G20: el sismo que dividió a dos Argentinas en un mismo territorio

G20: el sismo que dividió a dos Argentinas en un mismo territorio

Mientras el empresariado nacional sigue deslumbrado con el G20, escucha recomendaciones de los gurús financieros que endeudaron al país y auguran crecimiento, en Argentina niegan paritarias y asfixian el consumo interno. El sismo abrió una grieta entre dos Argentinas.

El movimiento sísmico que sacudió a Capital y gran Buenos Aires, ayer por la mañana, parece superar las explicaciones de orden geológico y ya trasladó su epicentro a las comparaciones políticas y económicas que se viven por éstas tierras.

Es que, como si se tratara de una metáfora, esta semana dejó en claro que quedó abierta una grieta en el territorio argentino, entre dos países, el del empresariado argentino que mira para otro lado cuando se le pide negociar salarios, y el que habla de crecimiento en 2019.

Pero, aunque parezca que se trata de sujetos diferentes, casualmente, son los mismos, que por un lado, corren dóciles a escuchar las recomendaciones de gurúes financieros internacionales que tienen intereses económicos en el endeudamiento de nuestro país.

Y que, sin embargo, desatienden y desprecian los acuerdos del día a día con actores locales tan trascendentes para la economía como el movimiento de trabajadores.

El G20 parece haber remarcado esa división, encandilando al empresariado local con los flashes, el champagne, las cenas de gala, y el saludo de presidentes de superpotencias, que no aporta al país, pero tendrá utilidad, al menos, para que se lo cuenten a sus nietos.

Es que Argentina es tan sólo “prestador” del territorio en este encuentro del G20, si se entiende el volumen de las relaciones comerciales, de los acuerdos y de las decisiones a futuro que se manejan en este encuentro. Y, al parecer, el territorio no soportó esa densidad.

El sismo, de hecho, que no ocurre en el Río de la Plata desde 1888, tuvo epicentro en las cercanías de la ciudad de La Plata, y cada vez más asoma como la metáfora de cómo se vive este encuentro del G20, puertas adentro.

Es que lo llamativo es la actitud del empresariado nacional, que habla de crecimiento, luces al final del túnel y más segundos semestres cuando se los entrevista, pero que se niegan a motorizar ese crecimiento en negociaciones paritarias que fortalezcan el consumo interno.

Encandilados por la JP

En la previa del G20 se dio un hecho que quedó solapado por la llegada posterior de los presidentes internacionales al país. Antes de reunirse con Macri, Jamie Dimon, CEO de la banca extranjera JP Morgan se reunió, en el Palacio Duhau, con los empresarios argentinos.

Entre ellos estaban, Paolo Rocca, Luis Pagani, Miguel A. Gutiérrez, Alejandro Bulgheroni, Javier Madanes, Marcos Galperin, Héctor Aranda y Eduardo Elsztain.

Allí, la patronal local, fue a escuchar (y aplaudir) los consejos de una de las entidades prestadoras de crédito que viene enriqueciéndose, década a década, con el default y la quiebra de países como Grecia y Argentina, que acuden al FMI, de manera constante.

Todos se acercaron al Duhau a escuchar los consejos de Dimon, que se refirió al contexto económico global y a la cuestión política.

 

Funes de Rioja
Funes de Rioja ve «la luz al final del túnel» en 2019.

El CEO le pidió apoyo a los empresarios locales y sostuvo que si Macri no gana las elecciones presidenciales en 2019, “la banca internacional perderá todo interés en el país”.

Un viejo conocido en el encuentro

Entre los presentes a la exclusiva cita pre-G20, estaba el titular de una de las empresas más importantes del país, la multinacional Arcor. Se trata de Luis Pagani, quien tras negarse a abrir paritarias y otorgar el bono de fin de año, celebró las palabras del gurú financiero.

Cabe destacar que Arcor fue una de las compañías que vivieron la mayor cantidad de actos de bloqueo en sus plantas por parte de los trabajadores, cuando la patronal alimenticia se negó a sentarse a negociar las paritarias.

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Allí el Sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación apoyó el reclamo de los obreros que exigen equilibrar los salarios para no perder poder adquisitivo frente a la inflación acuciante que se vive en el país.

Otro segundo semestre

Pero Pagani no fue el único que se deshizo en elogios y aplaudió las recomendaciones de los especialistas en endeudamiento internacional. Daniel Funes de Rioja habló de un país pujante, mientras puertas adentro se desploma industria y consumo.

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El presidente de la Coordinadora de Empresas Alimenticias (COPAL), se refirió a la economía local, en el marco de los encuentros del G20, y auguró el fin de la recesión económica para el segundo semestre del año que viene. Si, justo después de las elecciones presidenciales.

Sin explicar bien de qué manera sería, para el vice de la Unión Industrial Argentina “hay una sensación” de que la economía se reactivará “entre el primero y el segundo semestre de 2019″.

Dos Argentinas

La división de realidades que se vive en Argentina, con un atomizado grupo de empresarios exportadores, favorecidos por el dólar caro y la devaluación, que mira para afuera; y una realidad interna donde la gran masa de trabajadores ve destruir su salario, es alarmante.

A esta altura, en la economía local, hablar de reactivación parece un chiste de mal gusto. Con un acuerdo internacional con el FMI que sólo augura más ajuste fiscal, despidos y cierre de empresas, las promesas de los empresarios son más comprensibles como anhelo que realidad.

Está claro que quienes representan al país en el encuentro del G20, y quienes hacen de voceros del gobierno, son los CEOs beneficiados por la exportación de sus productos. Por lo pronto, puertas adentro, millones de argentinos que viven de su salario, no llegan a fin de mes.

El sismo parece haber aparecido como una metáfora de la coyuntura actual, en este sentido. Y, tal vez, uno de los sectores que más lo grafica es el alimenticio.

Es que mientras la patronal del sector se saca fotos en cenas de gala, el gremio continúa exigiendo que se renegocien paritarias, al rechazar la iniciativa empresaria de cambiar la reapertura salarial por el bono de fin de año.

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