Derrumbe del salario: ¿hasta donde quieren llegar?
A pesar de las advertencia para que se cambie la política económica, el gobierno aceleró e ingresó en la peor semana económica desde que asumió, en 2015. Los mercados no le responden, la devaluación hunde el salario y el consumo y la ortodoxia porfían el rumbo.
Las escenas que se vieron ayer, viernes, de saqueos simultáneos en tres provincias rememoran los momentos más angustiantes de nuestra historia reciente. Si bien es apresurado el paralelismo, cabe evaluar las condiciones sociales que está gestando la política de Cambiemos.
Desde hace varios meses referentes del sector obrero en nuestro país vienen alertando sobre las consecuencias que la política económica del gobierno de Mauricio Macri están teniendo sobre la población, con una caída ininterrumpida del poder de compra del salario.
Los funcionarios nacionales, mientras tanto, pendulan entre la negación dela crisis y responsabilizar a la economía internacional y los vaivenes financieros. Las respuestas evidencian la dificultad del gobierno para salir de la trampa que le tendió su programa económico.
La ideología neoliberal y las relaciones que tejieron con el sector financiero impiden que los hombres del gobierno observen la gravedad de la situación social.
No es un fracaso económico
El propio Jefe de Gabinete, Marcos Peña, aseguró que “no estamos ante un fracaso económico”. Peña dijo que la Argentina “está encaminada” a lograr el equilibrio fiscal y que “va a salir fortalecida de este proceso”, en medio de la escalada del dólar.
El augurio, tras la nueva suba del dólar, es que impacte de lleno en la economía real de todos los argentinos en los próximos días. Es que más allá de los impactos relacionados directamente con la divisa internacional, como por ejemplo el turismo, se espera subas en alimentos.
Históricamente, en el país, un salto en el precio del dólar se traslada, casi en lo inmediato, a las góndolas del supermercado. La canasta de alimentos está directamente afectada por el alza del 20% del jueves por lo que es seguro que aumentará el índice de pobreza en septiembre.
Los últimos datos del INDEC dan cuenta de esto, mostrando, antes de la devaluación, un aumento del 34% en la variación interanual de la Canasta Básica Total -que incluye alimentos, tarifas de servicios públicos e indumentaria.
Traslado a la Canasta Básica
La Canasta Básica Alimentaria establece el parámetro para los consumos que una familia tipo necesita para no ser considerado pobre en nuestro país. El mes pasado esa vara estuvo ubicada en 20 mil pesos, pero no hay dudas que la proporción de la suba elevará el valor.
De hecho, a horas de la corrida cambiaria del jueves, varias comercializadoras alimenticias anunciaron que dejarían de entregar sus productos a raíz de la crisis, puesto que aún no habían definido el valor con el que aparecerían en las góndolas.
Si bien es prematuro determinar cuánto impactará esta disparada cambiaria en la inflación de los próximos meses, es claro que el índice de precios esté afectado en el corto plazo.
Otro segmento en el que impactará de lleno será en los combustibles, arrastrando a la suba los costos del servicio de transporte urbano y de carga, y en consecuencia a la población.
Vale mencionar que los precios de las naftas también están atados a la cotización internacional del petróleo. Es por es que desde que el gobierno nacional autorizó la liberación del precio de los combustibles, no paran de aumentar. El litro de Premium de YPF subió 42% en 2018.
Caída del salario
Desde el inicio del proceso devaluatorio uno de los impactos más profundos fue el que se sucedió sobre el alcance de compra de los salarios. Es que, además de la suba constante de precios de los productos de consumo, el gobierno nacional empuja paritarias “a la baja”.
Aún cuando los especialistas estiman que la inflación anual no estará por debajo del 40%, no hay ningún gremio que haya obtenido una suba del salario por encima del 30%, por lo que la capacidad de compra del sueldo de los argentinos tiene un piso de pérdida de 10%, en 2018.
Inflación del 40%
«Listo. Cerró el mercado. La suba fue del 8%. El dólar llegó a $35. La tercera meta de inflación (27/32%) está completamente sepultada. No creo que la inflación vaya a cerrar el año abajo del 40%. Pulverizaron los salarios ¿Misión cumplida?», ironizó Kestelboim.
El director de Seguimiento de Precios de la provincia de Entre Ríos, Javier Schnitman, también se refirió al impacto de la devaluación y la inflación en los salarios, tanto con relación al dólar como en el consumo diario.
«Venimos desde enero con incrementos alarmantes. Pero desde los últimos 60 días con una falta de control absoluto, la liberación total del mercado, lo cual hace una erosión salarial con consecuencias inmediatas en el poder de compra», sintetizó.
Por su parte, el economista Diego Martínez Burzaco afirmó «que la pérdida de confianza del mercado no es casual ni efímera».
Burzaco expresó que «dijiste traé la plata y confiá, aplicaste el impuesto a la renta financiera, dijiste que BCRA era independiente, hiciste la conferencia 28/12, dijiste inflación a 15%, va a ser 38%, dijiste dólar a $20, vale $35. En fin».
El propio José Luis Espert había pronosticado que «en 2018, año de gran devaluación, no descartaría que la inflación llegue a tocar el 40% que alcanzó en 2016 y 2014, con un piso en 35%», en diálogo con el portal Ambito.com.
Pérdida en dólares
“Hay mejoras en el frente fiscal que no se pueden anunciar porque nos perjudicaría en lo político, como por ejemplo la caída del salario real”, celebró Mario Quintana, la semana pasada para poner sobre la mesa los ‘logros’ de los ajustes que lleva a cabo su administración.
La ‘buena noticia’ con la que el funcionario intenta convencer a los financistas no es una mentira: esta semana la consultora Ecolatina publicó un informe donde se observa que los salarios y las prestaciones sociales se reducirían un 8% en lo que resta del año.
En ese marco, Schnitman indicó: «El salario mínimo está en 10 mil pesos, que son 289 dólares. En agosto de 2015 con 5.588 pesos, el salario mínimo representaba 605 dólares. Perdimos 95 por ciento de nuestra capacidad de compra de una mercancía», destacó.