Cambiemos aceleró la desigualdad año tras año
El propio INDEC reveló datos sobre la redistribución regresiva del ingreso que está generando la política económica de Cambiemos. El 10% más rico concentra el 31% de la riqueza mientras que el más se queda, apenas, con el 1,2%.
Un dato del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) desnudó está semana la columna vertebral del plan económico del Gobierno nacional, más allá de los discursos de campaña y las promesas oníricas de Mauricio Macri.
El sector más pobre de los trabajadores perciben apenas el 1,72% de la riqueza que produce nuestro país, a la vez que él sector más rico se apropia el 31%. El dato es aún más preocupante puesto que, año a año, la tendencia no hizo más que profundizarse desde que asumió Cambiemos.
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Realidad y discurso
Mientras se pauperiza de manera brutal el poder adquisitivo del salario de los trabajadores, el presidente Macri no emitió una declaración al respecto y continúa de gira para mostrarse junto a Christine Lagarde, la directora del Fondo Monetario Internacional.
La información publicada por el organismo estadístico refleja que la apuesta del gobierno nacional es calmar las aguas inflacionarias hasta octubre para continuar con su programa de destrucción del salario y de redistribución regresiva del ingreso.
“Mismo camino, más fuerte”
En un encuentro en la Feria del Libro, el primer mandatario la contestó a la prensa cual sería su objetivo si obtiene un triunfo después de octubre. «El mismo camino pero más fuerte», aseguró Mauricio Macri, dejando en claro que acelerará la destrucción salarial.
Entre las señales que la administración nacional arroja se encuentra una, en particular, que preocupa y pone en alerta al movimiento obrero. Se trata de la reforma laboral que los empresarios cercanos a Mauricio Macri salieron a promover.
La semana pasada la noticia surgió mediante un trascendido periodístico de la Agencia Nacional de Noticias, Télam, que aseguraba que el Gobierno nacional aprobará la reforma laboral, vía decreto de necesidad y urgencia (DNU).
De esta manera las señales del macrismo son contundentes, puesto que después de octubre, lejos de los discursos proselitistas, se afianza el plan de continuar lesionando la capacidad adquisitiva del salario y las condiciones de trabajo de los empleados.
Un brecha cada vez mayor
El informe del INDEC sobre los ingresos reveló que el sector más rico concentra el 31,2% de la riqueza, mientras que el más pobre apenas se queda con el 1,2% de la riqueza que genera el país.
Según el informe del Instituto de Estadísticas y Censos el coeficiente de Gini aumentó un 1,5% en la medición interanual y un 3% respecto del trimestre anterior, por lo que estima que la brecha entre sectores ricos y pobres se aceleró en los últimos años.
De acuerdo con la escala de ingreso individual, casi el 70 por ciento de la población recibía ingresos individuales promedio de hasta 22.404 pesos, por debajo del costo de la canasta básica de marzo, que era del 28.750.
El deterioro del nivel de ingresos de la población hizo que el indicador del Coeficiente de Gini, que califica al ingreso cuanto más este alejada de la base cero, aumentara un 1,5% en forma interanual y un 3%, respecto del trimestre anterior.
Desigualdad en aumento
El coeficiente, que mide la desigualdad de los ingresos dentro de un país, se elevó del 0,440 del primer trimestre del año anterior a 0,434 en el último trimestre del año pasado y a 0,447 en los primeros tres meses de este año.
El diez por ciento más rico de la población tiene un ingreso que es 30 veces más grande que el del sector más pobre, agrandando así la brecha que en diciembre pasado había llegado a 20 veces mas.
Es que el 20 por ciento de la población con menores ingresos -los primeros dos deciles- apenas se lleva el 4,4 por ciento del total que marca un retroceso del 4,6 por ciento observado hace doce meses. Por su parte, los sectores medios también tuvieron pérdidas.
Derrumbe del poder de compra
Entre las causas que menciona el INDEC como determinantes del preocupante cuadro al que es expuesto el movimiento obrero, se encuentra la inflación y la caída del poder de compra de los salarios, con el consecuente derrumbe del consumo.
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La caída en el poder de compra de los trabajadores de menores ingresos ante la aceleración inflacionaria y el deterioro laboral se traduce en la sostenida caída que exhiben los niveles de consumo.
La información oficial publicada esta semana revela que, durante el primer trimestre, los salarios, y por consecuencia, el consumo, experimentaron el retroceso más profundo desde 2009.
En este contexto, no parece casual que Cambiemos apunte a reformar las condiciones laborales para acelerar el proceso de pauperización. Es, quizás, cada vez más claro a que sectores el Gobierno perjudica de manera deliberada.