Efecto Milei: 300 trabajadores de la planta de Avon quedan en la calle antes de las fiestas
En el mes de la Navidad, Avon sorprendió a sus trabajadoras y trabajadores con el cierre de su planta en San Fernando. 300 familias afectadas por el cierre de otra empresa durante la gestión Milei.
En medio de un escenario donde los mercados celebran la especulación financiera, las políticas económicas impulsadas por Javier Milei continúan impactando negativamente a las trabajadoras y los trabajadores.
Este contexto de precarización laboral y desregulación ha permitido que empresas multinacionales tomen decisiones sin considerar el impacto humano, como el reciente cierre de la planta de distribución de Avon en San Fernando, provincia de Buenos Aires.
La decisión, que dejó a 278 trabajadores en la calle, fue comunicada a través de llamadas telefónicas durante el fin de semana, mientras muchos empleados participaban en una fiesta organizada por su sindicato.
El lunes, los trabajadores se encontraron con las puertas cerradas y sin los telegramas de despido correspondientes, en una muestra de desprecio por los derechos laborales.
Un país que se cae a pedazos
El fabricante brasileño Natura, propietario de Avon desde 2020, justificó la medida como parte de un plan de reestructuración del negocio en el país. Aunque previamente había ofrecido retiros voluntarios, el cierre de la planta evidencia la fragilidad de los empleos en un modelo que prioriza las ganancias empresariales por sobre la estabilidad laboral.
Avon, que llegó a la Argentina en los años 70 y consolidó su presencia con plantas en Moreno, San Fernando y Garín, ahora refleja cómo las grandes corporaciones aprovechan la desregulación para maximizar beneficios, incluso en sectores que crecieron durante la pandemia gracias al comercio digital.
Bajo las políticas neoliberales promovidas por el gobierno de Milei, se profundiza un modelo que favorece la acumulación de capital financiero en detrimento de los derechos laborales.
El cierre de la planta de San Fernando es solo un ejemplo más de cómo esta orientación económica prioriza la fiesta de los mercados mientras deja a cientos de familias en la incertidumbre.
La situación refleja los costos sociales de un modelo que ve al empleo como un recurso descartable y a los trabajadores como cifras en una hoja de cálculo.
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