Macri adelantó sus planes de gobierno en caso de volver a la presidencia
Mauricio Macri adelantó que, en caso de alcanzar la presidencia nuevamente, va a instalar un modelo neoliberal y acompañado de un régimen de mano dura para gestionar los disensos y aplacar las protestas.
El expresidente Mauricio Macri adelantó en un artículo de su libro «Para qué», las medidas que piensa tomar si vuelve al poder.
Se trata de un esquema político y económico similar al del menemismo basado en la privatización de las empresas públicas, despidos masivos, apertura de importaciones y reformas laboral, sindical, previsional y fiscal.
Su proyecto implica establecer una política represiva para frenar las protestas y limitar las posibilidades de reclamo.
“El derecho de protesta debe encontrar un límite”, sentenció el hijo de Franco Macri.
Reformas sin eufemismos
Macri relanzó su campaña a la presidencia anunciando que en caso de tener una nueva oportunidad al frente del Ejecutivo, actuará sin gradualismos.
Su proyecto, de corte netamente menemista, incluye privatizaciones de empresas públicas, despidos masivos, apertura de importaciones, y reformas laboral, sindical, previsional y fiscal.
Para asegurarse de acallar las posibles protestas sociales, adelantó que instalará un régimen represivo ya que “el derecho de protesta debe encontrar un límite”.
El expresidente anunció que no contemplará el costo social que impliquen las reformas que plantea y que actuará para alinear a la Argentina con lo que demanda “el mundo”.
Algo similar a lo que realizó durante su presidencia, cuando respondió a los intereses de los organismos internacionales y endeudó al país de forma récord con el FMI y otros acreedores privados sin que el país se hay beneficiado.
De hecho, los más de 40.000 millones de dólares de deuda que contrajo Macri, un préstamo sin presentes en la historia, fueron a parar a manos de especuladores financieros y nunca repercutieron es infraestructuras ni en reservas.
Lo que pretende Macri
Macri adelantó que en el «segundo tiempo» pretende implementar políticas de shock sin miramientos para el mundo del trabajo ni la industria nacional.
Según Macri, lo primero que deben saber los argentinos es que “el segundo tiempo va a exigir mucho de la sociedad”, en un plazo corto y sin anestesias, porque “el próximo gobierno será más fuerte”.
“Su fortaleza requerirá que las reformas estructurales se sancionen en las primeras horas”, adelantó y advirtió que actuará con fortaleza ya que el gradualismo que practicó durante su presidencia 2015-2019, “fue producto de nuestra debilidad”.
Macri sostuvo que su próxima administración se basará en una “reducción drástica del gasto público”.
Llama la atención que vuelva a insistir con la misma fórmula de su gestión anterior y que no haga una crítica de los casos de corrupción, la incapacidad de gestión económica y la escandalosa manipulación de la Justicia que realizaron los funcionarios de su gobierno, entre ellos, el prófugo «Pepín» Rodríguez Simón.
Macri insiste en que un país fracasado y una sociedad descompuesta requieren de su mesiánica intervención para salir adelante.
El hijo de la obra pública, se reconoce como un outsider sin ser cuestionado por los grandes medios que lo blindan.
Sin embargo, cabe destacar que Macri y su familia están vinculados a millonarios negocios con Estado argentino, y que aún tienen causas pendientes relacionados con la estafa del Correo Argentino y las incontables cuentas offshore relacionadas con la evasión fiscal y la fuga de capitales.
Vuelven los 90
Las reformas que prevé el exmandatario incluyen fórmulas ya conocidas por todos los argentinos y argentinas, las cuales desembocaron en la peor crisis de la historia argentina en los 2000.
Entre las propuestas de Macri se destacan:
Despidos masivos: “Cada ministerio, cada área, cada repartición pública deberá impulsar todas las reducciones que sean necesarias de manera urgente e inmediata.”
Privatizaciones: “Existe una larga lista de empresas públicas que deberán pasar a ser gestionadas por el sector privado sin excepciones, o que deberán ser eliminadas.”
Fin del fomento a la industria nacional: “Construir una economía abierta y aprovechar las oportunidades que tenemos en el mundo para nuestros productos, sin que esto se traduzca en subsidios.”
Apertura de importaciones: “El nuevo gobierno no estará en condiciones de seguir defendiendo el proteccionismo a costa de los bolsillos de los consumidores.”
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