Macri le apunta a tres sindicalistas de peso antes de tratar la reforma
El Gobierno busca disciplinar a los dirigentes obreros a través de denuncias con el fin de acelerar el polémico proyecto de reforma laboral
Mauricio Macri volverá a la carga con la reforma laboral en unos meses luego que estallen nuevos escándalos judiciales de sindicalistas, entre los que se menciona a Víctor Santa María, Alberto Roberti, Carlos Quintana y hasta alguno de los Moyano.
La idea del gobierno sería movilizar, en la sociedad, un clima de condena hacia los dirigentes gremiales, que le quite legitimidad a los planteos que haga el sindicalismo contra la reforma, cuando se trate.
El tema es que el propio Macri es uno de los más interesados en sancionar el proyecto de ley que descansa en el Senado desde noviembre y cuya aprobación le sirve como mensaje a los inversores para promover inversiones, más allá que se trata de una reforma laboral descafeinada que cambia poco en los temas que importan.
En el Gobierno se convencieron que acelerar la reforma laboral para febrero podría traer otro conflicto social. Ahora apuestan a esperar más escándalos judiciales con sindicatos para ablandar a los legisladores.
Ofensiva articulada
El día de ayer trascendió que el oficialismo busca reflotar en el Congreso un proyecto para limitar los mandatos en las cúpulas de los gremios. El titular de la CGT, Juan Carlos Schmidt, se expresó al respecto, denunciando que se trata de una ofensiva contra la democracia sindical y ya salió a aclarar que a los dirigentes gremiales los eligen trabajadores.
La polémica se dio luego de que la diputada nacional de Cambiemos, Soledad Carrizo, haya aprovechado la exposición mediática que tomó la detención del titular del SOEME, Marcelo Balcedo. De acuerdo a las declaraciones de la legisladora, las causas de corrupción contra algunos sindicalistas “abren una gran oportunidad” para debatir proyectos de ley que plantean la limitación de los mandatos gremiales.
Carrizo fundamentó la importancia de limitar los mandatos de los dirigentes gremiales en “los hechos que investiga la justicia” sin mencionar ningún caso en particular. Además los atribuyó a “la eternización de determinados dirigentes en las cúpulas sindicales que lejos de defender los derechos de los trabajadores, usan a los sindicatos para cuestiones delictuosas”.
Gobernando desde la TV
El Gobierno de Macri sigue basando su política en operaciones mediáticas quirúrgicas y costosas campañas de marketing. Su modo de hacer política es muy efectivo. Generaliza a partir de un caso concreto y gracias al respaldo de los medios masivos de comunicación (a los que les retribuye con millonarios negocios) y del complejo aparato de trolls y operadores políticos, transforma casos aislados en generalidades.
Así, el caso de un dirigente gremial corrupto le permite al Gobierno cuestionar un modelo sindical que es ejemplar a nivel mundial. La dinámica se aceita cada día mas y demuestra ser muy efectiva frente a una sociedad que no tiene las herramientas para hacer un consumo crítico de medios. El sistema de medios concentrado tampoco brinda demasiadas oportunidades a la audiencia. De hecho, la consolidación del monopolio del Grupo Clarín sin duda que forma parte de una estrategia política que basa la gobernabilidad en la comunicación y la complicidad periodística.
La ofensiva es compleja y golpea a diferentes actores políticos que son incapaces de contrarrestar los ataques cada vez más violentos del oficialismo. En buena medida, porque a veces es difícil ver venir el golpe. Los medios, empresarios y sectores del poder judicial comprometidos con el proyecto Cambiemos respaldan y se suman al show aportando recursos, detenciones mediáticas e incluso haciendo uso abusivo y discrecional del Código Penal para no perder el ‘timing’.
Derecha pronunciada
Buena parte de la sociedad acompaña y se derechiza aplaudiendo las medidas de un Gobierno que lejos de traer paz y amor, implementa una curiosa ‘revolución de la alegría’ que se nutre del incordio y las desavenencias entre los argentinos.
Cada escándalo y maniobra fraudulenta es tapada por el surgimiento de un nuevo enemigo nacional. La ‘guerrila mapuche’, ‘la izquierda violenta’, ‘los delincuentes K’, ‘los sindicalistas corruptos’ y todo aquel actor político que se pare en la vereda opuesta a los planes neoliberales de Macri, se suma al fantástico universo imaginario del universo Cambiemos.
El Show de Macri, orquestado desde sus comienzos PRO por Durán Barba y financiado por el establishment y el complejo agroespeculador, recién comienza y tiene personajes que aún no alcanzaron su potencial protagónico. La angelical ‘Mariu’ Vidal, la determinada ‘Pato’ Bullrich, la mesiánica ‘Lilita’ Carrió; entre otros, tienen dos años para consolidar un proyecto político completamente inviable en lo económico y social. El show promete ser tan espectacular como penoso para los que menos tienen. El ‘círculo rojo’ reclama su parte; en definitiva se trata de dinero.
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