El saqueo de diciembre

Las reformas del Gobierno se impusieron a pesar del rechazo popular y de las masivas manifestaciones en repudio a las políticas de ajuste

En una semana desbordada de violencia, sospechas sobre el accionar policial y manifestaciones populares de descontento en las calles, el gobierno nacional consumó su plan  de ajuste que incluyó una reforma del cálculo jubilatorio para quedarse con cien millones de la caja previsional.

La consultora Analogías, de Analía Del Franco, midió el apoyo al paquete de reformas impulsado por el gobierno nacional, a mediados de diciembre, y concluyó que el rechazo tocó índices cercanos al 70% entre los sondeados. Las opiniones favorables apenas llegaron al 23%.

Sin embargo, ni la cifra, ni los brutales hechos de violencia en la plaza de los dos Congresos, ni las advertencias de los legisladores, ni la falta de respaldo de organizaciones sociales, políticas y sindicales amedrentaron a un gobierno (hasta octubre) sensible al humor social y las encuestas de opinión.

La obstinación de Mauricio Macri y la coalición gobernante para aprobar «como sea» el paquete de reformas previsional, laboral y tributaria, dejó entrever los hilos de un modelo que depende, cada vez mas, de recetas planeadas por organismos internacionales de crédito.

La oposición interna y el fantasma del exterior

Desde la oposición política en el parlamento numerosos legisladores cuestionaron que detrás del paquete de iniciativas del gobierno existe una necesidad visceral del modelo económico de Cambiemos de solventar la creciente toma de deuda con el exterior para reducir el déficit fiscal.

Si vamos a los números observamos, de hecho que Argentina, en 2017, se encuentra liderando el top ranking de los Estados nacionales con más cantidad de deuda tomada con organismos crediticios internacionales.

En una nota de Infobae del 5 octubre de este año el portal digital destacó que “El Estado nacional encabeza el listado de emisiones soberanas entre 2016 y 2017, con USD 42.000 millones. La provincia de Buenos Aires ocupa el puesto 22°, con casi USD 9.000 millones”.

En una entrevista telefónica con Radio Caput la diputada nacional por Santa Fe, Silvina Frana, expresó que «las reformas del gobierno tienen el sello claro del FMI».

Un mes antes de que comience a ser tratado el paquete de medidas el columnista económico de Ámbito Financiero, Jorge Velázquez, develó que tras los anuncios del presidente Macri en el CCK, Cambiemos pactó con el Fondo Monetario “a puertas cerradas” la política fiscal del próximo año.

“Los cambios que impulsa la Casa Rosada se basan en una propuesta del organismo internacional. El eje es modificar la fórmula de actualización de jubilaciones para ahorrar más de cien millones por año” tituló el matutino.

La reunión existió, de hecho, y se desarrolló entre el emisario del organismo multilateral de crédito, Roberto Cardarelli, y el Ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne (foto).

El cuadro quedó enmarcado cuando, el 19 de diciembre, el Comité Ejecutivo de ese organismo internacional trató el reporte del artículo IV sobre la economía argentina y le aprobó los números a Mauricio Macri, mientras se aprobaba en el Congreso la reforma jubilatoria.

Autismo político e indolencia social

“Me voy a París porque los bombos peronistas no me dejan escuchar a Bartok” ironizaba Julio Cortázar, con pedantería, en referencia al músico y compositor húngaro Bela Bartok, y para graficar su desprecio por el movimiento de masas de la época, en nuestro país.

El lunes y martes de la semana que pasó se vivió una imagen similar. La gestión de Cambiemos montó un operativo represivo descomunal para que el Congreso Nacional apruebe con celeridad una de las medidas más antipopulares de los últimos tiempos.

Como en una especie de indolente autismo social y político, los legisladores de Cambiemos en la Cámara de Diputados, apuraban la sesión para aprobar la reforma previsional con cada acto de violencia que sucedía en las calles, donde, a la masiva y diversa movilización le siguieron cacerolazos nocturnos.

Las ironías no son casuales, el gobierno parecía tener, como Cortázar, los oídos puestos en la París natal de la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde.

Los cien mil millones: Consenso vs Saqueo

La nueva fórmula cambia el aumento semestral para los jubilados, que baja del 12 al 5,7%. Esto implica que a un haber de 10 mil al que le correspondería un aumento aproximadamente de 1.200 pesos en marzo de 2018, con el proyecto oficial, sería de sólo 570 pesos. Una quita del 52,5%.

La medida alcanza a 17 millones de personas entre jubilados, pensionados, beneficiarios asignaciones familiares y de Asignación Universal por Hijo. El cálculo le ahorra casi cien mil millones de pesos al Estado, y le quita unos 7.560 pesos anuales a los haberes de los jubilados.

A contramano de lo sucedido con la reforma laboral, donde el movimiento obrero, a través de sus representantes, fue convocado para consensuar las modificaciones a la legislación, el gobierno procedió, con las jubilaciones, de manera unilateral, antipopular e inconsulta.

Los resultados quedaron a la vista. En el primer caso los referentes de la CGT consiguieron que la visión neoliberal de la actual gestión del Ejecutivo no avance sobre los convenios colectivos de trabajo, para imponer una ley laboral “a la brasileña”.

En el segundo, la falta de diálogo y consenso social y político, llevó a que el gobierno haga uso de la opción autoritaria, en una demostración de ferocidad represiva sin precedentes.

Es probable que el Ejecutivo ya testee la impopularidad de la reforma previsional y de su respuesta desbocada ante el rechazo social. El humor de la sociedad parece haber empezado a girar con la celeridad de un timón en las aguas, aun cuando las consecuencias de esta decisión política no impactó, todavía, en el bolsillo de los ciudadanos.

Mantenete siempre informado con www.infoalimentacion.com.ar