La Copal y el macrismo contra la Ley de Etiquetado
El presidente de la Coordinadora de Empresas Alimenticias (COPAL), Daniel Funes de Rioja, salió con todo contra la Ley de Etiquetado luego del rechazo del macrismo a debatir en el Congreso. Aliados para defender a las alimenticias.
La Copal siguió al macrismo contra la Ley de Etiquetado Frontal, que propone mejorar la salud de la población. Fue el presidente de la entidad, Daniel Funes de Rioja, el que caracterizó como “calaveras” las marcas en los productos.
La entidad se acopló a sus aliados históricos del macrismo, y apuntaron contra el proyecto que busca democratizar la información sobre los productos alimenticios. Así volvieron a defender a la patronal alimenticia y se dejaron influir por el lobby.
Entre las empresas que comenzaron a lograr su cometido de frenar el proyecto se encuentran gigantes como Arcor, Molinos, Granja Tres Arroyos, Mondelez y Mastellone.
Para Daniel Funes de Rioja, quien además es presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), la Ley de Etiquetado frontal se basa en los octógonos que son «calaveras” que “demonizan” los alimentos.
El referente del sector alimenticio negó, sin embargo, que haya habido un lobby empresario para hacer caer el tratamiento de la ley. Para el empresario, “evidentemente estamos demonizando” al producto envasado.
Aliados contra la salud de la población
La entidad que representa a la patrona alimenticia volvió a mostrarse en contra de la ampliación de derechos para la población. Claro que esto ya lo habían hecho al pedir que se acentúen los aumentos de precios, siempre pensando en el beneficio patronal.
En esta ocasión, mostraron su tendencia a anti-obrera, al mirar, nuevamente, el interés empresario y salieron a aliarse con el macrismo en contra de la norma. Esto solapando su posición, y tratando de disimularla, anteponiendo excusas técnicas.
“¿Pero esos octógonos no son calaveras?”, preguntó el periodista de Futurock al oír la comparación. “No, pero esos octógonos negros, vamos…”, fue la respuesta de Funes de Rioja, dando a entender que la comparación era pertinente.
Las figuras geométricas a las que se hizo alusión durante la entrevista son las previstas en la ley que aún tiene estado parlamentario y que están reservadas para mostrar información clave para el consumidor.
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La ley, más allá de la Copal
El proyecto de ley de etiquetado frontal tenía todo el apoyo del oficialismo en el Congreso. La norma apunta a exponer el exceso de grasas, sodio, etcétera. Sin embargo, para el titular de la UIA esto es algo perjudicial.
“Está claro que la modalidad (de los octógonos frontales) tiene por finalidad no informar sino disuadir” la información nutricional sobre el alimento envasado, dijo Funes de Rioja, quien celebró indirectamente el fracaso del tratamiento.
Sin embargo se trata de una ley trascendental para cuidar la salud de los argentinos y las argentinas y para ampliar la información de los componentes de los alimentos. A simple vista no debería ser problemático para las empresas del sector, pero igual apelaron al “lobby”.
Negar el lobby patronal
Por otra parte, el empresario negó “categóricamente” que hubiera habido presiones por parte de las empresas alimenticias para que la iniciativa no sea debatida en Diputados. Funes de Rioja volvió a despegar a las alimenticias de su rol de presión al momento de la votación.
“No hubo llamados”, dijo y aclaró que lo único que se había hecho fue “ir (a las audiencias del Congreso) e informar” cuál es su postura. Eso hubiera sido creíble, claro, si no fuera que se trata del presidente de la UIA y que llamó calaveras a los octógonos.
“Una cosa es informar y otra es interferir”, dijo aunque aclaró: “El lobby empresarial existe y no es una mala palabra, pero existe para informar” y “no interferir en la vida política”. Así el referente patronal despegó a la patronal del sector.
Funes de Rioja puntualizó que “los temas de quórum son un tema político que hay que analizarlo con ellos, no con nosotros”. Sin embargo, “en los temas del proyecto en discusión (que también es del orden político), tenemos una posición clara”, dijo.
Desde la industria de la alimentación: seguimos estando a favor de un etiquetado, pero no de esa naturaleza”, sostuvo el empresario que busca influenciar a la clase política, ahora desde su rol en la Unión Industrial.
¿Patean la pelota afuera?
En opinión de Funes de Rioja, “el tema tiene que resolverse a nivel de Mercosur”, de modo tal que los países que integran el bloque regional elaboren una legislación común que no contradiga el comercio entre países.
“Con Brasil hay importaciones y exportaciones” que “ratifican una interdependencia” de la industria de la alimentación. Por eso se requiere “una armonización normativa” y “que haya un etiquetado para el Mercosur”, dijo Funes de Rioja.
El macrismo, ausente en discusiones clave
La ley de etiquetado de alimentos es una ley clave –que cuenta con media sanción del Senado-, que advierte sobre los excesos de grasas, sodio y azúcar en los alimentos. Tan simple como una respuesta para resguardar la salud de la población.
Allí, el macrismo (Copal-PRO) volvió a mostrar que la salud pública se subordina a los intereses de los sectores poderosos de la economía, a los que ellos responden. Es que, claro, ya lo había mostrado a lo largo de su gobierno cuando fueron dóciles a las presiones de las alimenticias.
El oficialismo de la Cámara de Diputados chocó contra la falta de quórum en la sesión especial que impulsa para convertir en ley el proyecto de etiquetado frontal que advierte sobre los excesos de grasas, sodio y azúcar en los alimentos.
Pero el macrismo anticipó que no colaborará para reunir el número reglamentario, aunque sí participaría del debate en el caso de que el Frente de Todos consiguiese juntar los 129 legisladores requeridos para abrir la discusión.
Así, cobra fuerza la posición de la Copal y de las empresas como Arcor, Molinos, Mondelez y Mastellone, de acumular ganancias sin importar los derechos de la ciudadanía. El Gobierno tomará nota y evaluará la coyuntura política, en otro momento.