Las trabajadoras de Suschen piden la autogestión
A meses de iniciada la toma de la planta de la alimenticia Suschen, sus trabajadoras reclaman al Estado que le facilite los insumos para iniciar la actividad de la planta por sí misma.
Luego de casi dos meses de gestiones e incertidumbre, las trabajadoras de Suschen siguen sin un horizonte laboral ni respuesta de la patronal fugada.
Las trabajadoras reclaman que el Estado facilite los insumos para la llevar adelante la autogestión en la planta y sostener el empleo.
Quienes demandan la asistencia del gobierno son un centenar de empleadas que fabrican los productos alimenticios de la planta hace años.
Desde el gremio apoyan la lucha de las trabajadores y vienen barajando distintas posibilidades. Sin embargo, desde el gremio no se muestran muy optimistas en relación con una salida política, y menos aún, que la patronal en fuga quiera hacerse cargo nuevamente de la planta y los empleos.
La patronal no apareció más desde el día en que retiraron el dinero de la fábrica y dejaron de atender los reclamos de los trabajadores.
Actualmente, para las trabajadoras que necesitan sostener sus hogares, la autoadministración de la planta parece la salida más viable.
Patronal en fuga
A la desaparición de los dueños de la compañía le siguió la toma de la fábrica que produce golosinas ante la chance de un posible retiro de las máquinas de la fábrica.
Las trabajadoras junto con compañeras y compañeros de otras fábricas iniciaron la toma para evitar el vaciamiento.
El acampe buscó que no volvieran los dueños para llevarse las herramientas de trabajo y perder así toda posibilidad de reactivar la vida laboral.
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La vigilia dura meses, sin embargo, y las empleadas sufren con la toma y comienzan a desgastarse frente a la impasibilidad de un gobierno que no tiene interés por los trabajadores.
Quieren trabajar
Mientras tanto las obreras de Suschen manifiestan que solo quieren trabajar.
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En Rafael Castillo, La Matanza, ya todos conocen la situación de las trabajadoras de mielcitas y se muestran solidarios con la lucha.
“Nosotras podemos hacer alimentos buenos y baratos», dicen las empleadas.
«Solo queremos trabajo!” ya comienzan a decir. Ellas tienen la fábrica y las máquinas, y saben como hacerlo. Lo único que necesitan es una oportunidad y el respaldo político para arrancar.