Mientras el Gobierno pidió que las alimenticias tuvieran «responsabilidad social» en el traslado de la devaluación a los precios, la patronal del sector respondió subiendo los precios y ofreciendo paritarias apenas equiparables al techo del Gobierno
Las empresas alimenticias volvieron a aparecer en la escena política esta semana al conocerse la voluntad de las administraciones de Nación y Provincia de Buenos Aires de citar a más de 60 empresas para que den explicaciones sobre el traslado a precios de la devaluación reciente. Las paritarias de este año se negocian en medio de un temporal político ocasionado por la reciente devaluación y el intento desesperado del Gobierno de frenar los precios.
El gobierno nacional sospecha que muchas de las empresas de alimentos aprovecharon la escalada del dólar para remarcar el valor de sus productos y, así, salir beneficiadas en el ciclo de rotación de las mercancías.
De hecho muchas comercializadoras denunciaron que, ya a fines de abril, comenzaron a llegar las primeras listas de precios de algunas de las gigantes del sector con el costo de los productos retocados.
El ciclo definitivo de la escalada devaluatoria de la moneda nacional culminó, de hecho, con aumentos en productos de consumo masivo que, en ocasiones superó el 20%, y que corrió los ejes que muchos analistas y el propio gobierno tenía para estimar la inflación anual.
Recalculando
Tal fue el cimbronazo de los aumentos de precios, y la magnitud del impacto en la canasta básica alimentaria que se calculará para este mes, que varias consultoras ya vislumbran que el termómetro inflacionario del 2018 tendrá un valor máximo superior al de 2017.
Antes de este proceso, ni las estimaciones más pesimistas podían imaginar que la inflación anual estuviera por encima del 25%.
La virulencia con que la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, salió a increpar a los directivos de las empresas de alimentos y bebidas resultó llamativa, para muchos pero tiene su racionalidad interna si se cuenta con algunos datos extra.
Perdiendo imagen a tu lado
Es que un estudio de la Universidad Torcuato Di Tella, publicado el miércoles 22 de mayo, concluyó que la expectativa inflacionaria de la gente para los próximos doce meses, por suba de tarifas, devaluación e impacto en la canasta básica, llega al 33% en promedio, en Capital.
Pero los valores se elevan aún más si la medición del humor y la percepción social es tomada en territorio bonaerense donde los habitantes esperan que para el próximo año los precios suban a razón de un 36% acumulado.
Con esa información en mano ambas administraciones salieron a rastrear a las principales alimenticias para que den explicaciones con respecto a los aumentos de precios, tras la devaluación que dejó a la moneda nacional por encima de los 25 pesos, con relación al dólar.
Entre las empresas convocadas están Danone, Mondelez, Mastellone, Molinos Río de la Plata, Arcor, Unilever, Kimberly Clark, Coca Cola, Quilmes, Molino Cañuelas, Baggio, Clorox, Adeco y Ledesma. Se trata de las mayores empresas de consumo masivo.
Mientras la gestión Cambiemos comenzó a recibir los primeros cachetazos de la realidad tras sus decisiones políticas durante las últimas semanas, las empresas de alimentos decidieron desentenderse de su responsabilidad ante la sociedad.
¿Responsabilidad social?
La escalada de discordancias entre las autoridades nacionales y los CEOs de alimentos continuó cuando uno de los emprendedores citados para justificar la suba en el valor de sus productos habló de “Caza de Brujas” del Estado, al mejor estilo Guillermo Moreno.
Es que la gobernadora Vidal había amenazado, horas antes, con “escrachar a los empresarios que están aumentando los precios de los alimentos» y pidió un estudio para saber si los productos que aumentan tienen componentes importados o no.
«Quiero saber si es lógico y natural o si están aprovechando el aumento el dólar para tener más rentabilidad», sintetizó Vidal.
Desde la Secretaría de Comercio de la Nación salieron a pedir “responsabilidad social” a los empresarios y éstos respondieron ofreciéndoles a los trabajadores un techo salarial del 15%, mientras justificaban los últimos aumentos de precios en el valor de sus mercancías.
Es decir que, la respuesta empresaria a la cita de Macri para frenar el deterioro del salario vía precios, fue deteriorarlo vía paritarias.
FTIA rechazó la propuesta de la patronal alimenticia
La Federación de Trabajadores de Industrias de la Alimentación (FTIA), salió a responder rápidamente a los industriales nucleados en la cámara empresaria que agrupaa las alimenticias (FIPAA).
Desde la Federación de Industrias de Productos Alimenticios y Afines ofrecieron un aumento salarial del 15%, a pagar en mayo, octubre y febrero de 2019, con una cláusula de revisión ese mismo mes. La central nacional de gremios de Alimentación rechazó la propuesta.
“Consideramos que, en esta primera instancia de negociación, no hubo ningún avance significativo, lo cual acrecienta la preocupación de los trabajadores de la Alimentación sobre el poder adquisitivo de sus salarios” expresaron desde FTIA.
Es así que la Federación alimenticia decidió que “el lunes 28 de mayo, comience con quita de colaboración en los puestos de trabajo y asambleas de media hora por turno”.
Agua para su molino
Tras una semana de protagonismo y confrontación con los funcionarios nacionales, la patronal volvió a dar muestra de su indolencia ante los problemas que vienen impactando en la estructura económica de la sociedad y en los bolsillos de los trabajadores.
El Estado Nacional haría bien en tomar nota de con quién está dialogando si realmente le preocupa resolver el problema del deterioro del poder adquisitivo de los salarios.
Queda claro que pedir responsabilidad social a los empresarios es, cuando menos, ingenuo.
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