El bono desnudó para quien gobierna Macri

El gobierno de Macri buscó sacarse de encima el reclamo gremial por paritarias con un bono de escaso alcance, con amplio rechazo e improvisada instrumentación ante la llegada del G20.

Mauricio Macri cerró una semana donde dieron otra señal del lugar que le otorga a los trabajadores en su gestión. El bono de fin de año, que intentó mostrar como una política activa para sostener el salario contra la inflación, quedó en evidencia por su ineficacia.

Desde todos los sectores, más cercanos y adversos a la actual gestión, dejaron expuesta la medida del Ejecutivo, por su falta de alcance, su poca universalidad, y la imposibilidad de que sea instrumentado por las empresas nacionales.

Propios y ajenos le apuntaron a la gestión Cambiemos ante la falta de planificación en una medida que debería comportar consensos para resolver y paliar la compleja situación económica en que está sumiendo la política del gobierno a los trabajadores.

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Los empresarios ya no confían

La muestra de la falta de consensos de la decisión política de Macri comenzó, paradójicamente, por el sector más cercano al gobierno: los empresarios. Apenas se conoció su implementación el vicepresidente de la Unión industrial (UIA) salió a criticarla.

“Apenas el 40% de las empresas podrán hacerse cargo del bono de fin de año”, dijo el presidente de la coordinadora de industrias alimenticias (COPAL). Sus expresiones fueron replicadas horas más tarde por todos los dirigentes regionales de la UIA.

La falta de diálogo y coordinación entre el presidente de la Nación y sus propios aliados expuso la torpeza del gobierno nacional que debió aislarse en su negociación haciendo oídos sordos al aumento de los reclamos sociales que exigían paritarias, además del bono.

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“Es un paliativo” fue la frase repetida por una buena cantidad de dirigentes gremiales, que no rechazaron la medida debido a la magnitud del impacto de la inflación en el poder adquisitivo del salario. Pero, claro, pidieron que se reabran las paritarias.

En cuestión de horas la falta de consenso sobre el bono de fin de año se trasladó de los amigos del gobierno a los afectados por su política económica y ocasionó un nuevo enfrentamiento entre los empresarios y los trabajadores.

“Gato por liebre”

Pasaron días para que se dieran a conocer contundentes estudios que registraron la falta de compensación del premio con respecto a la inflación. Es que las cifras analizadas a partir de la devaluación, revelaron que el bono cubre apenas 10% de lo perdido por la inflación.

Hay que tener en cuenta que los funcionarios de Cambiemos celebraron la medida como una herramienta de compensación por la caída del poder adquisitivo de los sueldos.

Es que, hasta los propios empresarios se aferraron al bono de 5000 pesos para eludir la reapertura de paritarias con los gremios de su sector, cómo fue el caso en Alimentación. Sin embargo, horas más tarde se desmarcaron incluso de la responsabilidad de pagarlo.

80% del trabajo de da en PyMEs

Apenas se conoció la iniciativa del gobierno nacional, sus propios aliados de la Unión Industrial salieron a despegarse de la decisión oficial como parte de una estrategia para inmunizar a las empresas de su responsabilidad como empleadores.

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El primero de ellos fue Funes de Rioja, vicepresidente de la entidad que nuclea a la patronal del sector, quien aseguró que sólo el 40% de empresarios podría hacer frente al pago del bono de 5000 pesos. Las PyMEs, en ese sentido, serían las más “perjudicadas”.

De esa manera, quedó en evidencia que el porcentaje de beneficiarios de la propuesta del gobierno bajaría drásticamente, puesto que las PyMEs emplean al 80% de la mano de obra industrial.

Es decir, que la primera baja se daría hacia el interior del sector que el Ejecutivo estimó como uno de los beneficiados por la propuesta.

El bono no cubre a empleados en negro

Otra de las paradojas que trajo aparejada la iniciativa del gobierno es que una masa de empleados no registrados quedaron afuera del beneficio puesto que el acuerdo es con la condición de pertenencia al régimen de empleo formal.

Es así que el alcance del bono quedó cercenado por su falta de universalidad, a una cantidad de trabajadores que ni siquiera es la totalidad de los empleados formales.

Es más, como ejemplo, es destacable que los docentes, por ejemplo, no categorizarían dentro de “Estatales” para recibir el beneficio, con lo cual el universo de llegada y aplicación de la medida es limitado.

No llega a 5000 y se paga en dos veces

Los descuentos de la asignación que irá destinada a los trabajadores estatales (UPCN), los privados y fuerzas de seguridad hacen que el monto total percibido se reduzca significativamente a la hora de contabilizar el dinero en mano que recibirán los empleados.

Pero además quedó estipulado que se pague en dos veces en los meses de diciembre y enero. Eso sí, los beneficiarios de planes sociales y los jubilados y pensionados no recibirían el monto asignado por Presidencia.

Los apura el G20

La explicación más verosímil para comprender las torpezas a las que se expuso el gobierno nacional al lanzar una medida de esta magnitud, a las apuradas, sin planificación ni diálogo, es que buscaban apaciguar los conflictos con los trabajadores, por la llegada del G20.

Es que en todos estos meses de inflación desbocada, Mauricio Macri no tuvo ni una señal significativa de recomposición del consumo interno y de revalorización del salario de los trabajadores.

Es más, su posición fue, al contrario, respaldar la postura de los empresarios al momento de aumentar precios y negarse a subir salarios, vía paritarias.

Hoy, tarde y torpemente, interpeló a los trabajadores para conformarlos con un premio que no compensa ni el 15% de lo perdido por la inflación.