La tensión inflacionaria vuelve a escalar: remarcaciones y aumentos sacuden al consumo

La tensión inflacionaria vuelve a escalar: remarcaciones y aumentos sacuden al consumo

Las empresas de consumo masivo lanzaron nuevas listas de precios con subas de hasta 9 %, mientras el Gobierno busca frenar el traslado a góndola y contener el impacto sobre la inflación.

El salto del dólar mayorista y la inercia inflacionaria encendieron la pulseada entre proveedores y supermercados. Las grandes marcas aplicaron aumentos en alimentos, higiene y limpieza. Panaderías, almacenes y mayoristas también se ven forzados a ajustar precios en medio de un consumo estancado. Las consultoras ya alertan sobre una aceleración del IPC en agosto.

 

Nuevas listas, nuevas tensiones

 

La primera semana de agosto comenzó con una nueva ronda de aumentos en productos de consumo masivo. Grandes compañías como Mondelez, Unilever, SC Johnson, Papelera del Plata, Colgate y Arcor enviaron nuevas listas de precios a supermercados y mayoristas con subas de entre el 3 % y el 9 %. En algunos productos puntuales, los incrementos superaron los dos dígitos.

Mondelez, fabricante de marcas como Oreo y Milka, aplicó aumentos de hasta el 9 % en varias categorías. Unilever, a cargo de productos de higiene y limpieza, envió listas con subas del 7 % al 8 %. Arcor, si bien oficialmente negó modificaciones, fue incluida por supermercadistas en la ola de remarcaciones. Mastellone y Danone también se sumaron con ajustes del 3,5 % al 4 %.

Desde los canales comerciales minoristas, especialmente autoservicios y almacenes, se informó un traslado inmediato de estos aumentos a las góndolas. Los productos más afectados son los lácteos, las golosinas, las bebidas, los artículos de higiene y los productos importados como chocolates premium.

El contexto que habilita estas subas es la devaluación acumulada del dólar oficial mayorista, que en julio trepó un 14 %, sumado a la presión que generan los costos dolarizados, los insumos importados y la expectativa de un nuevo reacomodamiento inflacionario.

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Golpe al bolsillo: el traslado al consumo

 

Los aumentos no sólo alcanzaron a supermercados. Las panaderías denuncian incrementos de al menos el 10 % en insumos clave como harinas, grasas y margarinas. En el rubro de bebidas, los helados premium subieron entre 10 % y 22 %, mientras que las golosinas importadas mostraron ajustes promedio del 8 %.

La Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM) advirtió que muchas de las listas no tienen justificación real, y que algunas empresas están adelantando subas especulativas frente a la expectativa de una mayor devaluación o presión de costos.

Los precios de los alimentos vuelven a aumentar de la mano del dólar.

 

“Hay una mecánica de remarcar en base al tipo de cambio futuro, lo que distorsiona los precios reales del mercado y daña el consumo”, denunció un vocero del sector.

Según un informe de Focus Market, en los primeros días de agosto ya se registraron aumentos sensibles en productos de la canasta básica:

  • Jugos líquidos (+11,15 %)

  • Crema de leche (+8,28 %)

  • Nuggets (+8,61 %)

  • Chocolates (+7,81 %)

  • Quesos untables (+6,65 %)

  • Café (+6,28 %)

  • Hamburguesas (+5,91 %)

  • Salchichas (+5,89 %)

El informe señala que estos ajustes responden en parte al impacto del dólar, pero también a la caída de acuerdos de precios que el gobierno anterior había impulsado para contener la inflación. En el nuevo escenario, las empresas remarcan libremente y el consumidor queda expuesto a la variabilidad del mercado.

El termómetro del consumo

 

Mientras los precios suben, el consumo no reacciona. Según el INDEC, en mayo las ventas en supermercados cayeron un 3,3 % interanual y en los mayoristas un 6,2 %. Sólo los autoservicios de cercanía y kioscos mostraron crecimiento (hasta un 16,1 % interanual), reflejo de un cambio en los hábitos de compra: más fraccionadas, más austeras y enfocadas en lo imprescindible.

El consumo online, sin embargo, continúa su expansión. En mayo, creció un 11,4 % interanual, acumulando un alza de casi el 7 % en lo que va del año. La digitalización de las compras, con promociones exclusivas y financiación, representa una válvula de escape para los sectores medios urbanos.

Mondelez vuelve a enviar listas de precios con aumentos.

 

Desde el Gobierno, se asegura que estos aumentos no deberían derivar en una espiral inflacionaria, y se confía en que la política monetaria contractiva y la estabilidad cambiaria logren contener el traspaso.

Sin embargo, las consultoras privadas comienzan a corregir al alza sus estimaciones para agosto. LCG y Analytica proyectan una inflación de entre 2,5 % y 3 %, por encima del 1,6 % registrado en junio. El economista Orlando Ferreres alertó que si el traslado se mantiene en agosto, podría haber un “rebote inflacionario significativo” justo antes de las elecciones legislativas de septiembre.

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El Gobierno, entre el control y la campaña

 

El Ministerio de Economía emitió señales a las principales cadenas para que eviten convalidar aumentos desproporcionados. Si bien no se trata de un acuerdo formal, hay reuniones informales para alinear expectativas de precios y evitar que el conflicto escale al plano político.

En paralelo, el Ejecutivo intenta mostrar orden fiscal y estabilidad monetaria. El tipo de cambio oficial mayorista se mantiene administrado, pero la presión sobre las reservas y la deuda comercial del Banco Central ponen en duda la sostenibilidad del esquema actual.

Para muchos analistas, el problema no es sólo la inercia inflacionaria, sino la falta de anclas claras: sin tarifas reguladas, sin precios acordados y sin subsidios masivos, el mercado se autorregula con criterios de rentabilidad pura.

El riesgo, advierten, es que se consolide un piso inflacionario del 2 % mensual que impida una baja estructural del IPC, como anticipaban las proyecciones del primer trimestre.

Perspectivas: ¿freno o aceleración?

 

El mercado observa con atención los próximos pasos del Ejecutivo. Septiembre será un mes clave no sólo por la presión de precios, sino también por la política. Las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires se perfilan como un plebiscito del rumbo económico del Gobierno.

El escenario internacional tampoco ayuda: la soja volvió a bajar en Chicago, los costos de energía suben por la ola de calor en Europa y el precio del transporte marítimo se encarece por la crisis en el Mar Rojo.

Internamente, el consumo continúa planchado y el poder adquisitivo del salario no logra recuperarse. Aunque los últimos datos muestran una leve mejora en términos reales, la canasta básica se mantiene elevada y la informalidad laboral actúa como un freno a la expansión de la demanda.

La expectativa del Gobierno es que la inflación de agosto no supere el 3 % y que los aumentos sean absorbidos parcialmente por las cadenas de comercialización. Sin embargo, la experiencia reciente demuestra que, cuando las empresas remarcan, es difícil volver atrás.

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