STIA rechaza la reforma laboral y llama a la unidad
El STIA, encabezado por Sergio Escalante, se reunió con el intendente de Tigre y alertó sobre el rumbo laboral del país. Denunció retrocesos, defendió derechos y llamó a la unidad.
El STIA, encabezado por Sergio Escalante, se reunió con el intendente Julio Zamora para analizar la crisis industrial y la situación en Mondelez. Alertó sobre la reforma laboral por regresiva, defendió derechos y llamó a la unidad para construir una Argentina más justa.
Una reunión clave en Tigre: el STIA analiza la crisis y reafirma su compromiso
En un encuentro realizado en Tigre, el Consejo Directivo del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA), encabezado por Sergio Escalante, mantuvo una reunión con el intendente Julio Zamora para evaluar la situación crítica que atraviesa la Argentina, la industria alimenticia y, en particular, la empresa Mondelez, donde la caída del consumo y la contracción productiva generan preocupación creciente.

Durante la charla, las y los representantes del gremio expusieron un diagnóstico que reconoce sin rodeos el delicado momento económico. Sin embargo, lejos de asumir una postura resignada, reafirmaron su determinación a sostener la organización colectiva como principal herramienta para atravesar la tormenta. El Consejo Directivo subrayó que la unidad sindical no es una consigna simbólica, sino una estrategia concreta para proteger derechos en un contexto donde abundan los intentos de flexibilización y retroceso.
Escalante planteó ante el jefe comunal que el compromiso del STIA se mantiene intacto: defender cada puesto de trabajo, acompañar a las familias afectadas por la crisis y enfrentar cualquier embate contra el entramado laboral construido durante décadas. Según definieron, “superar los desafíos requiere convicciones firmes y unidad real entre las y los trabajadores”, una premisa que articula la línea de acción del gremio frente a la coyuntura.
Críticas a la reforma laboral: “Un proyecto regresivo que desarma derechos”
El Consejo Directivo también fijó posición respecto del proyecto de reforma laboral impulsado por el Gobierno nacional, al que calificó de regresivo y alineado con el espíritu del decreto 70/23. Para el STIA, se trata de una iniciativa que no apunta a modernizar el mundo del trabajo, sino a desmantelar derechos esenciales conquistados por la clase trabajadora.
El comunicado gremial alerta que las modificaciones propuestas debilitan gravemente la capacidad de defensa frente a prácticas abusivas y alteran el equilibrio básico entre empleadores y trabajadores. En su análisis, la verdadera modernización no surge de decretos unilaterales ni imposiciones de mercado, sino de procesos de negociación colectiva genuina donde ambas partes puedan deliberar en condiciones de igualdad.

Asimismo, el STIA remarcó un aspecto que suele ser soslayado en el debate público: las leyes laborales regulan la vida de quienes ya están empleados, mientras que las políticas de empleo son un conjunto más amplio que involucra decisiones sociales, tributarias y económicas. Confundir ambos planos —advirtió el sindicato— permite justificar reformas que precarizan sin generar puestos de trabajo.

En su pronunciamiento, el Consejo Directivo alertó además sobre la intención de replicar el modelo peruano, caracterizado por índices alarmantes de informalidad laboral que rondan el 70% y una desigualdad estructural que se profundiza año a año. Para el gremio, introducir ese esquema en Argentina implicaría “una renuncia explícita a la justicia social y al desarrollo productivo”.
Unidad, hermandad y futuro: el llamado del STIA en tiempos de incertidumbre
Hacia el final del encuentro, el STIA hizo un llamado a la unidad y a la hermandad entre las y los trabajadores, convencido de que ninguna crisis justifica la pérdida de derechos ni la resignación ante modelos que solo benefician a minorías concentradas. Frente a un escenario donde la industria nacional enfrenta ajustes, caída del consumo y presiones desregulatorias, el sindicato reivindicó la organización como motor para construir un país más equitativo.

El Consejo Directivo insistió en que la salida no vendrá de recetas que apunten a la precarización, sino de un proyecto que recupere la producción, la participación laboral y el valor del trabajo como fundamento del bienestar colectivo. Ese horizonte —sostuvo Escalante— solo es posible si se mantiene viva la convicción de que la justicia social no es un costo, sino un derecho irrenunciable.
Con ese mensaje, el STIA cerró una jornada de análisis y compromiso político, reafirmando que la defensa de la industria y de los trabajadores será la prioridad en un momento decisivo para el país. La organización gremial, lejos de replegarse, se prepara para enfrentar un tiempo donde la unidad será más necesaria que nunca.
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