Por la apertura de importaciones, tarifazos, varias Pymes y fábricas alimenticias bonaerenses anunciaron cierres, vacaciones forzadas, sueldos impagos y despidos, durante el mes de mayo. La situación económica afecta gravemente a las localidades con menor cantidad de habitantes.
El mes de mayo dejó un saldo negativo en términos laborales para numerosos rubros industriales, entre los que se destaca el sector de Alimentación, con despidos, cierres e incumplimiento en el pago de haberes, en el territorio bonaerense.
Factores diferentes como la apertura de importaciones y los tarifazos fueron el eje de los argumentos utilizados por los empresarios de Alimentación para justificar la situación en numerosas Pymes y fábricas.
Las localidades con menor número de habitantes fueron las más afectadas, como en los casos de la avícola Criave, de Roque Pérez y la panificadora Maitén, en Chacabuco.
Chacabuco
Justamente ésta es una de las localidades más golpeadas, con el cierre de tres empresas que ahora buscan pagar solo el 50% de las indemnizaciones de los trabajadores despedidos. Dos de ellas están nucleadas como industrias alimenticias.
El otro caso de la localidad bonaerense de Chacabuco es el de la molinera Cuesta Colorada, que también busca abonar la mitad de las indemnizaciones, tras efectuar despidos en su planta.
La situación afecta de lleno a las localidades más chicas y suma el malestar general en un contexto más grande.
Chascomús
Chascomús es otra de las ciudades bonaerenses que durante el mes pasado se vio envuelta en una ola de despidos en la planta que la empresa de bebidas Villa del Sur tiene en la localidad. La planta, perteneciente a la compañía Danone, emplea a unos 200 trabajadores que, la semana pasada recibieron la noticia que tendrán «vacaciones anticipadas».
El caso de Villa del Sur, sin embargo, es el menos alarmante de la ciudad teniendo en cuenta la ola masiva de despidos en cuatro empresas nacionales emplazadas allí.
Carmen de Areco
Por su parte, una de las plantas frigoríficas más importantes de Carmen de Areco (Del Carmen), decidió cerrar sus puertas, dejando un saldo de 30 trabajadores en la calle.
Roque Pérez
Sin embargo, la situación en la avícola Criave, de Roque Pérez, es la más crítica. Sus trabajadores todavía no cobran sueldos adeudados y decidieron reducir su jornada laboral para evitar despidos. La empresa, que reúne a 780 trabajadores, impacta indirectamente en el trabajo de 1200 personas, en una población con solo 12 mil habitantes.
Monte – Esteban Echeverría
Por su parte, en Cresta Roja, los más de 300 operarios siguen sin cobrar y el conflicto no se destraba a pesar de la gran resistencia de sus trabajadores. La planta proyecta un plan de “reestructuración” que podría afectar a 800 empleados.
Pehuajó
La ciudad de Pehuajó fue la que, con el cierre de un frigorífico en el mes de marzo, preludió los despidos, cuando afectaron a 130 puestos de trabajo.
STIA en alerta
El Sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación (STIA) puso en funcionamiento mecanismos de negociación para defender los puestos y la estabilidad laboral en las diferentes fábricas. La mayoría de las veces lo hace apelando a la intervención políticas de los representantes locales, provinciales y nacionales.
El problema es que la situación de crisis está impactando de lleno en las fábricas y planteas más sensibles a los desajustes económicos y las variaciones del mercado que los oligopolios imponen.
Cabe destacar, que a la vez que se suceden los conflictos, se desarrolla una feroz negociación paritaria para que los trabajadores no pierdan la capacidad de compra de sus salarios.
Hasta ahora las negociaciones no avanzan y el panorama se vuelve aún más desesperanzador. Es que las grande empresas que manejan la cámara industrial, no mueven su postura de ofrecer un 15%.
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