Inflación: En Argentina todos pierden, menos las alimenticias

El Indec reveló que, a pesar del «pacto de caballeros», las Alimenticias volvieron a ganar con la inflación. Es que, mientras la suba acumulada del primer semestre está en 22% los alimentos subieron 25%. Mientras, la industria, el consumo y el salario se derrumban.

A la par del derrumbe de la industria nacional a mano del macrismo, un informe del INDEC reveló que que las empresas de alimentos y bebidas continúan con su tendencia a la acumulación compulsiva de ganancias.

Ya el año pasado, las empresas del sector acumularon subas de precios en alrededor de 15 puntos por sobre los valores acumulados de inflación. El dato revela que los empresarios del rubro salieron ganando a pesar de la crisis generalizada de la economía nacional.

Bienes de consumo esenciales

Claro, hay que aclarar, que Alimentos y Bebidas tiene la particularidad de producir bienes de consumo esenciales para la vida, por lo que el derrumbe productivo es menor que en el resto de la industria del país.

Así lo reflejaron los números de diciembre que marcaron caídas de la producción y la capacidad instalada muy abruptas, mientras que en Alimentación fue apenas del 2,2%.

Pues bien, este año la tendencia continúa en el mismo sentido ya que, aún a pesar del “pacto de caballeros” para fijar los precios de los productos alimenticios, el INDEC reveló que los productos alimenticios subieron 25%, durante el primer semestre.

Es decir, que pese al “congelamiento” de los precios esenciales las alimenticias subieron el valor de sus productos 3 puntos por sobre la inflación acumulada de los primeros seis meses, que se estima en 22%.

Mientras tanto la industria se derrumba

En otro estudio de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial quedó de manifiesto que, a contramano de las ganancias de las empresas de alimentos, la producción industrial argentina se desplomó 10,8% durante los primeros tres meses de 2019.

En el mismo sentido el portal BAE consignó que la producción industrial volvió a registrar una caída interanual de 6,9% en mayo. Los sectores que más empujaron hacia abajo fueron los dependientes de la golpeada demanda interna: automotrices, textiles, calzado y muebles.

Para Hacienda, en lo que va del año, la industria cayó 9,8% contra el mismo período de 2018. Sin embargo, pese a la leve desaceleración de la inflación de junio, las familias deben afrontar precios hasta 68,6% más caros que un año atrás.

A pesar del derrumbe generalizado los alimentos esenciales de invierno subieron, como en tantas otras ocasiones, remarcó el portal BAE Económico. Así quedó reflejado que ni el acuerdo por congelar los precios de los productos de primera necesidad, logró frenar la suba.

Más pacto, que caballeros

En el mes de mayo el gobierno de Mauricio Macri le dio curso a un encuentro con las empresas de alimentos y bebidas más grandes del país para definir un acuerdo de congelamiento de precios para “combatir la inflación”.

El acuerdo, sin embargo, con el correr de los días se fue delineando más como un pacto electoralista entre Macri y su círculo de “amigos patronales” que de reversión de la situación asfixiante que viven los trabajadores a diario con el aumento constante de los precios.

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Es que antes y después de anunciarse los “precios esenciales” las alimenticias subieron el valor de sus productos como lo venían haciendo antes de ser convocados por el presidente de la Nación, Mauricio Macri.

Tras la reunión con el primer mandatario los empresarios cumplieron con su parte de afirmar ante los medios la existencia del acuerdo, sin embargo, pero, luego, mantuvieron su conducta alcista, orientados por el ánimo de no perderle pisada a la inflación.

Así lo revelaron los propios comerciantes de supermercados, quienes develaron que grandes alimenticias, como Molinos, Arcor, Mondelez, Unilever y Molino Cañuelas, entre otras, entregaron listas de precios con subas que promediaban el 20%, tras el pacto.

Un acuerdo que no promete mejorar

A la par de esta situación el resto de la industria nacional continúa desplomándose junto a los valores de la producción, el empleo, el salario y la capacidad instalada. Justamente fueron las textiles, automotrices, calzado y muebles las que rechazaron el acuerdo con la Unión Europea.

El convenio, de palabra, entre el Mercosur y la Unión Europea, al que todavía resta rubricar en el Congreso de la Nación ya convocó duras críticas por su carácter marcadamente orientado al fortalecimiento de la economía primaria en nuestro país.

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Es que en los ejes de la relación entre los bloques se encuentra que los países del Mercosur exportarán materias primas mientras que los de la Unión Europea harán lo mismo con productos manufacturados para nuestro continente.

La producción industrial, y con ella el salario de los trabajadores y el consumo interno parecen dirigirse a una situación de más derrumbe si este acuerdo de los países del Mercosur prolifera en el sentido en el que el macrismo pretende.

A ese panorama se suma la intención deliberada del Gobierno nacional de introducir una reforma laboral que amenaza con pauperizar aún más el empleo de los trabajadores argentinos.