El Gobierno se tropieza con sus números

El Gobierno se tropieza con sus números

Mientras el Gobierno ofrece 15% de aumento para 2018 el Indec arroja números que superan ampliamente el techo salarial ofrecido

Los objetivos del Gobierno con el Trabajo quedaron expuestos en dos hechos que sucedieron prácticamente juntos. A horas que María Eugenia Vidal ofreciera a los docentes un 15% de aumento sin cláusula gatillo, el Indec cifró en 25% la inflación acumulada de los últimos doce meses.

Mientras la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, ofrecía, el jueves, una suba salarial al sector docente con techo en 15% y sin recurso de actualización salarial por alza inflacionaria, el Indec informaba que la suba inflacionaria superaba ese techo por, al menos, diez puntos.

El Informe del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos desbarató, en minutos, la estrategia del oficialismo de imponer un límite a las negociaciones salariales de 2018, que venía siendo rechazado por numerosos referentes del arco político y sindical.

El primer funcionario del gobierno de Mauricio Macri que salió a marcar la cifra de 15% fue el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, en una conferencia que tuvo el rápido y unánime rechazo del movimiento obrero, en la voz de sus representantes de la CGT.

Sindicatos en pie de guerra

Si bien algunos referentes entre las organizaciones gremiales aceptaron (sin críticas) el antojadizo tope impuesto por el gobierno nacional, casi la totalidad del sindicalismo puso en cuestión las pretensiones de los hombres y mujeres de Cambiemos.

Tras el desfile de funcionarios del gobierno repitiendo la fórmula propuesta por Marcos Peña, entre los que siguieron Rogelio Frigerio y el propio ministro de Trabajo, Jorge Triaca; el referente de la central obrera Héctor Daer consideró “fundamental mantener la cláusula gatillo”.

“Durante los últimos dos años escuchamos pronósticos de inflación que no se cumplieron. Ahora queremos que el gobierno baje la inflación, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados si los trabajadores pierden poder adquisitivo”, explicó el dirigente gremial de Sanidad.

Luego de sus declaraciones, respaldadas unánimemente por el triunvirato que representa al movimiento obrero organizado de nuestro país, el estudio arrojado esta semana por el INDEC no hace más que hacer real las reivindicaciones de los trabajadores.

El INDEC desnuda al gobierno

A pesar del reconocimiento oficial de la inflación en 1,8% para enero, y su acelerada suba de 25% a lo largo de doce meses, la gobernadora bonaerense, quien el año pasado se mostró respetuosa de los datos del organismo de estadísticas, continuó con el libreto de Cambiemos.

“Ajustaremos lo que diga el INDEC” manifestaba Vidal, en febrero del 2017, al instar a los gremios docentes a negociar la paritaria en 18%, haciendo uso de la cláusula gatillo. El año de elecciones hizo que los referentes del gobierno se mostrasen conciliadores.

Para este año el objetivo del Gobierno parece estar enfocado en reducir el poder adquisitivo del sueldo de los trabajadores. La repetición, casi ascética, del techo paritario autoimpuesto por los funcionarios de Cambiemos, parece no prestar atención ni a sus propios números oficiales.

Según el último informe del INDEC a la suba inflacionaria, es necesario estimarle los precios mayoristas (4,6%), afectados por la suba del dólar y los aumentos del petróleo. El alza, junto con las tarifas, presentará un primer cuatrimestre con una inflación promedio del 2%.

Lorenzo Sigaut, economista Jefe de la consultora Ecolatina, aseguró que «el primer cuatrimestre probablemente se coma la mitad de la pauta (es decir, el techo inflacionario) de todo el año», ya que prevé para esa primera parte del año una inflación acumulada cercana al 8%.

Cláusula gatillo: la responsabilidad de la dirigencia sindical

A la ola de voluntades para eliminar el recurso de la cláusula gatillo, proveniente del arco político y empresarial, se sumó en la semana la noticia sorpresiva del gremio de Obras Sanitarias cerrando un acuerdo de aumento anual de 15 por ciento sin recurso de reactualización.

La decisión apresurada del sindicato conducido por José Luis Lingeri, más cercana al sector empresario que al sindical, no está en línea con las pretensiones del movimiento obrero y sienta un precedente peligroso al momento de pensar la legitimidad frente a los trabajadores.

Este aumento salarial se suma a los que ya acordó la semana pasada el Gobierno con Tintoreros, Sombrereros y Lavaderos encabezado por Luis Pandolfi, y con el Sindicato Único de Remises (SURyA) que lidera Alejandro Claudio Poli.

A contramano de esta innecesaria demostración de afinidad con Mauricio Macri, la mayor parte del sindicalismo salió a manifestar sus pretensiones de sostener la cláusula gatillo como recurso para actualizar las posibles y repentinas subas para el resto del año.

En este sentido la señal ofrecida esta semana por los hombres y mujeres del oficialismo no es buena, y pone en alerta a la totalidad de los trabajadores en lo que parece ser una avanzada deliberada sobre los derechos y reivindicaciones del sector.

El panorama, en un primer bimestre que arrancó con fuertes subas en alimentos, aumento estrepitoso del dólar y subas de tarifas y transportes, no es alentador. La unidad del movimiento obrero para defender el salario se va convirtiendo en un punto necesario de convergencia del campo popular.

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