Mientras ni por pedido presidencial los empresarios amigos de Macri bajan los precios, el Gobierno lanzó el Gran Acuerdo Nacional en busca de consenso para el ajuste fiscal.
El presidente de la Nación, Mauricio Macri, y sus funcionarios salieron en la semana a agotar la idea de un Gran Acuerdo Nacional que encolumne a todos los sectores a respaldar las medidas políticas de los últimos días.
La convocatoria, sin embargo, empezó mal, ya que tras la reunión con 11 empresarios cercanos convocada por el primer mandatario para pedir que congelen precios por la corrida cambiaria, los CEO`s no tardaron ni 72 horas en subir el valor de sus productos.
El desentendimiento de los referentes de la economía nacional dejó mal parado al gobierno que hasta ahora sólo consigue tener la atención y el apoyo de un grupo de dirigentes gremiales dispuestos a sacrificar su capital social fijando la paritaria en 15% mientras todo sube.
Si bien el silencio de algunos sectores del poder legislativo hace prever que “el gran acuerdo” tendrá rebote más allá de lo esperable, está claro que el panorama no es de consenso, sino de indiferencia empresarial e imposición sobre el movimiento obrero.
En suma, el gobierno nacional busca sostener su postura a pesar de la innumerable cantidad de señales de advertencia sobre la impopularidad de sus medidas. Ahora, al rechazo de un sector del sindicalismo y la indiferencia de la patronal, se le sumaron cifras de imagen.
Caen en imagen
El presidente Macri y todos sus funcionarios, incluso la mismísima María Eugenia Vidal, no paran de caer en los sondeos de percepción social sobre su gestión y el curso de la economía. La desconfianza crece de manera inversamente proporcional a las expectativas sobre el futuro.
Pero hay un dato que no hace más que enturbiar el panorama y que amenaza con hacer tambalear la sustentabilidad del sistema político junto con la representatividad de Cambiemos: todos los indicadores marcan dificultades cada vez mayores para acceder a consumos básicos.
El Índice de Precios del Consumidor es concomitante con el aumento de la inflación y la suba de los valores de la canasta básica alimentaria, que en estos últimos días sufrieron otro golpe con la decisión de las alimenticias de remarcar en 20% sus productos, por el dólar.
Sube la marea de precios
El Indec difundió hace horas, las cifras de la inflación de abril, y sostuvo que el valor asciende a 2,7% nacional con un monto acumulado, en 4 meses, de 9,6%. Así quedó cubierto el 64% de la meta inflacionaria del 15% fijada por el gobierno, para este año.
La cifra representa el promedio nacional mensual del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Sin embargo en dos de las provincias más populosas del país, Córdoba y Mendoza, la inflación se ubicó, en abril en el 3,3%, según informó el organismo.
Algunas consultoras ya estiman que el alza anual superará el 24,8% de 2017. Jorge Todesca sostuvo que en los últimos doce meses, el costo de vida aumentó un 25,6%, seis centésimas más de lo que se venía estimando, sin contar los resultados del aumento del dólar.
Dólar a la Canasta
Por su parte, la consultora Ecolatina indicó que ante «la dinámica del dólar de las primeras dos semanas de mayo, estimamos que no sólo no se cumplirá la meta de inflación este año, sino que probablemente tampoco se alcance un descenso en la inflación anual».
Las alimenticias Molinos, Arcor, AGD y COTO fueron las primeras en anunciar subas en el valor de sus productos, y darle el sinsabor al presidente de la Nación Mauricio Macri, que horas antes les había pedido contener la suba de precios tras el alza de la divisa norteamericana.
El propio Daniel Funes de Rioja, presidente de la entidad que nuclea a las industrias alimenticias (COPAL), y aliado al gobierno reconoció, que «hay impacto en los precios de los alimentos por la devaluación» de la moneda argentina frente al dólar.
Si bien habrá que esperar el mes de junio para conocer las cifras oficiales del impacto de la corrida cambiaria y el correlato del aumento en los precios, lo real es que la suba en alimentos ya golpea el bolsillo de los trabajadores y los valores de la canasta básica.
La imagen es todo
El termómetro del humor social tocó un punto que está empezando a preocupar al gobierno de la Nación por la posibilidad que se empiece a corroer su sustentabilidad política de cara al 2019.
Es que, esta semana el presidente tuvo que leer cuatro sondeos de opinión que reflejan una consolidación en la caída de su imagen desde diciembre de 2017, con un envión adicional producto de la suba del dólar y el pedido de crédito al Fondo Monetario Internacional.
Synopsis, Tres punto Zero, Taquión y CIGP concluyeron que el referente de Cambiemos cosecha una imagen negativa del 64,5%, contra una positiva del 34%. Pero además, desde el mes de abril, la percepción ciudadana sobre el primer mandatario se desplomó 14 puntos.
El dato viene acompañado de otro igual de grave y es que el 48% de los encuestados “desaprueba totalmente” la gestión del gobierno nacional. Esa cifra asciende a 65% si se tiene en cuenta a aquellos que desaprueban “parcialmente” su administración.
No es casualidad, quizás, que Macri saliera a dilapidar pedidos de consenso intersectorial a través del llamado “gran acuerdo nacional” para bajar el déficit fiscal.
¿Gran Acuerdo Nacional?
A horas de haber sufrido el desplante de los empresarios nacionales, que hicieron oídos sordos al pedido del presidente de contener los precios, los hombres de Cambiemos salieron a pedir diálogo y consenso a la oposición, los gobernadores y los sindicatos.
La solicitud pedía una “demostración de grandeza” de parte de todos los sectores más allá de sus intereses para “acelerar el ajuste fiscal”.
Desde distintos sectores gremiales, políticos y sociales salieron ya a declarar su rechazo a respaldar las últimas medidas del Gobierno, que empieza sufrir las consecuencias de sus propias acciones.
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