Cambio de modelo: El Fondo tendrá que esperar la reactivación
El presidente electo Alberto Fernández arrojó las primeras líneas de lo que será su política de salvataje de la producción industrial, el empleo y el consumo interno, vía renegociación del acuerdo con el Fondo. Cambio de Modelo confirmado.
El presidente electo, Alberto Fernández, finalmente respondió al apoyo que obtuvo del sector industrial y de los trabajadores, ayer, al anunciar algunos de los lineamientos en la 25º Conferencia de la Unión Industrial (UIA).
Ante los industriales de la UIA y ante los referentes del movimiento obrero de la Confederación General del Trabajo (CGT), Fernández arrojó las primeras líneas de lo que va a constituir su política hacia el sector.
Alberto Fernández definirá una relación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que determinará el resto de su política económica interna para el resto de los sectores económico.
“La deuda la vamos a pagar el día que hayamos crecido”, dijo Fernández, y recibió el aplauso de los presentes, puesto que la definición implicó dejar de priorizar el endeudamiento, al revés del actual gobierno, para reactivar el consumo interno.
Mirar hacia adentro
Si bien el presidente electo se encargó de aclarar que no dejará de pagarse la deuda, ni se solicitará la quita de deuda que pueda afectar a los acreedores, el pronunciamiento implica un giro en la política económica muy contundente.
Es que en la misma definición remarcó cual será su apuesta: el consumo interno. Aunque parezca simple, su impacto tiene una triple arista de redireccionamiento. Ese giro es el que vienen reclamando los gremios y las pequeñas y medianas industrias.
En principio, de concretarse, la estrategia implica reactivar el salario de los trabajadores, el cual, durante la presidencia de Mauricio Macri, se vio severamente afectado por inflación, devaluaciones, cierres y despidos de fábricas en todo el país.
En segundo lugar, apunta a revitalizar el consumo, como herramienta para movilizar la paralizada economía interna del país, haciendo que las empresas, pequeñas, medianas y grandes apuesten a producir.
Por último se enfoca en la reactivación de la producción, que va de la mano de la recuperación salarial y el consumo, haciendo que las empresas empiecen a ver los “brotes verdes”, reabran sus puertas y utilicen su capacidad instalada.
Los años del macrismo
Para entender la contundencia de esta apuesta de Alberto Fernández es necesario comprender la situación en que el gobierno de Mauricio Macri dejó al país por su apuesta al sector financiero.
Durante los cuatro años de gestión de Cambiemos se consolidó un modelo que destruyó los índices industriales con caída de constante de la producción. Pero, además, permitiendo beneficios exclusivos a sus amigos, pauperizó el salario.
Es que las grandes empresas alimenticias tuvieron luz verde para subir descomunalmente el precio de sus mercancías, encareciendo el valor de la canasta básica y hundiendo en la pobreza a más de cinco millones de argentinos.
En ese sentido, desde el parlamento, los legisladores comenzaron, ya la semana pasada, la tarea de ponerle un límite a estos empresarios, con la media sanción a la Ley de Góndolas, con el fin de impedir la cartelización de precios en supermercados.
El apoyo de los gremios
El arco de representantes del movimiento obrero se hicieron presentes en la 25º Conferencia de la UIA para escuchar la propuesta de Alberto Fernández, tras cuatro años de padecer despidos, cierres de fábricas y ataques a los convenios colectivos.
Rodolfo Daer, secretario general del Sindicato de la Alimentación avaló, como el resto de los referentes sindicales, la apuesta a que se renegocie la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) como medida para reactivar la economía interna.
Es que los trabajadores de la alimentación vienen padeciendo los embates de la política económica del gobierno de Mauricio Macri, con cierres de plantas, suspensiones y vacaciones adelantadas en grandes empresas del sector.
El presidente electo remarcó que quiere renegociar los compromisos sin quita y resaltó el Consejo Económico y Social como ámbito para definir políticas productivas.
La medida fue celebrada también por trabajadores de Sanidad, Metalúrgicos, de la Construcción, de Obras Sanitarias y de Comercio, entre otros. Es que esos sectores también padecieron, junto al textil, esta política económica.
Pero, además, vienen cuestionando duramente el “laissez faire” que los funcionarios de la actual gestión realizan para que los empresarios obtengan fabulosas ganancias a condición de la pauperización del poder adquisitivo de los trabajadores.
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Sin quitas
“No quiero hacer quitas a nadie, quiero pagar lo que debemos, pero esta vez esa deuda no la van a pagar los que menos tienen, los que producen”, dijo Alberto Fernández, ante los representantes industriales y gremiales.
Fernández volvió a instalar así un escenario de negociación con los acreedores sin quitas. Sin embargo, pidió más plazo para pagar la deuda, algo que analistas y fondos de inversión empezaban a descartar.
El lunes había dicho que no pediría desembolsos adicionales al FMI y descartaría así los U$S11.000 millones que quedan pendientes del préstamo stand by y que solo llegarían con condicionalidades del Fondo, como mayor ajuste fiscal.
La Argentina tiene vencimientos de 50.000 millones de dólares en 2020. La gran mayoría de los compromisos son en el primer semestre: casi 40.000 millones de dólares. De esa suma, la mitad está en manos de acreedores privados.