Consumo: más alimenticias preocupadas por la caída de las ventas
Los CEOs de Mondelez y Molinos Río de la Plata hablaron en un encuentro de la CADAM sobre un cambio generalizado en el consumo interno
Durante una jornada organizada el fin de semana por la Cámara de Distribuidores Mayoristas de Alimentos y Bebidas en San Isidro, provincia de Buenos Aires, los empresarios de dos de las alimenticias mas grandes de nuestro país se expresaron respecto al consumo interno y el impacto en la economía de sus compañías.
Antonio Mosteiro, de Mondelez, y Agustín Llanos, de Molinos Río de la Plata hablaron de «prudencia» a la hora de manifestar sus expectativas sobre el consumo de cara a este año.
El CEO de Molinos dijo que observa el corriente año con «moderado optimismo» porque el consumidor reconfiguró sus gastos». «Es un período de transición. Nos obliga a adaptarnos a un consumidor que cambia, no porque haya crisis sino que se reconfigura el gasto de los hogares», explicó.
Luego, el gerente general de la alimenticia Mondelez sostuvo que el consumo «no es parejo» y que varía según «el segmento, la categoría y la marca del producto». «El consumo es variable. Por unos centavos la gente se pasa de una categoría a otra», explicó.
Balances complicados
El evento, organizado por la CADAM, además arrojó datos sobre las ventas en los supermercados mayoristas como promedio para consumidores finales y comerciantes minoristas.
Para los primeros el gasto promedio, aseguró Alberto Guida, va dentro de un rango de entre $2.500 y $4.000 mientras que para los segundos es entre $15.000 y $20.000. La entidad realizó en el partido bonaerense de San Isidro una jornada en la que evaluó el desempeño del sector y escuchó la situación de las empresas proveedoras.
«El hipermercadismo está complicado. Se revalúa el negocio. Hay que ver qué hacen los mayoristas», reflexionó.
Por su parte, el CEO de Molinos dijo que los consumidores «reclaman transparencia en los precios. Quieren que les digan claramente cuánto cuestan los productos. Los otros canales (en alusión a los hiper y supermercados) están presos por las ofertas», consideró.
Un panorama desalentador
La crisis generalizada de la industria alimenticia por la caída del consumo comenzó a impactar en el trabajo hace algunos meses, y se espera que la situación empeore si el gobierno y los empresarios no toman medidas para frenar la inflación.
El Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación ve la situación con preocupación y viene respondiendo a los despidos, incumplimientos y cierres con la defensa de las condiciones y fuentes de trabajo.
Además, el STIA ha sostenido su postura a favor de subir el techo de paritarias y de mantener la llamada «cláusula gatillo», para que los trabajadores no sean rehenes de la crisis que la baja del consumo está ocasionando.
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