Paritarias: el cinismo patronal choca con la unidad de los trabajadores
Mientras en encuentros sociales la patronal alimenticia asegura que quiere “calidad de vida social”, en paritarias se niegan a empardar los salarios con la inflación. La Federación de Trabajadores de Industrias de la Alimentación en guardia de cara al 20 de junio.
El próximo encuentro por paritarias tendrá un ingrediente particular y es la intransigencia y la irracionalidad con las que la patronal alimenticia sostiene sus argumentos para no ceder ante el reclamo para que mejore la posibilidad de compra de los salarios.
Los trabajadores del sector alimenticio vienen pidiendo que se respete lo perdido el año pasado por la brutal inflación que llevó el alza de precios a valores casi del 50%, y que se permita realizar negociaciones cada tres meses.
El pedido es respaldado por el Sindicato de la Alimentación (STIA) que fundamenta la decisión en la dificultad que representa para los empleados y para el movimiento obrero en general sostener el poder de compra, y poder darle calidad de vida a sus familias.
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Un sello del macrismo
La política económica del actual gobierno de Mauricio Macri llevó al máximo las imposibilidades de los trabajadores que pendulan entre la incertidumbre laboral por condiciones paupérrimas y los despidos y cierres de empresas.
Desde la megadevaluación del año pasado que derrumbó el valor de la moneda nacional y elevó los precios de los productos alimenticios de la canasta básica el costo de vida para los trabajadores se volvió muy difícil de sostener.
En particular, el sector alimenticio sufrió una pérdida salarial en el orden del 9%, que la patronal se niega a reconocer, a pesar que en diciembre del año pasado se había comprometido a contemplar en los próximos encuentros por el salario.
Las paritarias son ahora
Pues bien, reiniciadas las negociaciones salariales la patronal parece haber perdido la memoria y se muestra con total intransigencia a los reclamos del sector del trabajo que pide negociar condiciones de vida dignas.
Para ello es fundamental sostener el poder de compra de los sueldos y que no quede subsumido el sueldo a las subas inflacionarias de los últimos años. Y es por eso que el STIA pide reconocer lo perdido y negociar cada tres meses las paritarias.
Es que, a fin de cuentas, la inflación se hizo parte de la cotidianidad dolorosa de los trabajadores argentinos que padecen las consecuencias de las ganancias exponenciales de los empleadores y la pauperización de las condiciones de vida de los trabajadores.
Ellos nunca pierden
A pesar de sostenerse intransigentes en las paritarias con los trabajadores alimenticios, los últimos datos marcan que la patronal tiene muy poco que perder en los encuentros para negociar salarios.
Es que, a pesar de la retórica y el discurseo con el que se victimizan, los últimos números del alza de precios de los alimentos marcan que la patronal viene obteniendo ganancias por encima del aumento promedio de la inflación.
Con datos del mismo Instituto de Estadísticas y Censos (INDEC), de esta semana, quedó reflejado el aumento promedio del costo de los alimentos y la suba del valor de la canasta básica alimentaria.
El organismo estadístico remarcó que si bien la inflación de mayo llegó al + 3,1% mensual, el acumulado en doce meses de esa cifra alcanza ya el + 57,3% interanual. Pero, el dato en alimentos es que subieron, en un año un 64,9%.
Ganancias por arriba del promedio de inflación
Esto implica que las alimenticias vienen aumentando el valor de sus productos por casi 8 puntos por encima de la inflación promedio, lo que deja ver a las claras el nivel de ganancias que obtienen.
Si ese cálculo, de hecho, era tomado en diciembre del año pasado la cifra era aún mas obscena, porque el promedio de aumento del valor de los productos alimenticios era del 64% pero la inflación interanual era de 50%.
Es decir que el año en el que más se deterioró el salario de los trabajadores, en el que más se expuso el derrumbe del poder adquisitivo y en el que proliferaron los cierres de plantas y despidos, ellos terminaron a puro festejo con sus ganancias.
Es más ni siquiera el acuerdo de precios esenciales impidió que las gigantes del sector, como Molinos, Arcor, Danone, Unilever, Mondelez y Granja Tres Arroyos suban el precio de sus productos, antes y después del acuerdo.
Unidad de los que luchan
Mientras tanto, en un encuentro social, el titular de la coordinadora que nuclea a la patronal alimenticia (COPAL), Daniel Funes de Rioja, sostuvo, esta semana que quiere “calidad de vida social para la comunidad”.
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El doble discurso y el cinismo de la patronal fue duramente rechazado por el Sindicato de la Alimentación (STIA), que se mostró unido de cara al próximo encuentro de paritarias del 20 de junio.
“Si no se llega a un buen acuerdo Alimentación va a iniciar un conflicto total”, dijo Morcillo, secretario general del STIA Córdoba.
A él le siguieron las definiciones del propio Rodolfo Daer.
El secretario general del STIA y referente de la Federación que nuclea a los gremios de la alimentación, demostró su descontento por “la negativa de la cámara empresaria para reconocer el justo reclamo de los trabajadores”.
Daer pidió “el reconocimiento de la pérdida salarial en la paritaria del año pasado”.