La Copal volvió a victimizar a las alimenticias por la inflación
El presidente de la Copal, Daniel Funes de Rioja, reiteró que los aumentos de las empresas alimenticias «son la consecuencia de la inflación y no la causa».
El presidente de la Coordinadora de Empresas Alimenticias (COPAL) volvió a victimizar a las alimenticias.
Lo hizo al reiterar que sus aumentos son la consecuencia y no la causa de la inflación.
Claro, es que las empresas del sector son señaladas por las subas descontroladas de precios.
Es que sus aumentos ya impactan hace años en la canasta básica alimentaria generando más pobres.
Sin embargo, el titular de la entidad empresaria decidió seguir defendiendo al sector patronal.
Así continuó con su estrategia de victimizar a las empresas alimenticias.
Paños fríos
Daniel Funes de Rioja dijo que «trabajamos codo a codo con funcionarios como Kulfas, Lavagna y De Pedro».
Así busco poner paños fríos a su relación con el Gobierno.
Es que el Ejecutivo busca controlar al sector alimenticio por la inflación.
Por eso dijo que la entidad «no está para hacer política partidista, sino política industrial».
Daniel Funes de Rioja, presidente de la UIA, aseguró que “teníamos la expectativa que fuera el presidente al día de la Industria».
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Victimizar a las Alimenticias
El empresario alimenticio sostuvo no está de acuerdo que hubo funcionarios de segunda, estaban nuestros interlocutores habituales y fueron bienvenidos”.
También dijo que «nuestra visión no buscan confundirse con las gestiones partidistas”.
“Buscamos un modelo de convergencia muy inclusivo entre la pequeña y la gran empresa”, aseveró.
«Argentina necesita una política de desarrollo productivo con una base de acuerdo entre oficialismo y oposición” amplió y cerró: “Nosotros somos la consecuencia de la inflación y no la causa”.
Las alimenticias siguen motorizando la inflación con aumentos de precios constantes y el Gobierno sigue sin poder frenar los abusos de un sector industrial oligopólico, que impone precios y condiciones a una sociedad golpeada y con un poder adquisitivo que se desmorona mes a mes.
La UIA celebró esta semana un nuevo Día de la Industria sin la asistencia del presidente, Alberto Fernández, ni de ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas, aunque se envió como representante al secretario de Industria, Economía del Conocimiento y Gestión Comercial Externa, Ariel Schale.
Durante el encuentro, el empresario volvió a defender a sus representadas y sostuvo que pese a los constantes aumentos las alimenticias «no son responsables» de la inflación.
Viveza criolla y prácticas desleales
En abril de este año, el titular de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, cruzó al representante de la Coordinadora de las Industrias Productoras del Alimentos (Copal), Daniel Funes de Rioja.
Las críticas del ministro se dieron en ese momento, luego de que el dirigente empresario dijera que la Ley de Abastecimiento es anticonstitucional en el marco de una reunión virtual con la conducción de la Unión Industrial Argentina (UIA).
En ese entonces el ministro le reprochó al dirigente de la Copal la violación de los acuerdos establecidos y las críticas de inconstitucionalidad de la Ley de Abastecimiento que el propio dirigente alimenticio ya había calificado favorablemente.
Kulfas también le señaló a Funes de Rioja la avivada de las alimenticias que sacaron al mercado «productos mellizos» para esquivar el programa Precios Máximos.
Por estas maniobras, la Secretaría de Comercio Interior imputó a varias compañías por ofrecer productos con el mismo nombre en paquetes con diferencias de 1 gramo en el peso y hasta un 50% más caros entre uno y otro.
Mondelez, Bagley (del Grupo Arcor) y PepsiCo fueron algunas de las empresas señaladas por presuntas infracciones en la rotulación de los productos.
Tras cuatro meses de tironeos, la situación no parece haberse modificado.
Las alimenticias siguen motorizando la inflación con aumentos de precios constantes y el Gobierno sigue sin poder frenar los abusos de un sector industrial oligopólico, que impone precios y condiciones a una sociedad golpeada y con un poder adquisitivo que se desmorona mes a mes.
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