Reforma laboral: van por los convenios colectivos

Esta semana quedó nuevamente a la luz la intención de los empresarios de acelerar con todo la presión para que se apruebe la reforma laboral como sea. De cuidar las formas, la patronal ya reconoce que van por los convenios colectivos y buscan facilidades para despedir.

Una vez más los empresarios dieron muestra de su intento por imponer la reforma a las relaciones laborales que rige en nuestro país, cueste lo que cueste. «La reforma va a tener que salir» dijo con tono intimidatorio el lobbista patronal Daniel Funes de Rioja.

Hasta hace un tiempo los empresarios vinieron sosteniendo un discurso de contención con algunos deslices como el del empresario alimenticio Martín Cabrales, quien reconoció que la verdadera intención de la patronal es encontrar «facilidades para despedir».

Pese a la brutal sinceridad los dueños de las principales empresas del país optaron hasta hoy por la prudencia hasta tanto se despejen los resultados del devenir político de nuestro país. El propio Funes de Rioja se refería a la reforma como una manera de «modernización».

Modernizar relaciones laborales

El eufemismo patronal apunta a que los trabajadores acepten acriticamente de manera pasiva la reforma laboral que intentan imponer para que luego puedan desenvolver sus planes de atacar los derechos laborales de los y las trabajadoras.

Mencionado por el propio presidente de la Coordinadora de Industrias de la Alimentación (COPAL), Funes de Rioja, la idea de la modernización apunta a incorporar tecnologías para el dinamismo de los vínculos laborales.

Sin embargo la respuesta de la gran mayoría del movimiento obrero fue que los empresarios esconden sus verdaderas intenciones y no dejan que se conozca el objetivo central de su interés tan marcado para que esta modificación avance, como sea.

Es que la experiencia de reforma laboral en Brasil dejó en evidencia que se buscó socavar la colectivización de los trabajadores y trabajadoras para quitarles poder de negociación.

Asimismo, se evidencia una clara tendencia de favorecer a los empresarios y perjudicar a los trabajadores.

Las modificaciones realizadas son tan profundas que implican que el trabajador aporte a un fondo para pagar su propia indemnización, que la empresa pueda pagar por hora o jornada y que los acuerdos se hagan entre las partes por fuera del Convenio Colectivo de Trabajo.

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Los convenios colectivos

Los sindicatos fueron los primeros que alertaron que en realidad los empresarios apuntaban de lleno a los convenios colectivos de trabajo que regulan la relación contractual entre los empleados y los empleadores.

Entre otras cosas eso implica que, por ejemplo, la patronal no decisiones discrecionales y unilaterales como eludir la indemnización o no aportar al sistema de cobertura de Salud que los gremios gestionan para garantizar un trato digno a los obreros de las plantas.

Cabe destacar que en la actualidad, el clima de reforma laboral reinante ya hace que muchos dueños de fábricas se manejen arbitrariamente y tomen decisiones inconsultas avanzando sobre los derechos laborales de los trabajadores

Así sucedió, por ejemplo, en la alimenticia Unilever, en la cual tuvo que intervenir el Sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación ( STIA PBA) para impedir que sean avasallados los derechos y reivindicaciones históricas de los obreros de la planta.

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Arrasar con los convenios colectivos

El gobierno ha manifestado en más de una oportunidad su intención de avanzar en ese sentido, aduciendo la «inviabilidad» del costo laboral argentino y la (hipotética) necesidad imperiosa de la reforma para «generar empleo de calidad».

Esa intención no quedó sólo en eso y desde el oficialismo han incluso enviado proyectos al Congreso de la Nación, que no tuvieron siquiera tratamiento ante lo conflictivo de la iniciativa, que encontró resistencia en todo el polo sindical, así como en distintas fuerzas políticas.

Fue Daniel Funes de Rioja, quien, sin embargo, aseguró que arrasar con «convenios decimonónicos» de trabajo sería uno de los objetivos primordiales de un futuro gobierno de Cambiemos (ahora Juntos por el Cambio).

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Negociaciones de contrato por empresa

Según el portal Ámbito Financiero, entre el listado de tópicos que incluirán están el fin de los Convenios Colectivos de Trabajo, que se negocie por empresa y no por actividad, habilitaría la subcontratación y la tercerización.

Por otra parte limitaría a los sindicatos y afectaría el sistema solidario de salud de las obras sociales.

Esto quitaría poder de negociación para el sector trabajador, ya que los empleados deberían negociar en sus lugares de trabajo las condiciones de contratación, sin el paraguas de los gremios por actividad.

El punto replica a la legislación brasileña aprobada en 2017 que acelera la flexibilización laboral.

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Flexibilización de despidos

«Contempla también la creación de nuevas figuras como la del “trabajador de plataformas” y flexibiliza mecanismos de despidos y pasantías pero, además, eliminan puntos como las horas extras y el aguinaldo para conocer la base a partir del cual se estima el monto.

La reforma se estaría camuflando bajo el nombre de “Plan Productivo 2020-2023, Relaciones laborales y empleo de calidad” y lleva semanas de discusión en el Ministerio de Producción y Trabajo.

El propio Dante Sica reconoce que el denominado por ellos «paper» está en circulación interna pero buscan minimizarlo para que no esté en el ojo del debate a tan pocos días de las PASO.

También se contempla «hasta la eliminación de las multas por trabajo informal que estaban contempladas en el proyecto de blanqueo; limitación de los juicios a empresas por solidaridad con sus tercerizadas y regulación de contratos para personal de aplicaciones.

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