Despidos en el INTA: Caputo profundiza la insensibilidad del gobierno tras el rechazo legislativo a sus vetos
El gobierno nacional avanzó con despidos en el INTA luego de que el Congreso rechazara los vetos de Caputo. La medida golpea a trabajadores con familias a cargo y amenaza a un organismo clave para el desarrollo de la producción agropecuaria en la Argentina.
Los despidos en el INTA: una respuesta política
Tras el rechazo del Congreso a los vetos impulsados por el ministro de Economía, Luis Caputo, el gobierno nacional respondió con una medida que expone su lógica de castigo político: el despido de trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

La decisión deja en la calle a profesionales y técnicos con familias a cargo, evidenciando la insensibilidad de una gestión que mide su fortaleza en función de recortes laborales y no de políticas públicas sostenibles.
Fundado en 1956, el INTA es reconocido como uno de los pilares en la investigación, extensión y desarrollo de tecnologías agropecuarias en Argentina. Sus aportes en genética vegetal, innovación en cultivos, mejoramiento animal y acompañamiento a pequeños y medianos productores fueron clave para el crecimiento del sector agroindustrial en las últimas décadas.
Debilitar al INTA no solo significa ajustar el gasto: implica retroceder en soberanía tecnológica y comprometer el futuro de miles de productores que dependen de su asistencia técnica.
Te puede interesar –> Se perdieron 185.000 empleos en el primer año de gobierno de Milei
Caputo y el costo político del ajuste
Los despidos llegan como una reacción directa a la derrota legislativa sufrida por el oficialismo, que no logró sostener los vetos presidenciales en el Congreso. En lugar de abrir una instancia de diálogo, Caputo decidió golpear a un organismo estratégico para el campo, mostrando que la lógica del ajuste se utiliza también como herramienta disciplinadora frente a la oposición y la sociedad.
El mensaje es claro: el costo de las derrotas políticas lo pagan los trabajadores.

Entre los despedidos se encuentran ingenieros, técnicos y especialistas que llevan años en el organismo, muchos de ellos radicados en zonas rurales donde el INTA es la única institución de referencia. La incertidumbre para sus familias se suma al impacto económico de un ajuste que no distingue trayectorias ni necesidades sociales.
Los gremios del sector advirtieron que no se trata de un ahorro fiscal significativo, sino de una señal política de dureza hacia adentro del gobierno y hacia quienes cuestionan su agenda de recortes.
Te puede interesar –> Los hermanos Milei acorralados por los casos de corrupción
Insensibilidad y vaciamiento
El vaciamiento del INTA refleja la contradicción central del modelo libertario: mientras se habla de “eficiencia” y “modernización”, se desmantela un organismo que justamente contribuye a la innovación y la competitividad del agro argentino.
En el mundo, los países que más avanzan en productividad lo hacen fortaleciendo sus institutos de investigación. Argentina, en cambio, los debilita con despidos masivos, precarizando el futuro de la ciencia aplicada al campo.
Lejos de ser un dato técnico, los despidos en el INTA ponen en primer plano la dimensión humana del ajuste. Son familias enteras que pierden su sustento, comunidades rurales que se quedan sin acompañamiento técnico y un país que resigna capacidad de desarrollo.
El gobierno de Milei y Caputo elige la represión y el recorte como política de Estado, sin reparar en que cada despido es una fractura social que compromete el presente y el futuro de la Argentina productiva.
Te puede interesar –> La nueva devaluación de Milei golpea aún más los salarios
Info Alimentación Noticias del sector de Industrias de la Alimentación