Rodolfo Daer confirmó que pedirán un aumento de 40% en las próximas paritarias de Alimentación

El secretario general del STIA filial Buenos Aires, Rodolfo Daer, confirmó que exigirán un piso de aumento del 40% y una actualización mensual de los salarios en las próximas paritarias

Rodolfo Daer, secretario general del STIA filial Buenos Aires, confirmó que el Sindicato de Alimentación reclamará una recomposición salarial del 40% en la próxima mesa de negociación paritaria.

Además, exigirán una cláusula de ajuste mensual para que los salarios de los trabajadores no queden atrasados en relación con los constantes aumentos de precios.

Rodolfo Daer afirmó que el pedido de recomposición salarial, tendrá en consideración los puntos porcentuales perdidos con la firma del convenio de 2018 y que buscará establecer un mecanismo que proteja los salarios de una inflación que transgrede mes a mes las previsiones del Gobierno y que no resiste proyecciones confiables.

Antecedentes de las negociaciones mensuales

Consultado por el portal InfoAlimentación, Rodolfo Daer declaró que «En el marco del contexto inflacionario actual, y dada la imposibilidad de prever la depreciación de la moneda y los aumentos de precios a mediano plazo, es necesario recurrir a un mecanismo de actualización mensual de los salarios que los proteja de las constantes subas de precios de productos y servicios.»

Daer, destacó que existen antecedentes  de negociaciones salariales a corto plazo y que formó parte de la instrumentalización de este sistema durante los 80: «Esta herramienta (la de las actualizaciones de salarios mensuales) no es nueva, se implementó este tipo de negociaciones a corto plazo durante el final del gobierno de Alfonsín, desde fines del ’86 al ’89» para proteger a los salarios.

En el contexto actual, y en función de la dinámica de variaciones de precios producto de la inflación, parece acertado recurrir a un antecedente que funcionó para los trabajadores en el pasado. El secretario general de Alimentación, formó parte como paritario de las negociaciones salariales de los trabajadores alimenticios durante el periodo inflacionario de fines de los ’80.

En aquel entonces, los trabajadores atravesaban un escenario de incertidumbre inflacionaria y constantes remarcaciones de los precios que amenazaban la economía de los asalariados. Las actualizaciones mensuales permitieron sobrellevar los aumentos sin que se produzcan grandes distorsiones de los salarios.

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Esta herramienta no es nueva (la de las actualizaciones de salarios mensuales), se implementó este tipo de negociaciones a corto plazo durante el final del gobierno de Alfonsín, desde fines del ’86 al ’89 para proteger a los salarios

Fundamentos del reclamo

El reclamo que el STIA realizará a partir del mes de abril, mes en el que se abre el periodo de paritarias para Alimentación, tiene fundamentos sólidos.

Tanto el piso de aumento, como la el mecanismo de actualización mensual tienen, parecen ser reclamos que se ajustan a la dinámica actual de la economía.

Por una parte, en los últimos 12 meses, la depreciación de la moneda alcanzó un 58,3%. Por otro lado, el rubro de alimentos y bebidas es uno de los impulsores de la escalada inflacionaria.

Sin ir más lejos, el lunes 18 de marzo Molinos respondió al plan antiinflacionario de Macri con un anunció de subas del 15,5%  en más de 300.

Además, las tarifas de los servicios sufrieron un nuevo aumento el mes pasado.

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Cabe destacar, que  el impacto de las tarifas se sentirá recién con los primeros fríos del año, periodo en el que se dispara la demanda de gas y electricidad.

Estos valores aún no han sido trasladados a los precios de los productores y tampoco impactan en los bolsillos de los trabajadores.

Una renovación mensual de los salarios en función de los aumentos de precios, es considerado por Daer como un mecanismo clave ante la incertidumbre del panorama económico que golpea a los trabajadores mes a mes.

Alimentos y Bebidas empujan la inflación

Varias consultoras privadas señalaron que los alimentos registraron subas de hasta 9,8% durante el primer trimestre de 2019.

El aumento del casi el 10% trimestral de los productos de alimentos y bebidas permiten inferir que los productos del rubro crecerán por encima del  30% anual.

Por otra parte, el Indec confirmó que la inflación de febrero subió a 3,8% y acumula en el primer bimestre del año un 6,8%.

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Los analistas económicos expresaron preocupación por la aceleración de la inflación núcleo que muestra la persistencia de la suba de precios, sobre todo en alimentos.

La tendencia, contrariamente a lo que declaró Mauricio Macri, es a la suba y no se detiene. Es que en febrero, la inflación núcleo se aceleró al 3,9%, desde el 3% que había registrado en enero.

Esto es un reflejo de que los precios de los alimentos subieron 5,7% el mes pasado y acumulan un 9,3% en los dos primeros meses del año.

Si se mide el año, es decir los últimos 12 meses, la suba asciende a 58,3%. Un número que impacta y que no da tregua a los sectores que destinan la mayor parte del salario a cubrir este ítem.

Los precios seguirán subiendo

Las tarifas dolarizadas del agua, la electricidad y el gas no es el único fenómeno que explica la tendencia al alza de los precios.

De acuerdo a un informe difundido por el Indec los aumentos en los mayoristas escalaron hasta un 3,5% en febrero de 2019. El registro más alto en los últimos 6 meses.

Los precios mayoristas no frenan su escalada debido a que se mueven al ritmo del dólar.

Sin embargo, hay una brecha entre los precios de los mayoristas y los minoristas.

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Mientras que los productos subieron sus precios mayoristas en los últimos 12 meses un 64,5%, los minoristas registran un aumento del 51,3; Es decir aún hay una brecha del 13,2% para el mismo periodo.

La razón por la que los aumentos de precios de los comercios aún no alcanza la variación de los mayoristas, es que la caída del consumo no permite a los mercados y supermercados trasladar los precios a las góndolas.

El fenómeno de estanflación que se está viviendo en el país no permite a los  comerciantes liquidar el stock.

Remarcar los precios empeoraría la situación de los comerciantes; mientras que no hacerlo implica una pérdida a la hora de reponer los productos, ya que el valor de los mismos se habrá incrementando.

Una de las formas de compensar la brecha es reponiendo productos por mercadería de segundas marcas.