Macri buscaría avanzar con una reforma “a la brasileña”

El Gobierno pretende borrar los cambios efectuados con la CGT y retomar la iniciativa original

El presidente Mauricio Macri busca judicializar, al menos, a tres referentes del sindicalismo, antes de que se trate la reforma laboral. Cambiemos intenta deslegitimar al movimiento obrero. La avanzada eleva el alerta de que se borren los cambios de la CGT a la iniciativa original del gobierno.

En una nota del portal digital, La Política Online, quedó al descubierto la intención del gobierno de continuar impulsando la vía judicial contra referentes del sindicalismo argentino. Esta vez serían Alberto Roberti, Hugo y Pablo Moyano y Víctor Santa María, los señalados por el Ejecutivo.

Cambiemos busca tener alistados a sus alfiles en el Poder Judicial de la Nación para amenazar con causas archivadas a los dirigentes históricos del movimiento obrero. La alternativa judicial es, una vez más, una opción para realizar sus objetivos políticos más antipopulares.

Una sombra que crece

Dentro del movimiento obrero crece la sospecha sobre las intenciones del Poder Ejecutivo de aprobar en el Congreso Nacional un proyecto de reforma similar al que la Confederación General del Trabajo no le permitió elaborar, donde se buscaba eliminar los convenios colectivos de trabajo.

La reforma “a la brasileña” es el sueño liberal del gobierno que intenta dejar expuestos a los sectores del trabajo a la negociación individual con el empresariado, quitándole el poder de acción colectiva que durante décadas sostuvo los derechos laborales de millones de argentinos.

De este lado de la vereda, líderes históricos del movimiento sindical como Luis Barrionuevo, del sector gastronómico, se sintieron aludidos de inmediato y salieron a devolver el golpe con declaraciones y sugerencias corporativas despreciables a favor de la desestabilización política.

«De la Rúa y Alfonsín atacaron a los sindicatos y no terminaron su mandato. No sigan pisando la cola al león», lanzó el gremialista, que pidió investigar la connivencia entre empresarios y políticos, respondiendo con más carpetazos a las sospechas de corrupción dentro de la dirigencia gremial.

La Justicia, para unos y otros, parece estar lejos de ser aquello que podría fortalecer y legitimar los mecanismos democráticos. Es decir, una institución que transparente la actividad de los hombres y mujeres que intervienen en la función pública, de cara a la sociedad toda.

Mauricio Macri sueña con Brasil

Flexibilización, trabajo intermitente y licuación del poder de los sindicatos es la fórmula de la reforma que nuestro país hermano aprobó en el parlamento para regular las relaciones laborales. Una ecuación ya aplicada en Argentina en los ´90 con consecuencias sociales muy negativas.

“La reforma laboral implica un retroceso de más de 70 años en los derechos de los trabajadores brasileños” afirmaba para Página 12, Maicon Michel, el Secretario de Relaciones Internacionales de la Central Unica de los Trabajadores (CUT) de Brasil.

Las imágenes del 2001 no fueron suficientes para los dir

igentes de Cambiemos que elaboraron el proyecto original de reforma laboral inspirado en la legislación brasileña. La indolencia de la dirigencia política, sin embargo, chocó con la negativa de una CGT con memoria histórica.

Al momento de ser consultada, la cúpula de la central obrera argentina le manifestó al gobierno nacional que rechazaba “de plano” la iniciativa de reforma laboral, en especial los cambios propuestos a la Ley de Contrato de Trabajo (LCT), a los que consideró “innegociables”.

Por otra parte, en conferencia de prensa, Héctor Dáer, líder de la central de trabajadores, alertó sobre el avance de la reforma previsional que proponía cambios a la fórmula de movilidad jubilatoria, por inflación. Esta última, aprobada en diciembre con un costo represivo lamentable.

Carpetazolandia

Las autoridades nacionales del Poder Ejecutivo, a pesar de haber acarreado la idea del cambio a ciertos hábitos e inercias de un sistema político viciado de corrupción, parece optar por viejas recetas de las que en años anteriores aparentaban horror.

Macri le presta tanta atención a sus bailes como al movimiento de sus hombres al interior de la Justicia y la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Su relación con la ex SIDE no es nueva. La causa de las escuchas delató su real vínculo con el Fino Palacios.

El ex hombre de la SIDE, rival histórico de Jaime Stiuso quedó investigado en la causa de las pinchaduras telefónicas del gobierno de la Ciudad, en la que el propio Macri fue absuelto antes de asumir la presidencia.

Pero otro de los alfiles del macrismo que teje su relación entre Inteligencia y la Justicia Federal es el Presidente de Boca. Daniel Angelici, electo vicepresidente del Colegio de Abogados de la Ciudad, en 2016, integró a su lista al hermano de Juan Sebastián De Stéfano, jefe del área judicial de la AFI.

La aparición repentina de videos y escuchas en los medios, en momentos políticos adversos para el gobierno, que aparecen como piezas decisivas para causas judiciales “dormidas” por años permite sospechar que Macri planea moverse en las internas de la vieja política que suele denostar, para activar los “carpetazos” contra sus detractores.

Responder ante la Ley

Los hombres y mujeres que tienen a su cargo la responsabilidad de la administración pública están convocados a responder ante la Ley. La falta de ética en el uso y la administración de fondos debe ser objeto de la Justicia y no de una escena dantesca donde se sobreactúa su impartición.

Muchas de las causas judiciales con las que el gobierno amenaza a sus opositores políticos, sociales y sindicales son burdas y desmedidas. El intento de avanzar por esta vía deja ver una segunda lectura, más política, que es la de querer avanzar con reformas que traerán consecuencias ya conocidas y lamentadas por toda la sociedad argentina.

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