Los supermercados también presionan contra la Ley de Góndolas
A pesar del avance de la Ley de Góndolas surgieron varios detractores que pretenden seguir con los beneficios de la monopolización del mercado y los acuerdos a puertas cerradas, en base a la suba indiscriminada de precios. Esta semana fueron los supermercados.
El avance de la Ley de Góndolas ya hizo que se oyera la voz de los sectores que permanecieron callados durante años, a la sombra de los beneficios que le otorgó la situación monopólica del mercado de productos alimenticios.
Antes habían sido las grandes empresas de alimentos que centralizan la producción del 90% del mercado de productos de consumo de primera necesidad, a través del presidente de la entidad que los representa.
Fue Daniel Funes de Rioja, presidente de la Coordinadora de Empresas Alimenticias (COPAL), quien salió a pronunciarse en defensa de los intereses de esas empresas que monopolizan la producción y, por ende, suben precios a discreción.
Pues ahora fue el turno de los supermercados, los otros grandes beneficiarios del otro lado del mesa de negociación de los acuerdos a puertas cerradas para subir precios de manera descontrolada, a pesar de afectar la economía de los trabajadores.
La Ley de Góndolas
La Ley de Góndolas busca democratizar el espacio de oferta de las góndolas de los supermercados otorgando hasta un 30% del espacio en los grandes centros de comercialización, a pequeñas y medianas industrias y cooperativas.
Hoy esas industrias no tienen espacio en los grandes hiper y supermercados, por lo cual representa un avance significativo para diversificar y democratizar la oferta de productos, que hasta hoy era centralizada en un 100% por cuatro grandes alimenticias.
Se trata de Molinos Río de la Plata, Arcor, Mondelez y Unilever, las cuatro gigantes del mercado local que Daniel Funes de Rioja, desde la COPAL, salió a defender, a pesar de las mega ganancias extraordinarias que obtuvieron hasta hoy, en todos los gobiernos.
Hoy el proyecto lanzado por el gobierno, que ya es Ley, por su aprobación en las dos cámaras, busca desmonopolizar el precio de los productos, pero también impedir que los acuerdos a puertas cerradas entres los supermercados y las alimenticias generen aumentos arbitrarios.
Suba de alimenticias
Un reflejo de esa situación monopólica de estas grandes empresas de alimentos lo marcan los primeros meses del 2020, signados por la suba inflacionaria direccionada por el rubro de Alimentos y Bebidas.
Si bien la inflación marcó una desaceleración, si se desglosan los datos se observa que en los tres meses el rubro estuvo en el ránking de las subas de precios, por lo cual se erigió como el motor de la inflación del trimestre.
Esas subas se dieron en un contexto en el que no existe motivación para realizar el alza, puesto que existe un congelamiento de tarifas, estabilidad del dólar y una situación de pandemia que mantiene cautivo el consumo de productos de primera necesidad.
Pero, además, las empresas alimenticias, dieron la nota, además, en el plano gremial, puesto que avanzaron con intenciones de reducir salarios o despedir de manera directa, acusando crisis económica y baja del consumo, cuando no paran de acumular ganancias.
Los supermercados
Sin embargo, esta semana fue el presidente de la Federación Argentina de Supermercados, Víctor Palpacelli, puso en duda la aplicabilidad de la ley que busca democratizar el acceso a los alimentos en los comercios.
El titular de la Federación Argentina de Supermercados, Víctor Palpacelli, destacó el proyecto de ley de Góndolas, que tiene media sanción en Diputados y será tratado en sesiones ordinarias por el Senado. Sin embargo, puso en duda lo factible de aplicarla.
“El espíritu de la ley es bueno, busca un fin bueno, pero es muy difícil de llevarla a cabo operativamente y mantenerla en el tiempo sin perjudicar a ningún sector”, consideró el empresario.
Palpacelli agregó que “se debe considerar la situación de todos los sectores que componen la cadena de comercialización”. Sin embargo, sus críticas no se escucharon durante años anteriores, cuando los sectores PyMEs se vieron afectados por las gigantes del sector.
“No pueden regularlo”
En ese sentido, afirmó a El Destape Radio que “el Estado puede intervenir previamente para que no haya mono marcas” y señaló que “no son los Supermercados los que puedan regularlo”.
Por eso reclamó que “debe haber más tiempo de diálogos, con productores, industriales, comerciantes y hasta consumidores en la mesa”, aseguró el empresario y representantes de los supermercados que comercializan los productos.
“Si a una empresa la obligas a tener cinco marcas de casa cosa, se va a haber complicada la rotación de un producto. Es perjudica comercialmente”, indicó y opinó que “hay que regularla más a la ley.
Un paso necesario
La Ley de Góndolas se consolidó como el paso necesario hacia una nueva etapa para los eslabones más débiles de la cadena productiva, pero su cumplimiento no sería en el corto plazo.
Es por eso que los reclamos de las entidades por medidas que beneficien a los pequeños y medianos productores, los integrantes de la Agricultura Familiar y Pymes, son una constante en todas las propuestas que los referentes del sector le hacen a la clase política.
Como respuesta a las exigencias de políticas específicas para el sector, se reglamentó la ley de Góndolas que ordena la distribución de productos en supermercados y favorece la oferta de productos del sector de pequeños productores.
Así, la agricultura familiar, campesina e indígena, economía popular y los productos de cooperativas y mutuales tendrán más oportunidades.
Los supermercados tendrán que otorgar un 30% del espacio de góndola en un mismo proveedor y deberán reservar un 25% del espacio total de góndola para la oferta de productos que generados por los productores mencionados.
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