Se pasó a cuarto intermedio en la reunión paritaria entre la Federación de los Trabajadores de Alimentación y la Cámara de Industriales de Productos Alimenticios

Los referentes de Buenos Aires y Córdoba del Sindicato de la Alimentación (STIA), Rodolfo Daer y Hectór Morcillo, se pronunciaron contra el techo salarial de las empresas alimenticias que buscan fijar la paritaria de este año en 15%, siguiendo la pauta del gobierno. Evaluación de la realidad nacional y suba de la tensión social condimentan una negociación compleja que pone en el centro de la escena nuevamente al gremio de alimentación.

Lo que suceda con Alimentación puede convertirse una vez más en una tendencia para los trabajadores en general, por eso la importancia de la negociación. El Gobierno juega en la disputa y sigue de cerca cada reunión para marcar la cancha.

Rodolfo Daer y Héctor Morcillo, los representantes del gremio de la Alimentación de Buenos Aires y Córdoba, fijaron su postura contra el intento de algunas cámaras empresarias del sector de establecer negociaciones salariales con tope en 15% anual, tal como lo estimó la pauta oficial a principio de año.

Luego que la Federación de Trabajadores de Industrias de la Alimentación (FTIA) firmara un acuerdo paritario con el Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CIPA) con una recomposición salarial del 20% y un bono no remunerativo de $3.500; el secretario general del gremio Rodolfo Daer, destacó que la mejora permite enfrentar el proceso inflacionario que seguirán de cerca para no perder poder adquisitivo.

No al 15%

Tras la firma del acuerdo, Daer se pronunció contra la propuesta de la Federación de Industrias Productoras de Alimentos y Afines (FIPAA), que nuclea a las empresas más importantes del sector, que ofreció paritarias al 15%, a abonarse en tres veces hasta febrero de 2019.

«La propuesta es totalmente insuficiente y lejana a las necesidades de las trabajadoras y trabajadores de Alimentación que necesitan mantener actualizados sus salarios para evitar la pérdida de poder adquisitivo” dijo Daer.

Rodolfo Daer también sostuvo que los que deciden en la cámara empresaria son las grandes fábricas. Las mismas que llevan adelante los aumentos de precios y que muestran una total insensibilidad ante el escenario de ajuste.

El techo de la paritaria es parte de una ofensiva contra los trabajadores

Por su parte, Héctor Morcillo, secretario general de STIA Córdoba, aseguró que «vamos a seguir manifestándonos contra el techo en las paritarias. Estamos movilizados porque el Ministerio de Trabajo nos acaba de dictar la conciliación obligatoria en una clara muestra de que el ministerio acompaña las políticas del sector empresario que quiere apurar una negociación cuando aún no están claros cuáles van a ser los índices inflacionarios».

debemos continuar luchando con inteligencia. Para eso, tenemos que articularnos con otros colectivos y actuar de forma conjunta. Como están las cosas al día de hoy, lanzar un paro aislado favorece a la patronal. Las medidas de fuerza tienen que tener impacto, para eso deben realizarse en el momento y el lugar oportuno. Hay grandes fábricas con muchas líneas de producción paradas y otras a las que un paro les significa hacerles un favor.

«Algo tenemos claro y lo hemos confirmado en la reunión de delegados, no vamos a aceptar la pauta del 15%», remarcó el dirigente de Alimentación. Morcillo, por su parte, aseguró que «el gobierno nacional implementa una política económica que apunta a que los trabajadores y el pueblo paguemos el ajuste».

En ese sentido Daer afirmó que «se avecina una crisis social si no se modifican las políticas económicas de este modelo político de perfil antiobrero, y que beneficia a los especuladores y perjudica a los trabajadores».

«La CGT tiene que definir un plan de lucha y cuál es la política que se quiere tener frente a este gobierno. Que se termine este verso de la gobernabilidad, que está garantizada por la democracia, hay gobierno democrático hasta 2019» concluyó Morcillo.

La complejidad de la negociación

Consultados por Infoalimentación acerca de las medidas de fuerza y los recursos de lucha del sindicatos, diferentes miembros de la Federación destacaron la complejidad del contexto en que se negocia.

Uno de los delegados  congresales, consultado  en el plenario de la Federación, anticipó:

«Los debates que tenemos entre los compañeros y la conducción nos dejan varias certezas. La más importante es que si queremos seguir siendo referentes y conseguir un acuerdo importante, es que debemos continuar luchando con inteligencia. Para eso, tenemos que articularnos con otros colectivos y actuar de forma conjunta. Como están las cosas al día de hoy, lanzar un paro aislado favorece a la patronal. Las medidas de fuerza tienen que tener impacto, para eso deben realizarse en el momento y el lugar oportuno. Hay grandes fábricas con muchas líneas de producción paradas y otras a las que un paro les significa hacerles un favor. Por otra parte, las compañeras y compañeros no pueden perder ingresos, y tampoco podemos forzar las cosas para que se pongan en riesgo fuentes de trabajo.»

Alimentación es seguido de cerca

La negociación de Alimentación se desarrolla en un momento de quiebre en el país. Los sinceramientos políticos y económicos del Gobierno dejaron expuestas muchas falacias, como ser el techo de paritarias y la meta inflacionaria. Desde muchos sectores están siguiendo con interés lo que sucede con Alimentación. Es que en los últimos 10 años, se convirtió en un gremio referente de las negociaciones paritarias que en muchos casos marcó la tendencia de los sectores industriales. De hecho, Alimentación tiene el salario industrial más alto del país después del de aceiteros, un gremio bastante atípico, ya que es muy pequeño y se mueve de forma directa al ritmo del dólar.

Lo que suceda con Alimentación puede convertirse una vez más en una tendencia para los trabajadores en general, por eso la importancia de la negociación. El Gobierno juega en la disputa y sigue de cerca cada reunión para marcar la cancha. Si vuelve a marcar un hito en la pauta salarial, como lo hizo en los últimos años, puede ser un nuevo dolor de cabeza para la gestión de Macri.

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