Reforma laboral: todo listo para “descontratar” si gana Macri

El principal lobbista del gobierno de Mauricio Macri por la reforma laboral, Daniel Funes de Rioja, se sinceró sobre sus pretensiones patronales de despedir «con facilidad» con la iniciativa. Cambiemos tiene todo lista para «descontratar» si gana.

El Gobierno nacional se apresta a aplicar la reforma laboral, como sea, si logra imponerse en las elecciones de octubre. Los empresarios cercanos al proyecto de Cambiemos ya no niegan las pretensiones de “despedir con facilidad” que hay detrás del impulso a la iniciativa.

Poco importa en realidad para el sector patronal, al parecer, si la medida se lleva a cabo a través del parlamento o por Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), vía Poder Ejecutivo o capricho presidencial.

Lo importante, para el principal lobista de los empresarios en la gestión Cambiemos, Daniel Funes de Rioja, es que los privados tengan facilidades “para descontratar”. El eufemismo es un paso adelante en el reconocimiento de los fines que buscan sus promotores.

Negación ante la opinión pública

Hasta el momento el sector empresario se escudaba en la “modernización” del empleo como eje de una potencial norma que modifique las relaciones laborales entre el empleador y el empleado.

Es que, claro, el eufemismo es tan ambiguo y futurista que no abre sospechas de impactos negativos en las relaciones de trabajo, aunque, sin embargo, los empresarios salieron a dar algunas pistas a la opinión pública éstas últimas semanas.

Justamente fue Daniel Funes de Rioja, empresario del sector alimenticio y presidente de la Coordinadora de Industrias de la Alimentación (Copal), quien reconoció la pretensión patronal de buscar facilidades para despedir a los trabajadores.

Lo hizo luego de negar sistemáticamente esta posibilidad y luego de rechazar que los trabajadores quedarían desamparados gremialmente si una reforma laboral era aprobada en esta u otra gestión de gobierno.

Los gremios vienen advirtiendo

Desde los sindicatos y gremios vienen alertando sobre el peligro de avance de la medida que puede dejar desprotegido al sector del trabajo en la relación con los empresarios, al momento de negociar sus contratos laborales.

Es que uno de los ejes de la reforma apunta a modificar los convenios colectivos de trabajo (CCT) para que cada trabajador negocie individualmente sus relaciones de trabajo con el empleador, de manera que quede eliminada la intermediación de los gremios.

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Ello lleva a que, por ejemplo, se corra el riesgo de eliminar las paritarias, que cada sindicato empuja para que los salarios no pierdan poder adquisitivo ante la inflación anual y para que se garantice por ley las condiciones laborales de los trabajadores.

Es por eso que la propia Confederación General del Trabajo (CGT), ya salió a pronunciarse en rechazo a cualquier intento patronal de hacer avanzar la medida.

La UIA quiere reforma

Del otro lado está la poderosa Unión Industrial Argentina (UIA) que agita la petición por el “despido libre” como condición necesaria para generar empleo. «Si a uno le va mal, tiene que poder descontratar», dijo su vicepresidente, Daniel Funes de Rioja.

“Contratar y despedir debería ser natural como comer y descomer”, decía en 2017, el ex subsecretario de Empleo Miguel Angel Ponte en una metáfora sobre cómo ve a los empleados: algo que entra, se tritura, se le saca la energía y se lo “depone”.

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Desde la entidad que representa a las patronales argentinas aseguran que necesitan “previsibilidad, porque si usted quiere que aparezcan muchas empresas, lo que tiene que saber es que para que un empresario no tenga miedo a contratar”, dijo Funes de Rioja.

La apuesta oficial es aprovechar el escenario de destrucción de empleo y precarización en las condiciones de trabajo para avanzar con la modificación del marco regulatorio. Esto, a pesar de los reiterados fracasos acumulados desde finales de 2017.

Ese año se presentó un anteproyecto de ley para modificar la legislación laboral vigente, pero el Poder Ejecutivo, a pesar querer cumplir el deseo de los empresarios e implementar una reforma, no consiguió hacerlo, finalmente, por la presión social.

Una reforma a la brasileña

Es que la iniciativa está inspirada en la brutal reforma brasileña, que aún cuando la patronal conoce el alcance brutal del impacto que tendría para el empleo, los cambios cuentan con el respaldo de las principales cámaras empresarias y sus voceros.

Se trata de los mismos empleadores argentinos que se abstuvieron en la votación del Convenio 190 contra la Violencia de Género y Acoso Laboral que se aprobó en el cierre de la conferencia anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en Ginebra.

Para contextualizar el deseo y las intenciones de la patronal argentina, al parecer, es necesario entender que los empresarios desprecian cualquier norma, iniciativa, o regulación, nacional o internacional, que huela a derechos laborales. Así lo demostraron en Ginebra.

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Octubre definirá los derechos laborales

La historia laboral argentina evidencia que ni la flexibilidad en las condiciones laborales, ni la reducción de los aportes y contribuciones impulsaron jamás la creación de puestos de trabajo de calidad.

Pero la flexibilización laboral no es solo una demanda corporativa. Las modificaciones son parte del paquete de reformas estructurales ofrendado al Fondo Monetario Internacional. Por eso más que nunca el movimiento obrero definirá en octubre que camino sigue.