Marcha del 4A: son los salarios, estúpido!
Mientras el Sindicato de la Alimentación se moviliza junto a los gremios industriales y las Pymes en reclamo para que se incentive la producción y se recupere el salario, la Copal busca un acuerdo para controlar los precios. Los sueldos fuera de la agenda patronal.
Ni aún en uno de los momentos más delicados del país, en el que crece el desempleo, la inflación galopa a expensas de una brutal devaluación y el dólar no detiene su tendencia alcista; la patronal nacional accede a discutir salarios.
La evidencia de la crisis sinérgica a la que está llevando la política económica del gobierno de Mauricio Macri no parece mover ni un centímetro la posición de un empresariado que rechaza cualquier intento de mejora de la capacidad adquisitiva de los trabajadores.
Esto lo demostró la propia COPAL (Coordinadora de Empresas Alimenticias) cuando, en palabras de su presidente, Daniel Funes de Rioja, llamó a un acuerdo de precios que haga de paliativo a las subas constantes en productos alimenticios.
La iniciativa estuvo más signada por la necesidad de salir del apuro ante la pregunta periodística que por la voluntad de encontrar una solución a uno de los problemas más acuciantes para nuestra sociedad en los últimos tiempos.
«Acuerdo de precios»
Es que un acuerdo de precios es una salida inverosímil cuando ni el propio gobierno nacional intercede ante las empresas para torcer su voluntad de incrementar su ganancia.
Ya el año pasado, luego de la primera devaluación el propio Macri se mostró endeble al momento de pedirle a sus empresarios cercanos que detengan los aumentos. Tan poco convincente fue su pedido que al día siguiente las alimenticias subieron 10% los precios.
Tras eso la gobernadora Vidal y el Secretario de Comercio, Miguel Braun, salieron a responsabilizar a las empresas que aumentaban el valor de sus productos, pero fueron frenados por el propio presidente Macri.
Es así que la idea de la COPAL no parece tener chance de ser sostenida por empresarios, y mucho menos por la actual gestión de gobierno, que aplica un laissez faire sin miramientos para que jueguen a gusto con el consumo y los salarios.
Pierde el obrero, ellos nunca
La alternativa presentada por el vicepresidente de la Unión Industrial (UIA) marca a las claras la actitud de un empresariado que, más allá de cualquier coyuntura económica, política y social, se rehúsa a perder su status de cara a la sociedad.
Si bien en éstos últimos cuatro años el gran derrotado de la política económica de Cambiemos fue, a las claras, el movimiento obrero, que vio pauperizado su salario frente al dólar y la inflación, los empresarios no dan el brazo a torcer y eluden cualquier diálogo sobre el salario.
Para Funes de Rioja el máximo sacrificio posible de la patronal es apelar al Estado para que subsidie una política de precios (de modo que ellos no pierdan, tampoco), por ello no está dispuesto a discutir la mejora de la capacidad adquisitiva.
Al principio de la gestión Cambiemos el propio Funes de Rioja aseguraba que eran las paritarias las que impulsaban la inflación, pero, con la pérdida de entre 15 y 20 puntos del salario real frente a una inflación del 50% quedó en evidencia que la suba de precios la provocan ellos.
4A: la batalla por los salarios es de los trabajadores
Con la decisión de iniciar una jornada de reclamos el próximo 4 de abril con eje en la producción y el empleo, quedó en claro que el movimiento obrero entendió que es necesario dejar de apelar a los empresarios y el gobierno para defender el sueldo.
Los últimos años dejaron muestra que el gobierno no está dispuesto a interceder en la negociación para que se recupere el poder de compra de los trabajadores. Y , desde ya, los empresarios no se piensan de manera integral al resto de la sociedad.
Ganancia a cualquier costo
La impiadosa búsqueda de ganancia patronal y la inacción de Mauricio Macri llevaron al país al 32% de pobreza, la caída constante de la producción y la capacidad instalada, pérdida de 20 puntos del salario, despidos, cierre de empresas e inflación galopante.
Es más, en el marco de este combo, el propio Funes de Rioja, consejero económico del presidente Macri, comunicó la voluntad de los empresarios de impulsar la reforma laboral que podría eliminar los convenios colectivos de trabajo.
Si no dependiera de los trabajadores los sueldos estarían cada vez más desamparados ante el accionar patronal.
Es que si avanzara la iniciativa la idea de los empresarios es que cada trabajador negocie individualmente sus condiciones de contratación con la empresa, algo que quita poder de presión a los gremios y expone a los empleados a pauperizar sus sueldos.
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Los trabajadores se organizan
Durante la semana que pasó el Sindicato de la Alimentación dejó una señal clara del rol protagónico que busca tener el movimiento obrero en la defensa del empleo al realizar un plenario de delegados para definir los pasos a seguir de cara a la marcha.
Es por eso que en las últimas horas los gremios industriales se reunieron para coordinar el plan de acción para llevar a cabo durante la marcha.
El 4A reflejará, en este sentido, el reclamo de la sociedad para que se reactive la producción y los salarios.