Reforma laboral: los amigos de Macri quieren facilidades para despedir
Esta semana las empresas alimenticias salieron a dar muestras de lo que pasará si en octubre es reelecto Mauricio Macri. Sin sonrojarse pidieron la reforma laboral para poder desemplear sin leyes y derechos laborales que los limiten. Un año decisivo.
Las voces que integran la Coordinadora de Industrias Alimenticias (Copal) se hicieron oír esta semana con más vehemencia e indolencia que nunca, en una muestra de su poder de lobby e influencia sobre el Poder Ejecutivo.
Primero fue el propio Daniel Funes de Rioja, presidente de la Copal, y después Martín Cabrales, vicepresidente de Café Cabrales, quienes salieron a reclamar que Mauricio Macri de curso «como sea» a la reforma laboral, si es reelecto en octubre.
La voz de ambos empresarios no es la de cualquier otro ciudadano común. Se trata de referentes patronales que integran el círculo íntimo de influencia del presidente de la Nación. Ambos sugieren sin filtro las políticas a seguir según, claro está, sus propios intereses.
Hay que destacar que Funes de Rioja, sin embargo, entendió el ritual de formas y eufemismos que hay que tener cuando se es una figura de interpelación pública, a contramano de Cabrales, que expresa, sin ornamentos, la manera de pensar de la patronal en general.
Para muestra basta un botón
«Como empresario, lo que me gustaría es tener mayor flexibilidad para tomar gente», dijo Cabrales, sin despeinarse, en clara alusión a las leyes laborales históricas que en nuestro país garantizan la estabilidad laboral en función del costo indemnizatorio que implica un despido.
Es que «tomar gente» no sería un problema en todo caso puesto que contratar a un empleado es sencillo, pero lo difícil es (para la patronal) la ingeniería legislativa que garantiza antigüedad, cargas sociales y beneficios laborales a los trabajadores incluso al ser cesanteado.
Esa ingeniería fue producto de una batalla histórica del movimiento obrero que sostuvieron los sindicatos y que incluso hoy en día garantizan negociaciones paritarias colectivas ante el sector patronal, impidiendo que los empresarios determinen unilateralmente el salario.
El sincericidio de Cabrales no es más que una muestra de aquello con lo que el empresariado local presiona a Mauricio Macri (hoy también vía WhatsApp), y que desvela a la patronal desde hace tiempo.
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Los eufemismos de la Copal
Otro de los empresarios que aparece como principal promotor de la reforma laboral y que ocupa su lugar en el reducido círculo empresarial del presidente Mauricio Macri es Daniel Funes de Rioja, presidente de la COPAL y vicepresidente de la Unión Industrial.
Funes de Rioja es un persistente lobbista de los intereses empresarios en el Poder Ejecutivo y esta semana salió a hacer uso de su cercanía con el presidente Macri. El empresario alimenticio volvió a pedir la reforma laboral, claro que con más eufemismos.
Su exposición pública lo obligó a asumir las estrategias de la política, sin embargo, a diferencia de un empresario con bajísima exposición mediática como Martín Cabrales.
Para Funes de Rioja, “si el Gobierno encara la mencionada reforma se debe poner en marcha con diálogo social y con los trabajadores”. “Hay miedos y preocupaciones, pero la Argentina puede ser un país que se inserte en el mundo con alta competitividad”, dijo.
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Detrás de los eufemismos de “los intereses compartidos por todos los argentinos” subyace que los intereses de la patronal están muy lejos de igualarse con los de los trabajadores y, si avanza la reforma laboral, se verán lesionados seriamente los derechos laborales.
Cuando el Funes de Rioja habló esta semana de “reducir los costos laborales” se trata de todos aquellos “costos” que para el empresario implican las condiciones dignas de empleo para un trabajador, como la seguridad social, indemnizaciones por despidos, paritarias, salud, etc.
Por eso, para el empresario “necesitamos hacer los deberes sobre la política fiscal, logística, laboral y la burocracia” porque “esos elementos que nos atan a un pasado que no es exitoso”, agregó.
Un gobierno permeable a la patronal
La verborragia patronal y la abierta exposición de sus ideas e intereses para fragilizar las condiciones laborales del movimiento obrero dejan ver a las claras que el Poder Ejecutivo es ampliamente receptivo a las demandas empresarias.
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La permeabilidad del gobierno de Mauricio Macri quedó expuesta hace semanas cuando se conoció que su teléfono aparece en el grupo de WhatsApp de los 200 empresarios más influyentes del país, donde los CEOs manifiestan sus sugerencias.
Mientras los principales empleadores del país mantienen, sin embargo, linea directa con el Ejecutivo para manifestar sus intereses y opinar sobre la política nacional, los trabajadores padecen sus influencias.
A contramano de las respuestas a los intereses del sector empresario, el presidente, a pesar de las fotos de campaña, no tiene contemplaciones con los trabajadores y planea pauperizar las condiciones de trabajo, si en octubre es reelecto.