Los empresarios argentinos insisten con bajar salarios

Los empresarios argentinos insisten con bajar salarios

A la par de la caída de la actividad industrial, el Indec difundió que la utilización de la capacidad instalada de la industria argentina descendió al 63%, en un contexto de deterioro del poder adquisitivo y derrumbe del consumo. Los empresarios exigen reforma laboral y más ajuste al empleo.

Mientras los empresarios nacionales continúan enfocados en la idea de socavar aún más la base salarial de los trabajadores argentinos, el INDEC difundió que la capacidad instalada de las industrias locales descendió nuevamente, en noviembre de 2018.

La cifra del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos fue develada en el día de ayer y marca que la utilización de las capacidades productivas del país están en un 63% de sus posibilidades, en lo que representa una marcada tendencia descendente.

Es así que el informe revela un margen ocioso de la estructura industrial que alcanza casi el 40%, impactando de lleno en la pérdida de puestos de trabajo, cesantías, caída del salario y vacaciones adelantadas a miles de trabajadores.

En ese sentido, no es de extrañar todo lo sucedido a lo largo del año pasado cuando semanalmente se destacaron noticias con cierres de fábricas, suspensión de actividades, caída del poder adquisitivo y venta de plantas por crisis de consumo.

Capacidad instalada
Capacidad instalada: el empresariado argentino quiere más ajuste al salario.

 

Es claro que se trata de una sinergia de factores que inciden unos en otros y que no pueden ser explicados de manera aislada. La caída generalizada del consumo tiene relación directa con este problema que acucia a los trabajadores argentinos.

Claro que a este fenómeno que tiene que ver con las relaciones laborales se le suma otro que está vinculado con el consumo y los precios: la devaluación. Es que esta semana se conoció que a 10 días de iniciado 2019 las alimenticias volverán a subir los precios de sus productos.

La explicación es lo que se denomina traslado de la devaluación. Los fuertes procesos de caída del valor del peso frente al dólar del año pasado están aún impactando en la suba generalizada de precios de los productos alimenticios.

Es lo que las gigantes del sector le hicieron saber a los supermercados al anunciar “cambios” en las listas de precios de sus productos. Según las empresas queda un resto del 25% de la devaluación que aún no se ha reflejado en los precios, y eso explica los aumentos.

Claro, la caída del salario, la inflación, la devaluación, los despidos, cierres de empresas y las paritarias a la baja conforman un combo explosivo que termina impactando en la producción industrial de nuestro país.

 

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La capacidad instalada para el Indec

 

Para el Indec la caída de la capacidad instalada tocó el piso del 63%. Este descenso estuvo línea con el retroceso del 13% que registró la actividad industrial entre esos 12 meses, según las mediciones del propio ente oficial.

La utilización de la capacidad instalada de la industria se situó así, por debajo del 69,2% de igual mes de 2017, informó el Instituto Nacional de estadística y Censos (INDEC). Para el organismo la industria argentina retrocedió 6 puntos en 12 meses.

La capacidad instalada marca el andamiaje de la industria local en términos de disposiciones para la actividad productiva, más allá de su uso o no. Es decir que es un indicador para medir el ritmo y el pulso de la producción nacional.

Claro que cuanto menos capacidad ociosa tenga nuestro país mayor será el acercamiento al ideal de empleo, producción y consumo que nuestra economía puede ofrecer.
Los con mayores niveles de utilización de la capacidad instalada sobre el nivel general fueron: industrias metálicas básicas, 88%; papel y cartón, 76,1%; productos del tabaco, 74,6%; refinación del petróleo, 73,2%; minerales no metálicos, 72,7%; químicos 70,0%, entre otros.

Por contrapartida, los bloques sectoriales que se ubican por debajo del nivel general de la industria fueron: edición e impresión, 56,1%; productos de caucho y plástico, 51,6%; metalmecánica, 44,5%; automotriz, 44,4%; y textiles 43,9%.

Sin embargo, todos los bloques presentaron en noviembre una menor utilización de la capacidad instalada respecto al mismo mes de 2017.

 

Los empresarios quieren ajustar más

 

A pesar de la contundencia del informe del INDEC, que revela datos claros del impacto del deterioro del salario en la producción industrial, desde el sector patronal insisten en que el problema pasa por reducir, aún más, la capacidad de compra de los asalariados.

Es por eso que los últimos días los CEOs de la Unión Industrial manifestaron su deseo de avanzar con una reforma laboral que socave los derechos de los trabajadores, aún más que hasta ahora.

Desde este punto de vista buscan que se den de baja los convenios colectivos de trabajo (CCT), entre otras cosas, para que los asalariados dejen de contar con las paritarias como herramienta de negociación para equilibrar el salario con la inflación.

Para los empresarios la idea central es que los trabajadores negocien individualmente sus contratos con la empresa, haciendo que queden desamparados de cualquier aumento negociado con las cámaras empresarias.

Si avanza la reforma laboral los trabajadores quedarán vulnerables a los intereses de los sectores empresariales que intentarán socavar el salario aún más de lo que está hoy.

Es así que la capacidad instalada de las industrias locales es factible que pierdan aún más terreno y se ubique en valores aún más bajos que los difundidos por el INDEC esta semana, a través de los medios.

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