Kicillof frenó el intento de cierre de Dánica
Luego del conflicto por el intento de cierre de la alimenticia Dánica, el gobernador de la provincia de Buenos Aires consiguió que la planta sostenga la producción.
Luego del complejo conflicto con los trabajadores, Dánica accedió a no cerrar la planta.
Fue luego de un encuentro de la patronal con el gobernador Axel Kicillof que encabezó las negociaciones con la alimenticia para evitar despidos y mayor erosión del tejido social.
Desde el STIA celebraron la resolución parcial del conflicto a pesar que la planta pertenece al gremio de Obreros de la Industria Aceitera (SOEIA).
Es que el conflicto allí impacta en otros sectores de la industria alimenticia y en sus empleados.
Martín Insaurralde y Axel Kicillof en la fábrica Dánica
Axel Kicillof visitó en Lomas de Zamora la empresa Dánica que, en una especie de tregua por la crisis sanitaria.
Así, retomó su producción luego de cerrar sus puertas en plena cuarentena.
«Es fundamental que durante la pandemia no se pierdan fuentes de trabajo», dijo el mandatario provincial.
La empresa Dánica arrastra un largo conflicto con sus trabajadores que aún no está resuelto.
En ese contexto -ante la decisión de sus propietarios de parar la producción- el gobierno provincial instó al Grupo Beltrán a reabrir las puertas.
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Proceso preventivo de crisis
Desde la empresa sostienen que consiguieron del gobierno nacional el restablecimiento del procedimiento preventivo de crisis.
El mismo estaba paralizado desde enero, según dicen «por la intransigencia gremial».
Esa figura en la legislación laboral permite, en ciertas condiciones, efectuar reducciones salariales para restituir viabilidad a empresas comprometidas en cuanto a la continuidad.
Desde el Sindicato de la Alimentación (STIA) celebraron la resolución parcial del conflicto.
Fue tras esa decisión, que el Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria Aceitera (Soeia) decidió acatar el proceso y los empleados se presentaron este lunes a trabajar.
La empresa fue fundada en 1936 por el inmigrante danés Christian Boll y es desde fines de 2018 propiedad del Grupo Beltrán, una firma cordobesa dedicada a los negocios frigorífico y lácteo que a su vez se la había adquirido al grupo brasileño BRF.