Las alimenticias presionan para tener «libertad de aumentos» en 2022
A través de la Coordinadora de Empresas Alimenticias (Copal) las empresas alimenticias presionan al Gobierno para que no avance el plan oficial de acordar precios en 2022. A pesar de la suba de la pobreza y el aumento de la canasta básica, quieren seguir subiendo.
Las alimenticias ya se atajan y piden aumento. Tras el anuncio de Feletti de la prórroga consensuada de la canasta básica, Funes de Rioja, el presidente de la COPAL, dijo que “un congelamiento sin aumento es totalmente inadecuado”.
A pesar de las subas constantes de este año que deterioraron la canasta básica alimentaria y hundieron a miles de argentinos y argentinas en la pobreza, siguen planeando subas. Esta vez para el año que viene y con total falta de empatía social.
Es que las subas pegan derecho al bolsillo de los trabajadores y trabajadoras que ven perder poder de compra. Claro que según todas las consultoras y las cifras oficiales fueron las alimenticias las que encabezaron las subas de precios generalizadas.
A tal punto fue así que aumentaron por encima del promedio inflacionario anual. Es decir, que no subieron porque suben los precios sino que los precios suben porque son ellas las que aumentan de manera descontrolada y sin criterio social.
Evitar el congelamiento, para seguir subiendo
Como era de esperar, la patronal alimenticia empezó a jugar sus fichas para evitar que se extienda el congelamiento de precios en 2022. Esta decisión fue confirmada en las últimas horas por el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti.
Ahora fue la Coordinadora de Productores de Alimentos (Copal), la que se niega a ir a un nuevo período de precios fijos. Esto impulsado por las gigantes del sector como Arcor, Molinos, Mondelez y Mastellone.
Es que estas empresas concentran el 95% del mercado de productos alimenticios y, claro está, acuerdan a puertas cerradas, subas de precios de los productos con total impunidad. Ello hace que aprovechen su situación monopólica y de concentración para sus propios intereses.
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La COPAL presiona al Gobierno
Daniel Funes de Rioja, titular de la entidad que nuclea a las grandes empresas y titular de la Unión Industrial Argentina (UIA) avisó que no le escapa a dialogar alternativas. Pero dejó en claro que la idea de las empresas no es validar un congelamiento sin actualización de precios.
“Un congelamiento sin aumento es totalmente inadecuado, lo fue el primero, lo fue el del medio y lo será el ulterior”, expresó Funes. Y agregó que “estamos dispuestos a conversar, y que luego el asunto se discuta dentro de cada empresa”.
El empresario, que representan desde la UIA el interés particular de las empresas alimenticias considera que “no hay cartelización del sector, sino realidades individuales”. El eufemismo encubre la realidad concreta de que las alimenticias acuerdan subas a puertas cerradas.
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La patronal alimenticia, sin empatía social
El empresario resaltó que “hay mecanismos como Precios Cuidados, que pueden mejorarse”, pero el congelamiento “es un problema”. La apelación a los Cuidados tiene que ver con que ése es un programa de actualizaciones trimestrales, con aumentos menores a la inflación.
Claro que las gigantes del sector avanzan en aumentos para sostener sus ganancias sin tener en cuenta el profundo deterioro social que generan en la población. Sucede que las subas de precios van directo a la canasta básica alimentaria, que mide la pobreza.
A pesar de ello, todas las reuniones de la COPAL van en la dirección de seguir aumentando el valor de los productos alimenticios. Es lo que le piden sus representadas que están más con la cabeza en los mercados externos que en lo que pase en Argentina.
El Gobierno busca aliviar la canasta
En principio, la idea de Comercio Interior es, en realidad, pautar una canasta bastante más amplia y representativa. Es decir, que tenga consenso, pero que redunde en un beneficio para el bolsillo del consumidor.
Esto, será difícil si se da curso a los aumentos que pide el sector de los alimentos. Las alimenticias serán convocadas a negociar con Comercio una canasta amplia la semana que viene.
La idea ya la charló Feletti con los super mayoristas de CADAM, con los comercios de barrio y chinos, más las grandes superficies nucleadas en la Asociación de Supermercados Unidos (ASU).
De los retailers obtuvo aceptación, a diferencia de lo que ocurre con los proveedores, que son los que en realidad tienen más injerencia en la formación del precio. Los comercios aseguran que hay margen para llegar a un acuerdo razonable que extienda el congelamiento.
Mientras, más argentinos en la pobreza, por las alimenticias
Mientras tanto, según las consultoras privadas la canasta básica alimentaria alcanzó en octubre los $ 34.976, por lo que, debido a la inflación de las empresas alimenticias, más argentinos y argentinas quedaron debajo de la línea de la pobreza.
Para una familia tipo (un matrimonio con dos hijos) alcanzó en octubre un costo de $ 34.976. Así, y pese a negarlo sistemáticamente, las empresas alimenticias quedaron nuevamente en el ojo de la tormenta.
Es que, una vez más, las alimenticias dejaron más argentinos y argentinas en la pobreza. Claro que, a pesar de ello, pretenden seguir subiendo el costo de los productos, y se oponen al congelamiento de precios.
La suba implica un crecimiento de 2,97% promedio mensual, y un incremento de 51,45 % en la comparación interanual, según un relevamiento de la consultora Focus Market. Pero no es la única consultora, porque las privadas van en la misma dirección.
A su vez, el valor de la canasta alimentaria para un hogar integrado por una pareja totalizó $20.035, uno conformado por tres personas ascendió a $27.845, y de cinco miembros sumó $36.787.