Ley de Góndolas: el Gobierno avanzó contra el lobby inflacionario
El gobierno nacional firmó esta semana la reglamentación de la Ley de Góndolas, y dio un paso contra el lobby patronal de las empresas alimenticias que, aprovechando la concentración monopólica del sector, acuerdan subir precios a puertas cerradas.
El Gobierno, firmó la reglamentación de la Ley de Góndolas, y tomó una decisión histórica para limitar el lobby de la industria alimenticia que, aprovechando la concentración monopólica del sector, acuerda subas de precios indiscriminadas.
El presidente Alberto Fernández firmó la reglamentación el viernes pasado y avanzó en la necesaria promulgación de la misma, ante el desenfrenado aumento en el precio de los alimentos.
Así, pondrá un freno al lobby de los supermercados con las grandes empresas alimenticias, que imponen a la población un consumo limitado –y caro- de sus productos. La ley fue sancionada en el Congreso a fines de febrero pasado.
La medida es un paso necesario (y tardío) que debe estar acompañado de una fuerte presencia del Estado, como de la responsabilidad del consumidor, para que se potencia la competencia de productos alimenticios.
El marco en que se reglamenta la Ley
Hoy, el acceso a distintos alimentos por parte de los trabajadores y trabajadoras, continúa siendo muy dificultoso y genera además una situación de incremento de la pobreza, por el aumento constante de la canasta básica alimentaria.
Por eso, la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, adelantó la reglamentación la semana pasada, luego que varios gobiernos eludieran la decisión para no confrontar con el lobby generado por las gigantes alimenticias del sector.
Se trata de las empresas tradicionales del sector como Molinos, Arcor, Mondelez y Mastellone, que concentran alrededor del 80% del mercado de Alimentos y Bebidas, y no permiten que en los supermercados expongan sus productos otras empresas.
Hoy la Ley de Góndolas viene a regular esa situación haciendo que un 30% de la góndola deba dejarse libre a la exposición de nuevos productos provenientes de las PyMEs, Cooperativas y otras alimenticias pequeñas, democratizando el espacio.
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Firma contra el lobby
En este marco, y a pesar también del furioso lobby de los supermercados y los supermercadistas –entre ellos el aliado del PRO/Cambiemos, Alfredo Coto-, el presidente
Alberto Firmó el viernes pasado la reglamentación de la Ley de Góndolas.
La norma tiene por objetivo contribuir a que el precio de los productos alimenticios, bebidas, de higiene y limpieza del hogar «sea transparente y competitivo, en beneficio de los consumidores».
Asimismo, apunta a «evitar que realicen prácticas comerciales que perjudiquen o impliquen un riesgo para la competencia u ocasionen distorsiones en el mercado», dirigiendo el foco a los acuerdos a puertas cerradas entre alimenticias y supermercados.
La ley establece que los productos de una marca no pueden ocupar más del 30% de la góndola y que de un producto, por ejemplo, de fideos o galletitas, debe haber 5 marcas diferentes, como mínimo.
El 25% de los productos deben ser de las Pymes, cooperativas o mutuales y el 5% de los productos deben ser de empresas de agricultura familiar, campesina o indígena o de la economía popular.
Otros alcances de la Ley
Otra de las normativas de la Ley de Góndolas es que los productos de menor precio deben estar en el sector medio de la góndola y en la primera página del sitio web donde se muestren los productos.
Mientras tanto, en la isla de exhibición y en los exhibidores que están pegados a la caja donde se cobra, el 50% del espacio debe estar ocupado por productos de micro y pequeñas empresas nacionales, de cooperativas y de mutuales.
Además, la ley indica los supermercados deberán contemplar distintos plazos y condiciones de contratación a los distintos proveedores según sean pymes o sectores de la economía popular, y no podrán exigir aportes o adelantos financieros a los proveedores.
La COPAL, en contra a pesar de un 2020 de ganancias
Las quejas de las grandes alimenticias por el la Ley de Góndolas grafica la situación económica que atravesaron a lo largo del 2020, en el que, por el aumento de precios por encima del promedio inflacionario, tuvieron ganancias en sus balances.
En los últimos 20 días, de hecho, tanto Molinos como Arcor, que concentran el 60% del mercado alimenticio local con sus productos registraron ganancias al presentar sus informes anuales, lo que contrasta con la situación generalizada delos trabajadores y trabajadoras.
Es más, ambas empresas fueron las que mayor oposición y reticencias tuvieron en las negociaciones salariales con los trabajadores, aún a pesar que sus aumentos constantes socavaron el salario, y generaron mayor pobreza en el país.
Pero fue la propia Coordinadora de Empresas Alimenticias (COPAL), presidida por el vice de la UIA, Daniel Funes de Rioja, la que salió a defender los intereses de las cuatro grandes alimenticias, en detrimento de las PyMEs, a las que también, supuestamente, representa.
Menos inflación, menos pobreza
El objetivo del gobierno nacional comienza a afirmarse en pos de generar un impacto en la canasta básica alimentaria, que es la que define la pobreza en el país, porque es el conjunto de productos al que una familia tipo puede acceder.
Finalmente habrá una instancia de regulación de la situación monopólica en Argentina, y las grandes alimenticias verán limitado su poder de lobby ante las gestiones políticas, permitiendo más competencia, algo de lo que la teoría liberal que ellas profesan, dice.