Molino Cañuelas justifica su salida de la provincia de Tucumán por deuda
La empresa Molino Cañuelas asegura que está reestructurando el pasivo que tiene en sus cuentas nacionales y es por ello que no renovaría el contrato de alquiler con un molino tucumano. Focalizaría su producción en su planta de Salta y en los molinos que adquirió a Cargill.
A pesar del intento de los gremios de la Alimentación y Molineros para que Molino Cañuelas no abandone sus emplazamientos productivos en la provincia de Tucumán, desde la empresa fundamentaron la decisión con el pasivo que acumulan en sus cuentas, a nivel nacional.
Es por eso que la agroindustrial Molino Cañuelas decidió no continuar con su contrato de arriendo en el molino de trigo que opera en la provincia de Tucumán, con lo que a partir del 30 de octubre pondría fin a una operación de más de seis años.
La compañía confirmó que se va de la provincia porque amplió la capacidad de su planta de Salta, en la que adquirió maquinaria nueva para lograr más abastecimiento en el norte del país.
Además, tras la incorporación de siete molinos de Cargill en 2016 (la división de harinas industriales Trigalia -operación que cerró por $ 736 millones) “actualmente contamos con suficiente capacidad para producir y para cumplir con las necesidades de nuestros clientes y los planes de crecimiento de los próximos años, fundamentalmente en los mercados de exportación”, contaron desde la compañía.
Tal como aclararon en la firma, la intención es “no dejar en la calle al personal”, alrededor de 40 trabajadores, al que se va a indemnizar o acomodar en el antiguo empleador.
En este sentido, hay negociaciones con UOMA (la Unión Obrera Molinera Argentina) y con la Secretaría de Trabajo provincial. “La finalización del contrato de locación está dentro de los plazos y previsiones oportunamente considerados al momento de tomar las operaciones de la planta. La empresa garantiza el cumplimiento de todas las obligaciones que surgen hasta la finalización del contrato, como así también, de las normas que pudieren resultar aplicables”, afirmaron.
Inestabilidad financiera
La familia Navilli asegura que se encuentran atravesando una dura situación producto del contexto de inestabilidad financiera. En su último balance trimestral, presentado en abril, la firma productora de bizcochos “9 de Oro” y de marcas como Cañuelas, Pureza o Mamá Cocina, reportó un capital de trabajo negativo, “originado principalmente por el impacto de la devaluación que experimentó el peso durante el trimestre”.
Allí, destacó que la posición neta de activos y pasivos en moneda extranjera, principalmente dólar, originó una pérdida por diferencia de cambio neta de $ 2688 millones.
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En la empresa afirman que el contexto volátil también le impidió concretar su oferta pública inicial (IPO) en noviembre pasado, que iba a realizar en Nueva York y Buenos Aires. Preveía recaudar hasta u$s 333 millones, para pagar u$s 142 millones de deuda pendiente pero la tuvo que posponer horas antes de fijar el precio de la venta.
Una deuda importante
Más recientemente, producto de la depreciación del peso, que repercutió en su capacidad para pagar obligaciones a corto plazo con bancos locales, la firma decidió contratar la asesoría financiera de la empresa Lazard con el objetivo de refinanciar su deuda.
Según informó la agencia Bloomberg, ostentaba una deuda por alrededor de $ 20.900 millones (unos u$s 760 millones) al 28 de febrero. Entre los principales prestamistas se encuentran bancos como el Banco Nación, el HSBC Argentina o el Banco Galicia.
En abril pasado, en una presentación ante la Comisión Nacional de Valores (CNV) la compañía había afirmado que la volatilidad en la economía y las medidas tomadas por el gobierno “han tenido y se espera que continúen teniendo un impacto significativo”.
En total, tuvo ventas el año pasado por $ 27.783 millones. Según su último balance registró un incremento de 6,6% en su utilidad medida por EBITDA, con respecto al ejercicio anterior.