura donde la inflación ya supera el 35%.

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Es por eso que queda cada vez más claro que la coyuntura económica está desbordando al gobierno, obligándolo incluso a tener que pedirle favores a sus empresarios amigos para volver a sentarse en la mesa con los gremios.

Un índice que pauperiza destruye el salario

El dato del organismo estadístico nacional marcó que una familia integrada por una pareja mayor de 30 años y dos niños de 6 y 8 años necesitó en septiembre $ 22.558,17 para adquirir los bienes y servicios que integran la canasta básica total (CBT).

El instituto informó además que ese mismo grupo familiar requirió de $ 9.059,51 para adquirir la cantidad mínima de comida que integra la Canasta Básica Alimentaria (CBA), un 8,5% más que en agosto, y así superar la línea de la indigencia.

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Con el resultado de septiembre, la CBT acumuló en nueve meses un alza de 35,2%, mientras que si se compara con igual mes del año pasado el incremento fue de 46%. En tanto, la CBA subió 36,3% desde enero y 43% en un año.

Pobreza CEO en medio de la tormenta

A pesar de los números Mauricio Macri volvió a reiterar que el objetivo de su gestión es la “pobreza cero”.
«Nuestra meta es y seguirá siendo reducir la pobreza. A raíz de esta tormenta (cambiaria y financiera) sabemos que las cosas van a tardar más», dijo Macri a finales de septiembre, en una conferencia de prensa.

El autismo discursivo de Cambiemos preocupa a una gran parte de la dirigencia política, sindical y a los propios trabajadores que padecen las acciones deliberadas del Ejecutivo para ajustar la economía, el consumo y el salario.

Los trabajadores no se distraen

Las últimas acciones de los trabajadores que integran las centrales obreras más importantes del país dejan trascender que buena parte del movimiento obrero se encuentra alerta y organizado ante las medidas económicas y sociales de la gestión Cambiemos.

Luego de la manifestación de los gremios industriales frente al Ministerio de Producción para exigir, a la par de las pequeñas y medianas empresas, para que se reactive el salario, el consumo y que se terminen los despidos, vino el paro general de la CGT y la CTA.

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La contundencia de los reclamos deja entrever que, a pesar de los embates que los empresarios y el gobierno nacional llevan adelante contra los trabajadores, existe una buena fracción del sector laboral que se encuentra organizado para resistirlo.

De hecho, el gremio de la Alimentación, representante de los trabajadores de la industria más pujante del país a nivel nacional e internacional y la que más emplea, ya inició gestiones para renegociar salarios.

Esto sirvió para que varios gremios comiencen a dialogar con las cámaras empresarias para abrir paritarias a nivel nacional.