Paro de la CGT: ¿El gobierno escuchará a los trabajadores?

El lunes los trabajadores representados por la CGT harán oír su descontento por el impacto social de las políticas del gobierno. Pese a que desde el propio Indec se difundieron datos de aumento del desempleo en el segundo trimestre, los funcionarios nacionales lo niegan y descalifican a la protesta

El Sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación llegará el martes próximo a la mesa de negociación salarial con las cámaras empresarias del sector tras haber dado una muestra contundente de su postura sobre la política económica del gobierno nacional.

La medida de fuerza de la Confederación General del Trabajo a la que adhiere Alimentación tiene como eje poner de manifiesto el descontento generalizado del movimiento obrero sobre el rumbo de las decisiones del Ejecutivo en materia política y económica.

En este sentido, la disconformidad del sector laboral no tiene que ver, únicamente, con la negociación particular del salario de cada rubro, sino con la manera en que este gobierno administra la relación entre el capital y el trabajo, en la actualidad.

Es por eso que el paro del lunes 25 de junio intentará que la gestión actual tome nota sobre el impacto que están teniendo sus determinaciones y acuerdos internacionales.

Buscan deslegitimar el reclamo

Desde los medios de comunicación y los despachos de los funcionarios nacionales emerge, sin embargo, una lectura de situación distinta, que reduce el paro del lunes a un mero reclamo por salario.

Esa interpretación le da vigor a ciertos peligros en los que la administración de Mauricio Macri puede caer fácilmente. Uno de ellos es que la falta de sensibilidad social le impida entender la magnitud del mensaje que los trabajadores le están transmitiendo de manera explícita.

“Si el gobierno no escucha será responsable por la crisis” dijo Rodolfo Daer, secretario general del Sindicato de la Alimentación, en la semana en una entrevista radial en Caput, al referirse a las expectativas sobre el paro convocado por la CGT para el lunes.

El mensaje del movimiento obrero será eficaz si consigue contundencia para transmitir las consecuencias que las políticas económicas están dejando en el consumo, el empleo y la estabilidad laboral. Por el momento el gobierno no da señales de recibir ese mensaje.

Dos realidades, el mismo gobierno

Desde principios de junio el gobierno del presidente Mauricio Macri intenta obturar la medida de reclamo de la CGT, primero convocando a reuniones a los referentes de la central obrera, y, luego, mediante ataques directos para descalificar la medida de fuerza.

«No se ajusta a la realidad y está empañado de una mirada electoral» dijo el Ministro de Trabajo, Jorge Triaca, luego que fracasara la reunión entre los dirigentes obreros y los funcionarios nacionales, para frenar el reclamo.

Mientras el titular de la cartera laboral afirmaba que «desde el Gobierno logramos una política de recomposición del poder adquisitivo del salario y un crecimiento del empleo”, el INDEC preparaba el informe donde registraba un crecimiento “significativo” de la desocupación.

En el documento difundido ayer, viernes 22 de junio, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), marca que el segundo trimestre de 2018 registró “un aumento del 2% de la tasa de desocupación” con relación al trimestre anterior, alcanzando a 1.183.000 personas.

Pérdida de puestos de trabajo

Por otra parte un estudio de la Universidad de Avellaneda, publicado esta semana, revela que durante la gestión de Mauricio Macri se destruyeron 2.250 empleos industriales por día. La cifra alerta sobre la pérdida de 63 mil puestos de trabajo durante los últimos dos años y medio.

Entre los sectores más afectados se encuentran la industria automotriz, la textil y la marroquinería y de cuero, y responde en gran medida a la apertura de las importaciones y la caída del consumo.

Si al empleo industrial se le suma la totalidad del ámbito privado y público de nuestro país, esa cifra asciende a 249 mil puestos perdidos durante la actual gestión, según un relevamiento del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), publicado en marzo de este año.

Los despidos en Alimentación

La industria de la alimentación, que emplea a unas 100.000 personas, y que ya manifestó su adhesión a la medida de reclamo de la central obrera nacional, cuenta con un total de 7.666 despidos y suspensiones durante los dos últimos años y medio, según CEPA.

Es decir que el sector perdió un 7,6% de su mano de obra por el impacto directo e indirecto de las políticas económicas del gobierno.
“Tenemos destrucción de empleo y cierres de Pymes, muy similar a lo que pasó en los noventa” dijo Rodolfo Daer, al justificar la adhesión del gremio, respaldada por asambleas de delegados en todo el país, a la medida de la CGT, el próximo lunes.

Daer criticó con dureza al Gobierno y alertó que política económica de cambiemos no cierra socialmente.

Con el rencor puesto en los gremios

A pesar de la contundencia de los datos, que hasta el propio gobierno difunde desde el INDEC, Triaca prosiguió con su ataque a los sindicatos que declararon su adhesión al paro del lunes 25: «no hay motivos para decir que hay crisis del empleo como plantean los gremios».

Para el titular de la cartera laboral detrás del paro hay motivaciones políticas orientadas por objetivos electorales.
“La realidad”, a la que alude Triaca, parece estar más clara que nunca, hasta por los números que el mismísimo gobierno maneja, pero el problema hoy no es de organismos estatales que difunden datos, de la representación de las organizaciones sociales, sino de quienes quieren o no leerlos.

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