El Gobierno le da la espalda a la UIA y Funes de Rioja pide respeto

El gobierno de Javier Miley tensa al máximo la relación con la industria y le vacía la conferencia anual a la UIA. Los empresarios le reclaman a Funes de Rioja que defienda la industria y piden un cambio en la conducción de la central empresaria.

Ni el presidente Javier Milei, ni su ministro de Economía Luis Caputo asistirán este martes al evento anual de la Unión Industrial Argentina.

La ausencia se da en medio de cruces por la apertura de importaciones y el pedido de la entidad empresaria de igualar las condiciones tributarias que otros países ofrecen a sus industrias.

El acto lo cerrará el presidente de la entidad . Se vienen cambios en la conducción y se profundiza la interna en el sector.

Una UIA que no defiende a los industriales

Los cuestionamientos a las políticas del Gobierno por parte de la cúpula de la UIA, encabezada por Daniel Funes de Rioja, viejo conocido de gremio de Alimentación, llegaron tarde y en un tono muy tibio.

“Si hay fenómenos de apertura irracional e indiscriminada, vamos a ir señalándolos. Nos preocupa la llegada de una ola importadora, y hay que atajar rápidamente el aspecto tributario”, dijo el presidente de la entidad.

Luego de meses de hacerse los distraídos, los industriales ya no pueden disimular su malestar con el gobierno de Milei. Es que si bien muchos coinciden con la prédica violenta, llena de eslóganes neoliberales y de exaltación de valores individualistas; la realidad los está golpeando con fuerza.

La recesión no cede y el choque del modelo especulativo basado en el carry trade parece vislumbrarse en el horizonte. Mientras tanto se flexibilizan las importaciones y cada vez es más difícil sostener la producción nacional.

En función de las coincidencias expresadas, hasta ahora los industriales de peso en la UIA sostuvieron una actitud conciliadora.

Sin embargo, las consecuencias catastróficas del modelo limó la representación de Daniel Funes de Rioja.

Como si fuera poco, el diputado nacional José Luis Espert llamó “caraduras” a los empresarios de la Unión Industrial Argentina, luego de que se conociera un reclamo de la entidad para que el Gobierno nacional baje impuestos y que no abra el comercio internacional.

Y en la antesala de la conferencia, Espert fue mucho más determinante en marcar la postura del gobierno en relación con la producción nacional, «Pero cara de piedra para vendernos cosas caras y de mala calidad durante décadas y décadas de miseria espantosa, les sobra. Váyanse a cagar» apuntó el legislador.

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Un lobo cuidando corderos

El silencio de la UIA, cómplice del industricidio que está llevando adelante el gobierno, parece llegar e su fin, como la figura de Funes de Rioja cuyo rol parece estar signado por deslegitimadad.

Cabe destacar que su estudio, Bruchou & Funes de Rioja, escribió la ley ómnibus y aportó al titular de la Aduana, Eduardo Mallea y es un abierto defensor de las políticas libertarias.

Este marcado conflict0, ya sin retorno, parece ser cada vez más evidente en la medida que crece la distancia entre la cúpula empresarial y las bases regionales que buscan proteger sus intereses

El antes representante de la Copal, Funes de Rioja, ya no tiene recursos para contener los reclamos ante una situación cada vez más crítica que expone la verdadera cara el modelo libertario.

Como metáfora del ocaso de su gestión, la apertura del conferencia está a cargo de Martin Rapallini quien, es el candidato de Techint para suceder al desgastado Funes.

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La producción cayó un 15%

Según el Observatorio Pyme la producción cayó 15% y el empleo un 7% interanual «Son los niveles de caída más altos desde el 2015 donde comenzamos la serie» afirmó en Radio Con Vos el director del observatorio, Federico Poli, que participa como expositor en la evento de la UIA.

Poli expuso nítidamente el reclamo industrial que mas incomoda al gobierno: el atraso cambiario: «Lo que se esta viendo hoy es la salida de una crisis profunda, y el programa de estabilización que implementó para bajar la inflación genera una tensión fuerte con la competitividad. Es decir hay un proceso de sobrevaluación cambiaria, y hay medidas del gobierno que en vez de atenuarla, la profundiza».

En este contexto, Martín Rappallini señaló, en obvia referencia a la Casa Rosada: «Queremos que nos respeten; no es contra nosotros, es con nosotros».

El CEO de Techint, también sostuvo: «No queremos que nos protejan, queremos competir, pero es necesaria igualdad de condiciones».

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